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Lamentaciones 3:24 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Mi posesión es Yahveh, dice mi alma, por eso espero en Él.

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Biblia Reina Valera 1960

24 Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Me digo: «El Señor es mi herencia, por lo tanto, ¡esperaré en él!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Dice mi alma: 'Yavé es mi parte, por eso en él esperaré.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 j ¡YHVH es mi porción!, dice mi alma, por tanto esperaré en Él.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

24 Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto en Él esperaré.

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Lamentaciones 3:24
25 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Mi carne y mis entrañas se consumen, mas el Señor es para siempre mi roca y mi porción.


La porción de mi herencia y de mi copa eres tú, oh Señor: tú eres el que cuida de mis suertes.


Pero hay algo que recuerdo y me da esperanza:


Miro a mi diestra para ver, y no hay un solo conocido; se ha perdido para mí todo refugio, no hay nadie que se interese por mi vida.


El Señor es el que vela por sus fieles, por los que esperan en sus gracias,


No es como la de éstos la porción de Jacob, porque él es quien formó el universo, y su tribu hereditaria es Israel. Yahveh Sebaot es su nombre.


Adornad al Señor, sus fieles todos, pues preserva el Señor a los leales y castiga severo a los soberbios.


No es como la de éstos la porción de Jacob, porque él es quien formó el universo, y su tribu hereditaria es Israel. Yahveh Sebaot es su nombre.


los que por él creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio la gloria, de modo que vuestra fe y esperanza estén puestas en Dios.


Y también dice Isaías: La raíz de Jesé se erguirá y el que surge para gobernar las naciones. ¡En Él pondrán las naciones su esperanza!


que Israel espere en el Señor, pues con él está la gracia y la total salvación.


Torre y escudo es el Señor: él otorga favores y fortuna, y no rehúsa bien alguno al que camina en rectitud.


Mi victoria y mi honor están en Dios, y en él mi roca fuerte y mi defensa.


¿Por qué estás abatida, oh alma mía, y murmuras en mí? Confía en el Señor: podré aún alabarlo, a él, alegría de mi rostro, a él, mi Dios.


Él puede matarme. Nada espero, sino defender ante él mi conducta.


Dios los ayudó contra ellos, y los agarenos y todos los que con ellos estaban cayeron en sus manos; pues clamaron a Dios durante la batalla, y él los escuchó, porque habían confiado en él.


David se vio entonces en un grave aprieto, porque la gente hablaba de lapidarlo, ya que todos estaban llenos de amargura por sus hijos e hijas. Pero David cobró ánimos en Yahveh, su Dios.


Jet. Mi destino, Señor -yo lo proclamo-, es guardar tus ordenanzas.


con quebranto en los huesos?'. El opresor me insulta, diciéndome sin tregua: '¿Dónde está tu Dios?'.


Al recordarme de ello, mi alma se derrama en mi interior. Me uniré con el pueblo, lo guiaré hacia la casa del Señor, entre voces de alegría y alabanzas de multitud en fiesta.


No tendrán heredad en medio de sus hermanos: Yahveh es su heredad, según él les ha dicho.


pues Sadday será entonces tu tesoro, montones de plata para ti.


Cuanto a mí, seguiré esperando, reiterando mis alabanzas.


Cuando crecen las cuitas en mi pecho, tus consuelos me alegran el espíritu.


Pero yo fijaré mi vista en Yahveh, esperaré en el Dios de mi salvación: mi Dios me escuchará.


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