21 Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión.
21 En cuanto a la tribu de Leví, tus parientes, los recompensaré por su servicio en el tabernáculo. En lugar de una asignación de tierra, les daré los diezmos de toda la tierra de Israel.
21 A los hijos de Leví les doy como herencia todos los diezmos de Israel, a cambio del servicio que presten, es decir, del servicio de la Tienda de las Citas.
21 He aquí, Yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos° en Israel, como heredad, a cambio del servicio que llevan a cabo en la Tienda de Reunión.
21 Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de la congregación.
Aquel mismo día fueron nombrados algunos encargados de los aposentos destinados para almacenes de las ofrendas, de las primicias y de los diezmos. En ellos debían almacenarse, de los campos de las ciudades, las porciones que la ley exigía para los sacerdotes y los levitas. Judá se complacía en ver a los sacerdotes y a los levitas en sus respectivos ministerios.
y los primogénitos de nuestros hijos y de nuestros ganados, según está escrito en la ley, así como también los primogénitos de nuestro ganado mayor y menor, destinados al templo de nuestro Dios, ante los sacerdotes que ejercen el ministerio en la casa de nuestro Dios.
Los descendientes de Leví que reciben el sacerdocio tienen mandado por la ley percibir los diezmos de manos del pueblo, o sea, de sus hermanos, que también descienden de Abrahán.
Los demás del pueblo, los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los donados y todos los que se habían separado de la gente del país para seguir la ley de Dios, sus mujeres, sus hijos y sus hijas, y todos los que tenían uso de razón,
y con toda honradez metieron en ellas las ofrendas, los diezmos y las cosas consagradas. Al cargo de ellas estaba, como intendente, el levita Quenanías y, como lugarteniente suyo, su hermano Semeí.
Soy yo quien ha puesto aparte, de entre los restantes israelitas, a vuestros hermanos, los levitas. Son para vosotros una dádiva; han sido donados a Yahveh para prestar servicio en la tienda del encuentro.
De la parte de los combatientes que han ido a la guerra, apartarás como tributo a Yahveh uno de cada quinientos, así de los hombres como del ganado mayor, de los asnos y del ganado menor.
Todo Israel, en tiempos de Zorobabel y de Nehemías, daba a los cantores y a los porteros las porciones correspondientes a cada día. A los levitas se les daban las cosas sagradas y ellos entregaban a los hijos de Aarón la parte que les correspondía.
le había preparado a éste una gran cámara, en la que antes se depositaban las oblaciones, el incienso, los enseres, los diezmos del trigo, del mosto y del aceite, o sea, cuanto estaba mandado que se diera a los levitas, los cantores y los porteros, así como la contribución debida a los sacerdotes.
Llevad todos los diezmos a la casa del tesoro, para que haya alimentos en mi casa. Haced la prueba -dice Yahveh Sebaot-, y veréis si no os abro las compuertas del cielo y no derramo sobre vosotros bendición sin medida.
Pero cuando llegue el tiempo de la cosecha, entregaréis al Faraón la quinta parte; las cuatro partes restantes quedarán en vuestro poder: para sembrar, para alimento vuestro y de los que están en vuestras casas, para alimento de vuestras familias'.
José implantó, pues, la norma, todavía hoy vigente en Egipto, de entregar al Faraón la quinta parte. Sólo las tierras de los sacerdotes no pasaron al poder del Faraón.
Asimismo nos comprometimos a traer las primicias de nuestra harina, las del fruto de todos los árboles, las del mosto y del aceite, para los sacerdotes, para las cámaras del templo de nuestro Dios, así como el diezmo de nuestras posesiones y ganancias para los levitas, que percibirán el diezmo en todas las ciudades de labranza.