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Lamentaciones 4:10 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Yod. Manos de mujeres delicadas pusieron a cocer sus propios hijos, y éstos fueron su alimento en el desastre de la hija de mi pueblo.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Las manos de mujeres piadosas cocieron a sus hijos; Sus propios hijos les sirvieron de comida en el día del quebrantamiento de la hija de mi pueblo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Mujeres de buen corazón han cocinado a sus propios hijos; los comieron para sobrevivir el sitio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Las mismas manos de tiernas mujeres cocieron a sus hijos, los sirvieron como comida en la ruina de la Hija de mi pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 y Manos de mujeres compasivas cocinaron a sus propios hijos: Les sirvieron de comida en la gran calamidad de la hija de mi pueblo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Las manos de las mujeres piadosas cocieron a sus propios hijos; les sirvieron de comida en el quebrantamiento de la hija de mi pueblo.

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Lamentaciones 4:10
12 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Res. Mira, Yahveh, y considera: ¿a quién has tratado así? ¿Tendrán que comer las mujeres el fruto de su vientre, los niños que llevan todavía en sus brazos? ¿Matarán en el santuario del Señor a los sacerdotes y a los profetas?


¿Olvida una mujer a su niño, una madre al hijo de sus entrañas? Pues aunque ellas lo olvidaran, yo no me olvidaría de ti.


Les daré a comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas y los unos comerán la carne de los otros, por la angustia y por el aprieto con que los apretarán sus enemigos y quienes atentan contra su vida.


Por eso, habrá padres que se comerán a sus hijos en medio de ti, e hijos que se comerán a sus padres; ejecutaré en ti la sentencia, esparciendo a todos los vientos todo lo que quede de ti.


Guímel. Hasta los chacales ofrecen las ubres para dar de mamar a sus crías; la hija de mi pueblo se ha vuelto cruel como las avestruces del desierto.


Torrentes de agua derraman mis ojos por el desastre de la hija de mi pueblo.


Comeréis la carne de vuestros hijos y la carne de vuestras hijas comeréis.


El día nueve del mes cuarto arreció tanto el hambre en la ciudad que no había pan para la gente del pueblo.


Kaf. Mis ojos se consumen por las lágrimas, hierven mis entrañas. Se derramó por tierra mi hiel a causa del desastre de la hija de mi pueblo, al ver que niños y lactantes desfallecían en las plazas de la ciudad.


henchida de alborotos, ciudad estrepitosa, villa bullanguera? Tus caídos no cayeron a espada, no murieron en campaña.


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