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Miqueas 7:18 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 ¿Qué Dios hay como tú, que perdona el pecado, que pasa por alto la rebeldía del resto de su heredad? No persiste por siempre en su ira, porque se complace en la misericordia.

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Biblia Reina Valera 1960

18 ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 ¿Dónde hay otro Dios como tú, que perdona la culpa del remanente y pasa por alto los pecados de su preciado pueblo? No seguirás enojado con tu pueblo para siempre, porque tú te deleitas en mostrar tu amor inagotable.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 ¿Qué Dios hay como tú, que borra la falta y que perdona el crimen; que no se encierra para siempre en su enojo, sino que le gusta perdonar?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 ¿Qué Dios hay como Tú, que carga° con el pecado, Y pasa por alto° la transgresión del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su indignación, Porque se complace en la compasión.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

18 ¿Qué Dios hay como tú, que perdona la iniquidad y pasa por alto la transgresión del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se complace en la misericordia.

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Miqueas 7:18
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Yo soy, yo soy quien borra por mi amor tus transgresiones, y de tus pecados no me acuerdo.


Disipé como niebla tus culpas, como un nublado tus pecados. Vuelve a mí, que te he redimido.


En aquellos días y en aquel tiempo -oráculo de Yahveh-, se buscará la culpa de Israel y no la habrá, y los pecados de Judá y no se hallarán, porque perdonaré al resto que yo deje.


Me gozaré en ellos, haciéndoles bien, y los plantaré de veras en este país con todo mi corazón y con toda mi alma.


Ve y proclama estas palabras hacia el norte y di: Conviértete, apóstata Israel -oráculo de Yahveh-; no os miraré con rostro airado, pues soy misericordioso -oráculo de Yahveh-; no estaré siempre enojado.


¿Quién como tú, entre los dioses, oh Yahveh? ¿Quién como tú, magnifico en santidad, terrible en tus proezas, hacedor de maravillas?


Dios temible en el consejo de los santos, terrible para cuantos te rodean.


Pero tú, Señor, eres el Dios piadoso y compasivo, paciente, amable y fiel.


Tú, el que escuchas la oración, a ti puede acercarse toda carne.


Los cielos te dan gracias, Señor, por tus portentos, y por tu fidelidad, la asamblea de los santos.


y que en su nombre había de predicarse la conversión para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.


Haré de las cojas un resto, y de las extraviadas una nación poderosa. Yahveh reinará sobre ellos en el monte Sión desde ahora y para siempre.


Pero yo reuniré a Jacob todo entero, congregaré al resto de Israel; los agruparé como rebaño en el aprisco, como un hato en medio de sus pastos, allí mugirán lejos de los hombres.


Diles: por mi vida -oráculo del Señor Yahveh-, que no me complazco en la muerte del malvado, sino en que el malvado se convierta de su conducta y viva. Convertíos, convertíos de vuestra mala conducta. ¿Por qué queréis morir, casa de Israel?'


exclamó: '¡Yahveh, Dios de Israel! No hay Dios semejante a ti, ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra. Tú, que guardas la alianza y la benignidad para con aquellos siervos tuyos que de todo corazón andan en tu presencia;


No hay nadie como el Dios de Yesurún: que sobre los cielos cabalga para ir en tu ayuda, y sobre las nubes, en su majestad.


Tendrá un juicio sin misericordia quien no tuvo misericordia. La misericordia prevalece sobre el juicio.


Yahveh, tu Dios, está contigo. ¡Es un héroe que salva! Se gozará en ti con alegría, te renovará con su amor, dará gritos de júbilo por ti


Pastorea a tu pueblo con tu cayado, al rebaño de tu heredad, que mora apartado en un bosque, en medio de un vergel. ¡Que pazcan en Basán y Galaad, como en los días de antaño!


y oró así a Yahveh: '¡Ah Yahveh! ¿No era esto lo que yo me decía cuando aún estaba en mi país? Por eso me apresuré a huir a Tarsis, pues sabía que tú eres clemente y misericordioso, lento a la ira y rico en bondad, y que te arrepientes del mal con que amenazas.


Porque no por siempre reprendo, ni de continuo me enojo; pues ante mí se consumiría el espíritu y las almas que yo he creado.


Tú eres bueno, Señor, e indulgente, generoso en favores para todo el que te invoca.


Al Señor, nuestro Dios, la misericordia y el perdón, porque fuimos rebeldes contra él,


¿Estará enojado por siempre o guardará rencor hasta el fin? Esto es lo que dices, pero haces las maldades que puedes.


Me gozaré por Jerusalén y me alegraré por mi pueblo. No se oirá más en ella el clamor de llanto ni el clamor de quejido.


Abandone el impío su camino, el hombre inicuo sus pensamientos, y vuelva a Yahveh, que se apiada de él, y a nuestro Dios, que perdona continuamente.


Venid, pues, y discutamos, -dice Yahveh-: si son vuestros pecados como la grana, blanquearán como la nieve; si son rojos como el carmín, se volverán como la lana.


Pero contigo está el perdón y así te haces temer.


Tu justicia, oh Dios, llega a lo alto, tú haces cosas grandes. ¿Quién hay, oh Dios, como tú?


Rehusaron oír y no se acordaron de las maravillas que con ellos obraste; endurecieron su cerviz, y se obstinaron en volver a la servidumbre de Egipto. Pero tú eres un Dios que perdona, bondadoso y clemente, tardo para la ira y lleno de bondades, y no los abandonaste.


Y dijo: 'Ahora, mi Señor, si gozo de tu favor, dígnese mi Señor caminar con nosotros. Ciertamente, éste es un pueblo de dura cerviz, pero tú perdonarás nuestras faltas, nuestros pecados, y harás de nosotros tu heredad'.


Pero ¿qué le contesta el oráculo divino? Me he reservado siete mil hombres: los que no doblarán su rodilla ante Baal.


pero había que hacer fiesta y alegrarse, porque ese hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido hallado''.


Él se mantendrá firme, pastoreará con el poder de Yahveh y con la majestad del nombre de Yahveh su Dios. Ellos vivirán seguros, porque entonces extenderá su poder hasta los confines de la tierra.


Y me preguntó: '¿Qué ves, Amós?'. 'Una cesta de fruta madura', respondí. Yahveh me dijo: 'Mi pueblo Israel está maduro, no le perdonaré ya más.


Yahveh me dijo: '¿Qué ves, Amós?'. 'Una plomada', respondí. El Señor dijo entonces: 'Aquí estoy yo para poner la plomada en medio de mi pueblo Israel: no le perdonaré ya más.


No tendrá ya que enseñarse uno a otro ni una persona a otra persona, diciendo: 'Conoced a Yahveh', porque todos ellos me conocerán, desde el más pequeño al más grande -oráculo de Yahveh-, cuando perdone su culpa y no recuerde más su pecado'.


Por tu largo viaje te cansaste, pero no dijiste: '¡Es desesperante!'. La vitalidad de tu falo hallaste, por eso no desfalleciste.


¿A quién me compararéis que se me parezca?, dice el Santo.


¿Con quién compararéis a Dios y qué cosa semejante le opondréis?


Como se apiada el padre de los hijos, tal se apiada el Señor del que le teme.


Dirán todos mis huesos: '¿Quién, Señor, como tú, que libras al pequeño del más fuerte, al pobre e indigente de quienes los despojan?'


No vio iniquidad en Jacob; ni adivinación en contra de Israel. Yahveh su Dios, está con él, y en él se oye aclamar a un rey.


Salió entonces Ebedmélec del palacio real y habló al rey en estos términos:


Pues como un joven desposa a una doncella, te desposará tu constructor, y como se goza el esposo con la esposa, se gozará contigo tu Dios.


¿Acaso no andarías con la cabeza alta si hicieras el bien? Como no actúas correctamente, el pecado está a la puerta, al acecho, codiciándote; pero tú debes dominarlo'.


Escucha, pues, la súplica de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren en este lugar. Escucha desde el lugar de tu morada, en el cielo. Escucha y perdona.


Porque si vosotros os volvéis a Yahveh, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia ante aquellos que se los llevaron cautivos, y podrán volver a esta tierra, pues Yahveh, vuestro Dios, es clemente y misericordioso y no apartará su rostro de vosotros, si vosotros os volvéis a él'.


Ningún habitante dirá: 'Estoy enfermo'; al pueblo que allí habita le ha sido perdonado el pecado.


Tus santas ciudades están desiertas, Sión en desierto se ha convertido, Jerusalén, en desolación.


'Mirad que vienen días -oráculo de Yahveh- en que castigaré a todos los circuncidados que siguen siendo incircuncisos:


¿Es Efraín para mí un hijo tan querido o un niño de tal predilección que siempre que hablo de él' lo recuerdo más aún? Por eso se conmueven por él mis entrañas y tengo que compadecerme de él' -oráculo de Yahveh-.


Voy a purificarlos de toda la iniquidad con que pecaron contra mí; voy a perdonarles todas las iniquidades con que pecaron contra mí y con las cuales se rebelaron contra mí.


¿Me complazco yo acaso en la muerte del malvado -oráculo del Señor Yahveh-, y no más bien en que se convierta de su conducta y viva?'


Vuelve, Israel, a Yahveh, tu Dios, porque has tropezado por tu culpa.


Así dice Yahveh: por tres crímenes de Edom y por cuatro, no lo revocaré: porque persiguió a su hermano con la espada, ahogó todo sentimiento de piedad, mantiene por siempre su ira y guarda hasta el fin su rencor.


Retiraron entonces a los dioses extraños de en medio de ellos y sirvieron a Yahveh, quien no pudo ya soportar las penalidades de Israel.


Si el pecado sobrepasa nuestras fuerzas, cubres tú nuestras culpas.


Mirad, en salud se cambió mi amargura. Tú has preservado mi vida de la fosa de la ruina, pues te has echado a la espalda todos mis pecados.


Ninguno de los pecados que cometió le será recordado. Dado que practicó el derecho y la justicia, de seguro vivirá.'


Sanaré su apostasía, los amaré de corazón, pues mi ira se apartó de ellos.


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