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Mateo 23:38 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

38 Mirad que vuestra casa se os quedará desierta.

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Biblia Reina Valera 1960

38 He aquí vuestra casa os es dejada desierta.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

38 Y ahora, mira, tu casa está abandonada y desolada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

38 Por eso se van a quedar ustedes con su templo vacío.

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La Biblia Textual 3a Edicion

38 He aquí vuestra casa os es dejada desolada.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

38 He aquí vuestra casa os es dejada desierta.

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Mateo 23:38
21 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pero si no escucháis estas palabras, juro por mí mismo -oráculo de Yahveh- que esta casa vendrá a ser una ruina.


Mirad que vuestra casa se os quedará desierta. Pero yo os digo: ya no me volveréis a ver hasta que llegue el momento en que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!'.


Caerán al filo de la espada y serán llevados cautivos a todas las naciones; Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que el plazo de los gentiles se cumpla.


Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed que su devastación está cerca.


'De todo esto que estáis viendo, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra: todo será demolido'.


yo extirparé a Israel de la haz de la tierra que les di y arrojaré de mi presencia el templo que he consagrado a mi nombre, e Israel vendrá a ser proverbio e irrisión entre todos los pueblos.


Cuando veáis que la abominación de la desolación ha sido instalada donde no debe -entiéndalo bien el que lee-, entonces, los que estén en Judea huyan a los montes,


Él les dijo: '¿No veis todo esto? Pues os aseguro que no quedará aquí piedra sobre piedra: todo será demolido'.


Porque yo ya no tendré compasión de los habitantes del país -oráculo de Yahveh-. Mirad que yo mismo entregaré a cada cual en manos de su prójimo y en manos de su rey, ellos devastarán el país, sin que yo los libre de sus manos.


Pasadas las sesenta y dos semanas matarán al ungido y nada quedará. Vendrá un príncipe con su tropa y destruirá la ciudad y el santuario. El final será un cataclismo, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones decretadas.


Que sus ojos se nublen, al punto de no ver, y tiemblen sus riñones sin sosiego.


Derrama sobre ellos tu furor, y que el fuego de tu ira los alcance.


A mis oídos gritó Yahveh Sebaot: sí, muchas casas serán asoladas; grandes y hermosas, pero sin habitantes.


He exterminado naciones, sus torreones han sido derruidos, he dejado desiertas sus calles, no hay en ellas un solo transeúnte; están asoladas sus ciudades, ni un solo hombre queda en ellas, ni un solo habitante.


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