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Oseas 4:3 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Por eso la tierra está seca, y todos sus habitantes desfallecen con los animales del campo y las aves del cielo; y aun los peces del mar desaparecen.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Por lo cual se enlutará la tierra, y se extenuará todo morador de ella, con las bestias del campo y las aves del cielo; y aun los peces del mar morirán.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Por eso la tierra está de luto y todos desfallecen. Hasta los animales salvajes y las aves de los cielos y los peces del mar desaparecen.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Por eso, todo el país está de duelo y están deprimidos sus habitantes. Y desaparecen hasta los animales salvajes, las aves del cielo y los peces del mar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Por eso tendrá luto la tierra, Y todos los que la habitan desfallecerán, Juntamente con las bestias del campo° y las aves de los cielos,° Y hasta los peces del mar perecerán.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Por lo cual, se enlutará la tierra, y se extenuará todo morador de ella, con las bestias del campo y las aves del cielo: y aun los peces del mar fallecerán.

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Oseas 4:3
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Aniquilaré a hombres y animales, aniquilaré las aves del cielo y los peces del mar, haré que tropiecen los impíos. Voy a exterminar a los hombres de la superficie de la tierra -oráculo de Yahveh.


Guímel. Increpa al mar y lo seca, evapora todos los ríos. Dálet. Languidecen el Basán y el Carmelo, la flor del Líbano se marchita.


Por eso, así dice Yahveh, el Dios Sebaot, el Señor: 'En todas las plazas habrá lamentación, y en todas las calles se dirá: '¡Ay, ay!'. Llamarán a duelo al campesino y a los expertos en lamentaciones.


Temblarán ante mí los peces del mar, las aves del cielo, las fieras del campo, todos los reptiles que reptan por la tierra y todos los hombres que hay en la superficie de la tierra. Se desplomarán las montañas, se despeñarán las rocas y caerán por tierra todas las murallas.


¿Hasta cuándo hará duelo el país y estará la hierba de todo el campo reseca? Por la maldad de sus habitantes, bestias y aves desaparecieron. Pero dicen ellos: 'No ve nuestros caminos'.


Miré, y ¡ay! no había un solo hombre, todas las aves del cielo habían huido.


¿No temblará por esto la tierra, y no llorarán todos sus habitantes? Subirá toda ella como el Nilo, crecerá y menguará como el Nilo de Egipto.


Dijo: 'Yahveh ruge desde Sión, da voces desde Jerusalén: se agostan los pastizales de los pastores, se deseca la cumbre del Carmelo'.


Enluteció, languideció la tierra, enrojeció, se marchitó el Líbano; quedó el Sarón como la estepa, sacudidos el Basán y el Carmelo.


Haré de Jerusalén una escombrera, una guarida de chacales; de las ciudades de Judá haré un desierto sin habitantes.


Porque el país está lleno de adúlteros, porque a causa de la maldición el país está triste, se han secado los oasis del desierto. Corren hacia el mal y su poder es injusto.


¡Cómo brama el ganado! Mugen los hatos de bueyes por falta de pasto. ¡Hasta los rebaños de ovejas perecen!


La desencadené -oráculo de Yahveh Sebaot-, para que vaya a la casa del ladrón y a la casa del que jura en falso por mi nombre; se alojará en medio de ella y la destruirá con sus maderas y sus piedras.


Entonad en los montes llanto y lamento, y en los pastizales de la estepa una elegía, pues están abrasados, sin que nadie pase, y ya no se oye el mugir del ganado; desde las aves del cielo hasta las fieras todas huyeron, se han ido.


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