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Lamentaciones 3:37 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

37 Mem. ¿Quién dijo algo y sucedió sin que el Señor lo disponga?

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Biblia Reina Valera 1960

37 ¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

37 ¿Quién puede ordenar que algo suceda sin permiso del Señor?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

37 ¿Quién habló y realizó? ¿No es el Señor el que decidió?

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La Biblia Textual 3a Edicion

37 m ¿Quién dijo algo y ocurrió, sin que Adonay lo dispusiera?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

37 ¿Quién será aquel que diga, que vino algo que el Señor no mandó?

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Lamentaciones 3:37
16 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Desde el principio yo anuncio el fin y desde el comienzo lo que aún no ha sucedido; digo mi plan, y se cumple; hago realidad todos mis deseos.


El corazón del hombre traza su camino, pero es Yahveh quien dirige sus pasos.


Hay muchos planes en el corazón del hombre, pero sólo se cumple el designio de Yahveh.


No hay sabiduría, ni inteligencia, ni consejo que valga contra Yahveh.


En él mismo hemos sido también agraciados con la herencia, predestinados -según el previo decreto del que lo impulsa todo conforme a la decisión de su voluntad-


Porque a Moisés le dice: Haré gracia a quien yo quiera hacerla, y tendré misericordia de quien yo quiera tenerla.


Aquí estoy contra los que profetizan sueños mentirosos -oráculo de Yahveh-, y los cuentan, engañando así a mi pueblo con sus mentiras y sus fanfarronadas, siendo así que no los he enviado ni les he dado orden alguna, y por eso no son de utilidad para este pueblo -oráculo de Yahveh-.


Contestóles el Faraón: '¡Así esté Yahveh con vosotros, como yo os deje ir a vosotros y a vuestros hijos! ¡Ahora saltan a la vista vuestras malas intenciones!


Pero el rey respondió: '¿Qué tengo yo que ver con vosotros, hijos de Servia? Déjalo que me insulte. Porque si Yahveh le dice: 'Insulta a David', ¿quién podrá decirle: 'Por qué haces eso?''.


Un hombre disparó al azar su arco e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la coraza. El rey dijo entonces a su auriga: 'Da la vuelta y sácame del campo de batalla, porque estoy herido'.


Estaba aún hablando con ellos cuando bajó el rey y le dijo: 'Ciertamente esta desgracia viene de Yahveh. ¿Qué puedo yo esperar ya de Yahveh?'.


Pero él respondió: 'Hablas como una necia. Si aceptamos la dicha que Dios nos envía, ¿por qué no aceptar la desgracia?'. En nada de esto pecó Job con sus labios.


Pero algo escondías en tu mente; yo sé que era esto lo que te reservabas:


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