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Nehemías 2:8 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 y asimismo otra carta para Asaf, guarda del bosque real, a fin de que me proporcione maderas con que construir las puertas de la ciudadela que está junto al templo, las murallas de la ciudad y la casa en la que yo voy a habitar'. Y me lo concedió el rey, pues la mano bondadosa de Dios estaba conmigo.

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Biblia Reina Valera 1960

8 y carta para Asaf guarda del bosque del rey, para que me dé madera para enmaderar las puertas del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré. Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de mi Dios sobre mí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Además, le ruego que me dé una carta dirigida a Asaf, el encargado del bosque del rey, con instrucciones de suministrarme madera. La necesitaré para hacer vigas para las puertas de la fortaleza del templo, para las murallas de la ciudad y para mi propia casa. Entonces el rey me concedió estas peticiones porque la bondadosa mano de Dios estaba sobre mí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Deme también una carta para Asaf, el gobernador del parque real, para que me entregue la madera para las puertas de la fortaleza del Templo, para la muralla de la ciudad y para la casa donde viviré'. Como la mano benevolente de Dios estaba conmigo, el rey me lo concedió todo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 y también una carta para Asaf, guarda del bosque del rey, a fin de que me dé madera para enmaderar las puertas de la ciudadela que está junto a la Casa,° y para el muro de la ciudad, y para la casa en que yo he de estar. Y el rey me lo concedió, según la benéfica mano de mi Dios sobre mí.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Y carta para Asaf, guarda del bosque del rey, a fin que me dé madera para enmaderar los portales del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y para la casa donde yo estaré. Y el rey me lo otorgó, según la bondadosa mano de mi Dios sobre mí.

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Nehemías 2:8
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

subió de Babilonia. Esdras era un escriba versado en la ley que Yahveh, Dios de Israel, había dado a Moisés. Y como la mano de Yahveh, su Dios, estaba con él, el rey le concedió todo cuanto le había pedido.


Lo veréis y se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos germinarán como el césped. Se manifestará la mano de Yahveh a sus siervos, y su cólera a sus adversarios.


Puse al frente de Jerusalén a mi hermano Jananí; y como jefe de la ciudadela, a Jananías, porque era un hombre más fiel y más temeroso de Dios que muchos.


Dios concedió a Daniel ganarse el favor y la benevolencia del jefe de los eunucos.


Pero la mirada de Dios velaba sobre los ancianos de los judíos, y no les obligaron a paralizar las obras mientras se consultaba a Darío y se esperaba respuesta escrita sobre el asunto.


Le preguntó: '¿Cuál es tu nombre?'. Él respondió: 'Jacob'.


Gracias sean dadas a Dios que ha puesto en el corazón de Tito la misma solicitud por vosotros;


pero, gracias a la ayuda que recibí de Dios, me he mantenido firme hasta el día de hoy dando testimonio a pequeños y grandes, sin decir otra cosa distinta de lo que predijeron los profetas y Moisés que había de suceder:


y lo libró de todas sus tribulaciones, dándole gracia y sabiduría ante el Faraón rey de Egipto, que le nombró superintendente sobre Egipto y sobre toda su casa.


Arroyo es el corazón del rey en manos de Yahveh: que él dirige adonde quiere.


Se había puesto en camino desde Babilonia el día primero del mes primero, y entró en Jerusalén el día primero del mes quinto. La mano bondadosa de su Dios estaba con él,


Celebraron con gran júbilo la fiesta de los Ázimos durante siete días, porque Yahveh les había colmado de gozo, ya que había transformado en su favor el corazón del rey de Asiria hasta el punto de ayudarles para la obra del templo de Dios, el Dios de Israel.


me hice huertos y jardines y planté en ellos toda suerte de árboles frutales;


me construí estanques para regar la frondosa plantación.


Ésta es la orden que doy acerca de lo que habéis de hacer con esos ancianos de los judíos respecto a la reconstrucción de ese templo de Dios: a cargo del erario real, es decir, de los impuestos de la Transeufratina, se pagarán diligentemente los gastos de esos hombres sin interrupción.


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