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Mateo 24:14 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Este evangelio del reino será predicado en toda la tierra como testimonio para todos los pueblos. Y entonces llegará el fin.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Y se predicará la Buena Noticia acerca del reino por todo el mundo, de manera que todas las naciones la oirán; y entonces vendrá el fin.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Esta Buena Nueva del Reino será proclamada en el mundo entero, y todas las naciones oirán el mensaje; después vendrá el fin.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Y este evangelio del reino será proclamado en toda la tierra habitada, para testimonio a las naciones, y entonces vendrá el fin.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

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Mateo 24:14
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Vi otro ángel que volaba por lo más alto del cielo. Tenía un evangelio eterno para anunciarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,


Pero pregunto: ¿es que no han oído? ¡Claro que sí! Por toda la tierra se difundió su voz, y hasta el fin del universo llegaron sus palabras.


y que en su nombre había de predicarse la conversión para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.


si es que permanecéis bien cimentados y firmes en la fe, y sin dejaros apartar de la esperanza del evangelio que habéis oído y ha sido proclamado a toda criatura bajo el cielo, y al cual yo, Pablo, he sido destinado como servidor.


Id y predicad que el reino de los cielos está cerca.


Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia.


que llegó hasta vosotros y está fructificando y creciendo en todo el mundo, al igual que entre vosotros, desde el día en que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en su genuino sentido,


Habéis de oír fragores de batallas y noticias de guerras. ¡Cuidado! No os alarméis. Porque eso tiene que suceder, pero todavía no es el fin.


Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas, predicando el evangelio del reino y curando en el pueblo toda enfermedad y toda dolencia.


Al no dar con ellos, arrastraron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad vociferando: 'Éstos son los agitadores del mundo entero; han llegado hasta aquí


'Aquí está el día, mirad que se acerca, llega tu turno, florece la injusticia, germina la insolencia.


Porque has guardado la consigna de mi constancia, también yo te guardaré en la hora de la prueba que va a venir sobre todo el mundo para probar a los que habitan sobre la tierra.


Mirad: yo sé que no veréis más mi rostro ninguno de vosotros, entre los que pasé predicando el reino.


Mientras él estaba sentado en el monte de los Olivos, se le acercaron los discípulos para preguntarle a solas: 'Dinos: ¿cuándo sucederá esto y cuál será la señal de tu parusía y del final de los tiempos?'.


Son espíritus demoníacos que obran señales y visitan a los reyes de la tierra entera con el objetivo de congregarlos para la batalla del gran día del Dios todopoderoso.


Y llevándolo a una altura, le mostró en un momento todos los reinos del mundo.


desde el principio hasta el día en que, después de haber dado instrucciones, por medio del Espíritu Santo, a los apóstoles que él se había elegido, fue arrebatado a lo alto.


Uno de ellos, por nombre Ágabo, predecía, en virtud del Espíritu, que se abatiría sobre toda la tierra una gran hambre: fue la que sobrevino en tiempos de Claudio.


Os aseguro además: si dos de vosotros unen sus voces en la tierra para pedir cualquier cosa, la conseguirán de mi Padre que está en el cielo.


Por aquellos días salió un decreto de César Augusto para que se hiciera un censo del mundo entero.


Pero primero, el evangelio tiene que ser predicado a todos los pueblos.


ya que ha fijado un día en el que habrá de juzgar al mundo entero según justicia por medio de un hombre a quien ha designado y por quien ha dado a todos garantía al resucitarlo de entre los muertos'.


Esto no sólo entraña el peligro de que se nos vaya a la ruina el negocio, sino también el de que se tenga en nada el santuario de la gran diosa Artemisa y quede privada de su majestad aquella a quien toda el Asia y el mundo entero venera'.


Y en otro pasaje, al introducir en el mundo al primogénito, dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios.


Porque no fue a unos ángeles a los que sometió el mundo futuro del que venimos hablando.


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