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Lamentaciones 2:11 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Kaf. Mis ojos se consumen por las lágrimas, hierven mis entrañas. Se derramó por tierra mi hiel a causa del desastre de la hija de mi pueblo, al ver que niños y lactantes desfallecían en las plazas de la ciudad.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Mis ojos desfallecieron de lágrimas, se conmovieron mis entrañas, Mi hígado se derramó por tierra a causa del quebrantamiento de la hija de mi pueblo, Cuando desfallecía el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Lloré hasta que no tuve más lágrimas; mi corazón está destrozado. Mi espíritu se derrama de angustia al ver la situación desesperada de mi pueblo. Los niños y los bebés desfallecen y mueren en las calles.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Mis ojos se agotan de llorar y arden mis entrañas, mi hígado se derrama por tierra por el desastre de la Hija de mi pueblo, mientras desfallecen niños y lactantes en las plazas de la ciudad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 k Mis ojos se consumen en lágrimas, mis entrañas de amargura, Y mi hiel se derrama por tierra por la ruina de la capital de mi pueblo: Muchachos y niños de pecho desfallecen en las calles de la ciudad.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Mis ojos desfallecieron de lágrimas, se conmovieron mis entrañas, mi hígado se derramó por tierra por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo, cuando desfallecía el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad.

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Lamentaciones 2:11
26 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Res. ¡Mira, Yahveh, cuán angustiada estoy! Me hierven las entrañas, mi corazón se retuerce en mi interior, porque he sido muy rebelde. Por fuera hace estragos la espada, por dentro es como la muerte.


Ain. Por eso estoy llorando y mis ojos se deshacen en lágrimas, porque se alejó de mí el consolador, el que puede devolverme la vida. Mis hijos están desolados, porque prevalece el enemigo.


Silban junto a mí sus disparos, me traspasa los riñones sin piedad, esparce por tierra mi hiel.


¡Mis entrañas! ¡Mis entrañas! ¡Me retuerzo de dolor! ¡Entretelas de mi corazón! Mi corazón me palpita, no puedo callarme, pues sonido de trompeta oye mi alma, alarma de guerra.


Por eso digo: 'No me miréis, lloraré amargamente; no porfiéis en consolarme por la ruina de la hija de mi pueblo'.


hacia mí abren sus fauces, como león que ruge y que devora.


Yo me consumo en medio de gemidos, inundo de llanto mi cama cada noche y humedezco de lágrimas mi lecho:


Porque se acercan días en que se dirá: '¡Dichosas las estériles! ¡Bienaventurados los senos que no engendraron y los pechos que no criaron!'.


Ahora, así dice Yahveh, el Dios Sebaot, el Dios de Israel: '¿Por qué os hacéis tan grave daño a vosotros mismos, exterminando de en medio de Judá a hombres y mujeres, a niños y lactantes, de forma que no os quede ni un resto,


Les dirás esta palabra: Vierten lágrimas mis ojos noche y día y no cesan, porque por un gran quebranto está quebrantada la virgen, hija de mi pueblo, por un golpe del todo incurable.


¡Mira! ¡Oye! Gritos de socorro de la hija de mi pueblo, por todo el país a la redonda: ¿no está Yahveh en Sión, no está en ella su rey? ¿Por qué me han irritado con sus estatuas, con los ídolos del extranjero?


que me estoy anegando en el cieno del abismo, sin poder hacer pie; que me estoy sumergiendo en las aguas profundas, envuelto en las corrientes.


No me entregas en manos de enemigos, mas colocas mis pies en campo libre.


David y los que le acompañaban alzaron la voz y lloraron hasta más no poder.


Como golondrina, así triso, zureo como paloma. Desfallecen mis ojos mirando a lo alto. ¡Señor, estoy oprimido, protégeme!


Las entrañas me hierven sin descanso, me han alcanzado días de aflicción.


Mis riñones están enfebrecidos no hay en mi carne parte sana.


mis ojos languidecen hacia tus promesas y digo: '¿Cuándo vendrás a consolarme?'.


Por esto está enfermo nuestro corazón, por esto están nublados nuestros ojos:


Tus hijos yacen desmayados, en todas las bocacalles, como antílope en la red, repleto del furor de Yahveh, de la increpación de tu Dios.


Kaf. Todo su pueblo gime buscando pan; dan sus joyas a cambio de alimento para conservar la vida. Mira, Yahveh, y observa cuán abatida estoy.


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