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Jueces 21:25 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Por aquellos días no había rey en Israel, y cada uno hacía lo que bien le parecía.

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Biblia Reina Valera 1960

25 En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 En esos días, Israel no tenía rey; cada uno hacía lo que le parecía correcto según su propio criterio.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 En ese tiempo no había rey en Israel y cada uno hacía lo que se le antojaba.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 En aquellos días no había rey en Israel. Cada uno hacía lo que bien le parecía.°

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

25 En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que le parecía recto ante sus propios ojos.

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Jueces 21:25
13 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

No haréis en manera alguna como aquí hacemos nosotros ahora, cada cual lo que le parece bien,


Por aquellos días no había rey en Israel y cada uno hacía lo que bien le parecía.


Confía en Yahveh de todo corazón y no te apoyes en tu entendimiento.


Alégrate, joven, en tu adolescencia y vive feliz en los días de tu juventud. Sigue los impulsos de tu corazón y da placer a tus ojos. Pero sábete que por todo ello Dios te llamará a juicio.


Hay caminos que parecen rectos, pero al fin conducen a la muerte.


Por aquel tiempo, cuando aún no había rey en Israel, un levita que residía como forastero en los confines de la montaña de Efraín tomó como concubina a una mujer de Belén de Judá.


Por aquellos días no había rey en Israel. La tribu de Dan andaba buscando un territorio para establecerse, porque hasta aquel entonces no le había correspondido heredad en medio de las tribus de Israel.


Cercene el Señor todos los labios lisonjeros las lenguas contadoras de grandezas,


Los cinco hombres partieron y llegaron a Lais. Vieron que aquella gente vivía confiada, a la manera de los sidonios, tranquila y segura, sin que faltara nada en el país, rico en recursos, alejado de los sidonios y sin relación alguna con nadie.


Los israelitas se fueron de allí cada uno a su tribu y a su familia; salieron de allí cada uno hacia su heredad.


Todos nosotros como ovejas errábamos, cada uno a su camino nos volvíamos. Pero Yahveh hizo que le alcanzara la iniquidad de todos nosotros.


Quien inmola un toro, también mata a un hombre; quien sacrifica una oveja, también desnuca a un perro; quien ofrece libación, también ofrece sangre de cerdo; quien presenta incienso, también alaba a un ídolo. Como ellos eligen sus propios caminos y su alma se complace en sus horrores,


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