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Mateo 11:21 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 '¡Ay de ti, Corazaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque, si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los mismos milagros que en vosotras, ya hace tiempo que, cubiertas de cilicio y en ceniza, se habrían convertido.

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Biblia Reina Valera 1960

21 ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 «¡Qué aflicción les espera, Corazín y Betsaida! Pues, si en las perversas ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran hecho los milagros que hice entre ustedes, hace tiempo sus habitantes se habrían arrepentido de sus pecados vistiéndose con ropa de tela áspera y echándose ceniza sobre la cabeza en señal de remordimiento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 ¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y Sidón se hubiesen hecho los milagros que se han realizado en ustedes, seguramente se habrían arrepentido, poniéndose vestidos de penitencia y cubriéndose de ceniza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y Sidón° se hubieran hecho los milagros que se hicieron en vosotras, hace tiempo que se habrían arrepentido en cilicio y ceniza.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

21 ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros hechos en vosotras, se hubiesen hecho en Tiro y en Sidón, hace mucho que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza.

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Mateo 11:21
31 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Estaba muy irritado contra los tirios y los sidonios. Éstos, de común acuerdo, se presentaron ante él. Y habiéndose ganado a un tal Blasto, maestro de cámara del rey, solicitaban la paz, dado que su región dependía económicamente de la casa real.


Llegáronse éstos a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le dijeron: 'Señor, quisiéramos ver a Jesús'.


Regresaron los apóstoles y contaron a Jesús todo lo que habían hecho. Él los tomó consigo y se retiró a solas, hacia una ciudad llamada Betsaida.


Inmediatamente mandó a sus discípulos que subieran a la barca y pasaran antes que él a la otra orilla, hacia Betsaida, mientras que él despedía al pueblo.


Partió de allí Jesús y se retiró a la región de Tiro y de Sidón.


Por eso me retracto y me arrepiento, echándome polvo y ceniza'.


¡Ay de ellos! Porque se fueron por el camino de Caín, por un salario se sumergieron en el extravío de Balaán y perecieron en la rebelión de Coré.


Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro.


Cuando bajó con ellos, se detuvo en una explanada, donde había un grupo numeroso de discípulos suyos, y una gran multitud del pueblo, de toda Judea y Jerusalén, y del litoral de Tiro y Sidón,


Llegan a Betsaida. Entonces le traen un ciego y le suplican que lo toque.


Salió de los territorios de Tiro y, a través de Sidón, nuevamente se dirigió hacia el mar de Galilea, en pleno territorio de la Decápolis.


de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán y de los contornos de Tiro y Sidón.


¡Ay del mundo por los escándalos! Porque es inevitable que los haya, pero ¡ay del hombre por quien viene el escándalo!


Por eso, os digo: en el día del juicio, habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras.


Al día siguiente tocamos tierra en Sidón; Julio se portó amablemente con Pablo y le permitió visitar a sus amigos y recibir sus atenciones.


pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón.


Partió de allí y se dirigió a los territorios de Tiro. Entró en una casa y quería que nadie lo supiera, pero no consiguió pasar inadvertido;


El Hijo del hombre se va, conforme está escrito de él; pero ¡ay de ese hombre por quien el Hijo del hombre va a ser entregado! Más le valiera a tal hombre no haber nacido'.


tus adulterios, tus relinchos, la ignominia de tu prostitución. Sobre las colinas, en el campo, he visto tus abominaciones. ¡Ay de ti, Jerusalén, que no te purificas! ¿Hasta cuándo aún?


El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes de que venga el día de Yahveh, grande y terrible.


Así dice Yahveh: por tres crímenes de Tiro y por cuatro, no lo revocaré: porque entregaron multitud de cautivos a Edom, y no se acordaron de la alianza fraterna.


Cuando abrió el sexto sello, vi sobrevenir un gran terremoto, el sol se volvió negro como un tejido de crin, la luna, toda ella se volvió de sangre


Yo encargaré a mis dos testigos que profeticen durante mil doscientos sesenta días, vestidos de sayal.


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