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Proverbios 13:18 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Miseria y oprobio a quien rechaza la instrucción; honor a quien admite la reprensión.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo; Mas el que guarda la corrección recibirá honra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Si desprecias la crítica constructiva, acabarás en pobreza y deshonra; si aceptas la corrección, recibirás honra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Miseria y vergüenza para el que rechaza los consejos, el que hace caso a la reprensión será estimado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Miseria y oprobio para quien rechaza la corrección, Pero el que guarda el consejo, será honrado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

18 Pobreza y vergüenza tendrá el que rechaza la instrucción; mas el que escucha la reprensión, será honrado.

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Proverbios 13:18
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El necio desprecia la instrucción de su padre; quien acepta la reprensión es prudente.


Quien ama la instrucción ama la ciencia, quien odia la reprensión es necio.


Anillo de oro y alhaja preciosa: tal es un prudente reproche al oído atento.


Quien desprecia la palabra se perderá, quien guarda el precepto será salvo.


Muchos lisonjean al poderoso, todos son amigos del hombre pródigo.


Dale al sabio, y será aún más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber.


Cuidad de no eludir al que os habla, pues si aquellos que eludían al que daba órdenes sobre la tierra no escaparon al castigo, menos escaparemos nosotros si volvemos la espalda al que da órdenes desde el cielo.


Que el justo me golpee y el pío me reprenda; mas el aroma del malvado no perfume mi cabeza:


Deseo satisfecho es delicia del alma. Los necios detestan evitar el mal.


El justo come hasta saciar su apetito, el vientre de los malvados conoce el hambre.


Más vale escuchar la reprimenda del sabio que prestar oídos al canto de los necios.


Acostémonos sobre nuestra vergüenza, y nuestra ignominia nos cubra; pues contra Yahveh, nuestro Dios, hemos pecado, nosotros y nuestros padres, desde nuestra juventud hasta hoy, y no hemos escuchado la voz de Yahveh, nuestro Dios.


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