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Lamentaciones 5:6 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Hacia Egipto tendimos la mano, hacia Asiria, para hartarnos de pan.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Al egipcio y al asirio extendimos la mano, para saciarnos de pan.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Nos sometimos a Egipto y a Asiria para conseguir alimentos y así sobrevivir.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Tendimos a Egipto nuestra mano, y a Asur, para calmar el hambre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Hemos tenido que pactar° con egipcios y con asirios, Para saciarnos de pan.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Al egipcio y al asirio extendimos la mano, para saciarnos de pan.

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Lamentaciones 5:6
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Efraín me rodea de mentira, y de engaño la casa de Israel. Pero Judá está aún con Dios y es fiel al Santo.


No habitarán en la tierra de Yahveh: Efraín volverá a Egipto y en Asiria comerán manjar impuro.


Efraín es como una paloma incauta y sin seso: acuden a Egipto, llaman a Asiria.


Cuando Efraín vio su enfermedad y Judá su llaga, Efraín acudió a Asiria y Judá al rey de Yareb; pero él no podrá sanaros ni curará vuestra llaga.


¡Qué a la ligera tomas el cambiar tu camino! También de Egipto tendrás que avergonzarte, como de Asiria quedaste avergonzada.


Y ahora, ¿a qué tienes tú que ir a Egipto a beber las aguas del Nilo? y, ¿a qué tienes que ir a Asiria a beber las aguas del Río?


Dijo Abrahán a su siervo, el más antiguo de su casa, el que administraba todos sus bienes: 'Pon tu mano bajo mi muslo,


Despreció el juramento y rompió la alianza. Mirad que él había dado su mano, y luego hizo todas estas cosas. No escapará'.


dad alaridos frente a ella en derredor. Ella tiende su mano; sus habitantes se desploman, se derrumban sus murallas. Es la venganza de Yahveh; vengaos de ella. Como ella hizo, hacedle a ella.


Fuiste a Mélec con ungüentos, prodigaste tus perfumes; enviaste tus legados a lo lejos, allá abajo hasta el seol.


Partió de allí y encontró a Jonadab, hijo de Recab, que le salía al encuentro. Lo saludó y le preguntó: '¿Es sincero conmigo tu corazón como lo es el mío contigo?'. Respondió Jonadab: 'Sí; lo es'. Le dijo Jehú: 'Pues si es así, dame la mano'. Y el otro se la dio. Entonces Jehú le mandó subir al carro a su lado.


Ain. Todavía se consumen nuestros ojos esperando en vano el socorro. Desde nuestra atalaya oteábamos a una nación incapaz de salvarnos.


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