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Lucas 23:35 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 El pueblo estaba allí mirando. Los jefes se mofaban de él, diciendo: 'Ha salvado a otros; pues que se salve a sí mismo, si él es el Cristo de Dios, el elegido'.

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Biblia Reina Valera 1960

35 Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si este es el Cristo, el escogido de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 La multitud observaba, y los líderes se burlaban. «Salvó a otros —decían—, que se salve a sí mismo si de verdad es el Mesías de Dios, el Elegido».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 La gente estaba allí mirando; los jefes, por su parte, se burlaban diciendo: 'Si salvó a otros, que se salve a sí mismo, ya que es el Mesías de Dios, el Elegido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 Y el pueblo estaba observando; y también los magistrados se burlaban, diciendo: Salvó a otros; sálvese a sí mismo, si éste es el Ungido de Dios, el Escogido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

35 Y el pueblo estaba mirando; y también los príncipes con ellos se burlaban de Él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si Él es el Cristo, el escogido de Dios.

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Lucas 23:35
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Mastines me circundan y me asedia una turba de malvados, ligadas mis manos y mis pies.


Mirad a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien se complace mi alma. Puse mi espíritu sobre él; dictará equidad a las naciones.


Acudid a él, piedra viva, desechada por los hombres, pero ante Dios escogida y preciosa.


Estaban oyendo todo esto los fariseos, que son avarientos, y se burlaban de él.


Mirad a mi siervo, a quien yo elegí; a mi predilecto, en quien se complace mi alma. Sobre él pondré mi espíritu, y él dictará equidad a las naciones.


despreciado y abandonado de los hombres, varón de dolores, familiarizado con la dolencia, como aquél ante quien se tapa el rostro, despreciado, de modo que no le hicimos caso.


mientras de los cielos salió una voz que decía: 'Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco'.


'Pero sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén derramaré un espíritu de gracia y de oración, y mirarán a aquel a quien ellos mismos traspasaron. Harán duelo por él como se hace duelo por el hijo único y llorarán amargamente por él como se llora amargamente por el primogénito.


He sido la risa de todo mi pueblo, su cantilena de todos los días.


Así dice Yahveh, redentor de Israel, su Santo, al despreciado en el alma, al aborrecido de las gentes, al siervo de los tiranos: Reyes lo verán y se pondrán de pie; príncipes, y se postrarán, por amor de Yahveh, que es fiel, del Santo de Israel, que te eligió.


'Dios le tiene abandonado: acosadle y prendedle: no hay nadie que le salve'.


Que sean sus cercados devastados y que sus tiendas no tengan morador.


Y ahora, en mi caída, se alegran ellos, se reúnen, confabulan para asestarme el golpe de improviso, y destrozan sin tregua.


Al invocarte atiéndeme, oh Dios, mi liberador. Tú eres quien me alivia en las angustias: apiádate y escucha mi plegaria.


Entonces Pilato convocó a los pontífices a los jefes y al pueblo


Uno de los malhechores crucificados lo insultaba: '¿No eres tú el Cristo? Pues sálvate a tí mismo y a nosotros'.


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