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Miqueas 3:2 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Mas vosotros sois enemigos del bien y amáis el mal, arrancáis la piel que los recubre y su carne de encima de sus huesos.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Vosotros que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo, que les quitáis su piel y su carne de sobre los huesos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Sin embargo, ustedes mismos son los que odian lo bueno y aman lo malo. Despellejan vivo a mi pueblo y le arrancan la carne de sus huesos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Ustedes descueran vivos a los de mi pueblo y les arrancan la carne de sus huesos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Vosotros, que aborrecéis el bien y amáis el mal, Que les arrancáis hasta la piel y la carne de sus huesos;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 A vosotros que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo, que les arrancáis su piel y su carne de sobre sus huesos;

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Miqueas 3:2
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Sus jefes, dentro de ella, son como lobos que desgarran la presa, derramando sangre y matando a las personas para hacer su negocio.


Quien abandona la ley ensalza al malvado, quien observa la ley rompe con él.


Todos van desviados, todos a una corrompidos: no hay quien haga el bien, no hay uno siquiera.


Sea el amor sin fingimiento. Aborreced lo malo. Estad firmemente adheridos a lo bueno.


¿Con qué derecho aplastáis a mi pueblo y moléis el rostro de los pobres?' -oráculo del Señor Yahveh Sebaot-.


Le salió al encuentro Jehú, hijo de Jananí, el vidente, y dijo al rey Josafat: '¿Por qué tienes tú que prestar ayuda al impío y amar a los que odian a Yahveh? Por eso viene sobre ti la cólera de Yahveh.


Ajab dijo a Elías: '¡Otra vez a mi encuentro mi enemigo!'. Él le respondió: 'Sí; otra vez a tu encuentro. Por haberte vendido para hacer el mal a los ojos de Yahveh,


sin corazón, irreconciliables, calumniadores, disolutos, crueles, enemigos de lo bueno,


Los cuales, aun conociendo bien el veredicto de Dios, a saber, que los que practican tales cosas son reos de muerte, no sólo las hacen ellos mismos, sino que hasta aplauden a quienes las practican.


Ellos gritaron nuevamente: 'A éste, no, sino a Barrabás'. Este Barrabás era un ladrón.


A vosotros no os puede odiar el mundo; pero a mí me odia, porque el testimonio que doy contra él es de que sus obras son malas.


Pero sus compatriotas lo aborrecían; y enviaron tras él una embajada que dijera: 'No queremos que éste sea nuestro rey'.


Los príncipes que la habitan son leones rugientes; sus jueces son lobos de la noche que nada dejan por roer para mañana.


Vosotros os coméis la grasa, os vestís con la lana, matáis las más cebadas, pero a las ovejas no las apacentáis.


que en sus ojos desprecia al reprobado y estima a los que temen al Señor; que, si jura, ni aun en su daño se retracta;


Yo denunciaré tu justicia y tus obras, que de nada te valdrán.


Por eso, así dice el Señor Yahveh: las víctimas que en ella habéis dejado son la carne y la ciudad es la olla; y a vosotros os sacaré de ella.


Llénala de trozos de carne, de todos los trozos mejores, pernil y espaldilla; llénala también de huesos selectos.


Pero vosotros os alzáis como enemigos contra mi pueblo: arrebatáis el manto al pacífico, a todo el que pasa confiado cuando vuelve de la guerra.


Desapareció de la tierra el piadoso, no queda un justo entre los hombres: todos acechan para derramar sangre, unos a otros se tienden redes,


para hacer el mal están prontas sus manos, por hacer el bien el príncipe exige paga, el juez juzga por recompensa, el grande sigue su propio capricho: todos tejen sus tramas.


¡Ay de quienes llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo! De la oscuridad hacen luz y de la luz oscuridad; convierten lo amargo en dulce y lo dulce en amargo.


Escuchad esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaría, que oprimís a los indigentes, maltratáis a los pobres y decíais a vuestros maridos: '¡Traed acá! ¡Bebamos!'.


Odiad el mal y amad el bien, restableced la justicia en el tribunal. Quizá se compadezca Yahveh, el Dios Sebaot, del resto de José.


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