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Nehemías 13:22 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Ordené asimismo a los levitas que se purificasen y viniesen a vigilar las puertas para santificar el día del sábado. ¡También por esto, oh Dios mío, acuérdate de mí, y ten piedad de mí según tu gran misericordia!

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Biblia Reina Valera 1960

22 Y dije a los levitas que se purificasen y viniesen a guardar las puertas, para santificar el día del reposo. También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la grandeza de tu misericordia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Luego ordené a los levitas que se purificaran y vigilaran las puertas para preservar la santidad del día de descanso. ¡Recuerda también esta buena obra, oh Dios mío! Ten compasión de mí conforme a tu grande e inagotable amor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 También ordené a los levitas que se purificaran y que custodiaran las puertas para que se respetara el día sábado. ¡Por todo eso acuérdate tambiém de mí, Dios mío. Ten piedad de mí según tu gran misericordia!

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Por otra parte, ordené a los levitas que se purificaran y acudieran a guardar las puertas para santificar el día del shabbat. ¡Acuérdate de mí también por esto, oh Dios mío, y considérame conforme a la inmensidad de tu misericordia!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

22 Y dije a los levitas que se purificasen, y viniesen a guardar las puertas, para santificar el día del sábado. También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la muchedumbre de tu misericordia.

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Nehemías 13:22
26 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Los sacerdotes y los levitas se purificaron, y purificaron al pueblo, las puertas y la muralla.


¡Acuérdate de mí, oh Dios mío, por estas cosas, y no borres las obras piadosas que he hecho por el templo de Yahveh y por su servicio!


Y lo mismo hice para las ofrendas de leña a plazos fijos y para las primicias. ¡Acuérdate de mí, oh Dios mío, para mi bien!


Reyes serán tus ayos y sus princesas tus nodrizas; rostro en tierra te adorarán y lamerán el polvo de tus pies, para que sepas que yo soy Yahveh y que no se avergüenzan quienes confían en mí'.


'¡Oh Yahveh! Acuérdate de que yo he andado en tu presencia con fidelidad e integridad de corazón, haciendo lo que es recto a tus ojos'. Y Ezequías rompió en un gran llanto.


que Israel espere en el Señor, pues con él está la gracia y la total salvación.


destruyes los pregoneros del embuste. Del hombre sanguinario y fraudulento el Señor abomina.


Josué engendró a Joaquín; Joaquín engendró a Eliasib; Eliasib engendró a Joadá;


¡Acuérdate para mi bien, oh Dios mío, de todo lo que hice por este pueblo!


Después, el rey Ezequías y los jefes ordenaron a los levitas que entonaran alabanzas a Yahveh con las palabras de David y de Asaf, el vidente. Ellos, con gran júbilo, cantaron las alabanzas y luego doblaron las rodillas y se postraron.


mandó Ezequías ofrecer el holocausto sobre el altar. Y en el momento de comenzar el holocausto, comenzaron también los cantos a Yahveh y el sonar de las trompetas, acompañadas de los instrumentos de David, rey de Israel.


Los inmolaron los sacerdotes y derramaron la sangre sobre el altar, para expiar por los pecados de todo Israel, pues el rey había ordenado que el holocausto y el sacrificio de expiación fuera por todo Israel.


El rey dio orden al sumo sacerdote Jilquías, a los sacerdotes de segundo orden y a los guardianes de la puerta de que sacaran del santuario de Yahveh todos los enseres fabricados para el culto de Baal, de la aserá y de todo el ejército del cielo. Los quemó fuera de Jerusalén, en los campos del Cedrón, y llevó las cenizas a Betel.


Guarda el día del sábado, para santificarlo, como te lo ha mandado Yahveh, tu Dios.


Mi orgullo se basa en el testimonio de nuestra conciencia de que hemos actuado en el mundo, y especialmente con vosotros, con la simplicidad y honradez de Dios, [y] no con sabiduría carnal, sino con la gracia de Dios.


Abandone el impío su camino, el hombre inicuo sus pensamientos, y vuelva a Yahveh, que se apiada de él, y a nuestro Dios, que perdona continuamente.


'¡Oh Yahveh! Acuérdate de que yo he andado en tu presencia con fidelidad e integridad de corazón, haciendo lo que es recto a tus ojos'. Y Ezequías rompió en un gran llanto.


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