Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Malaquías 1:6 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 El hijo honra a su padre, y el siervo a su señor. Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honor? Y si yo soy señor, ¿dónde está mi temor? Yahveh Sebaot os habla, sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Vosotros decís: '¿En qué menospreciamos tu nombre?'.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

6 El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

6 El Señor de los Ejércitos Celestiales dice a los sacerdotes: «Un hijo honra a su padre y un sirviente respeta a su señor. Si yo soy su padre y su señor, ¿dónde están el honor y el respeto que merezco? ¡Ustedes han tratado mi nombre con desprecio! »No obstante, preguntan: “¿De qué manera hemos tratado tu nombre con desprecio?”.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

6 El hijo honra a su padre; el servidor respeta a su patrón. Pero si yo soy padre, ¿dónde está la honra que se me debe? O si yo soy su patrón, ¿dónde el respeto a mi persona? Esto es lo que Yavé de los Ejércitos quiere saber de ustedes, sacerdotes que desprecian su Nombre. Ustedes dirán: '¿En qué hemos menospreciado tu Nombre?'

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

6 El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, Yo soy Padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy Señor, ¿dónde está el temor que se me debe? dice YHVH Sebaot a vosotros, oh sacerdotes que despreciáis mi Nombre. Y decís: ¿En qué hemos despreciado tu Nombre?

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 El hijo honra a su padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo Padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy Señor, ¿dónde está mi temor?, dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Malaquías 1:6
52 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿Por qué me llamáis: '¡Señor! ¡Señor!', y no hacéis lo que os digo?


Escucha, cielo; atiende, tierra que habla Yahveh: hijos crié y eduqué, y ellos se rebelaron contra mí.


Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que Yahveh, tu Dios, te va a dar.


Y si invocáis como Padre al que juzga imparcialmente a cada uno según sus obras, conducíos con temor en el tiempo de vuestra peregrinación,


Canaán tiene en su mano balanza fraudulenta, le gusta estafar.


No te enojes, Yahveh, hasta el extremo, ni recuerdes por siempre la culpa; mira, ve: ¡Tu pueblo somos todos nosotros!


Honra a tu padre y a tu madre: éste es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa:


Al hijo que se burla de su padre y desprecia la vejez de su madre, los cuervos le sacarán los ojos, lo devorarán los aguiluchos.


No todo el que me dice: '¡Señor, Señor!', entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.


Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre;


Hay una raza que maldice a su padre y no bendice a su madre;


Honra a tu padre y a tu madre, como te lo ha ordenado Yahveh, tu Dios, para que se prolonguen tus días y seas feliz en el suelo que Yahveh, tu Dios, te da.


Cada uno de vosotros respetará a su padre y a su madre; y guardaréis mis sábados. Yo, Yahveh, vuestro Dios.


Ya conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, no defraudarás, honra a tu padre y a tu madre'.


honra al padre y a la madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo'.


Perece mi pueblo por falta de sabiduría. Porque tú has rechazado la sabiduría, yo te rechazaré de mi sacerdocio. Porque tú te has olvidado de la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.


Sus sacerdotes violan mi ley y profanan mis cosas santas; no distinguen entre lo sacro y lo profano, no enseñan la diferencia entre lo impuro y lo puro; se tapan los ojos para no ver mis sábados, y soy profanado en medio de ellos.


Profetas y sacerdote son impíos, en mi propia casa encontré su maldad -oráculo de Yahveh-.


ya no tiene que honrar a su padre o a su madre', y así habéis anulado la palabra de Dios por esa tradición vuestra.


Pero vosotros os habéis apartado del camino, habéis hecho tropezar a muchos con vuestra enseñanza, habéis destruido la alianza de Leví -dice Yahveh Sebaot-.


Pero él, queriendo justificarse, le preguntó a Jesús: '¿Y quién es mi prójimo?'.


Sed compasivos, como compasivo es vuestro Padre.


Pues Moisés mandó: Honra a tu padre y a tu madre; y también: Quien maldiga a su padre o a su madre morirá sin remisión.


Vienen con llanto y los guío con alivio; los llevo a torrentes de agua, por camino recto, donde no tropiecen, porque soy para Israel un padre y Efraín es mi primogénito'.


Ya conoces los mandamientos: No cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre'.


Porque Dios mandó: Honra al padre y a la madre; y también: Quien maldijere al padre o a la madre, morirá sin remisión.


Escuchad esto, sacerdotes, atiende, casa de Israel, óyelo, casa real: sois vosotros los llamados a juicio, porque fuisteis lazo en Mispá, y red tendida en el Tabor.


Y has visto cómo en el desierto Yahveh, tu Dios, te ha llevado como un hombre lleva a su hijo, a lo largo de todo el camino que habéis recorrido hasta llegar a este lugar'.


Igual que ojos de siervo hacia la mano del Señor, como los ojos de la esclava hacia la mano de su dueña, así nuestros ojos hacia el Señor Dios nuestro, hasta que él tenga piedad.


Corona de los ancianos son sus nietos; honor de los hijos, sus padres.


No me trajiste el cordero de tus holocaustos ni me ensalzaste con tus sacrificios. No te abrumé exigiéndote ofrendas, ni te cansé pidiéndote incienso.


¿No acabas de implorarme ahora mismo: ¡Padre mío! El amigo de mi juventud eres tú?


Mientras los hijos de Jonadab, hijo de Recab, han cumplido la orden que su antepasado les había impuesto, este pueblo no me ha escuchado a mí.


Sus profetas son vanidosos, impostores; sus sacerdotes profanan lo santo, quebrantan la ley.


¿No tenemos todos un mismo Padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué nos traicionamos unos a otros, profanando la alianza de nuestros padres?


¿Así pagas a Yahveh, pueblo necio e insensato? ¿No es él tu padre, el que te creó, el que te hizo y te dio consistencia?


¡Ay de quien dice a un padre: '¿Qué engendras?' o a una mujer: '¿Qué das a luz?'.


Pero ahora, Yahveh, tú eres nuestro padre. Nosotros somos la arcilla y tú el alfarero, obra de tus manos todos nosotros.


Me llegaré a vosotros para el juicio y seré un testigo irrefutable contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran en falso, contra los que defraudan el jornal del jornalero, avasallan a la viuda y al huérfano y oprimen al forastero mostrando así que no me temen -dice Yahveh Sebaot-.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម