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Josué 8:35 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 No quedó disposición de cuantas había ordenado Moisés que no leyera Josué delante de toda la asamblea de Israel, incluidos mujeres y niños, y los extranjeros que moraban entre ellos.

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Biblia Reina Valera 1960

35 No hubo palabra alguna de todo cuanto mandó Moisés, que Josué no hiciese leer delante de toda la congregación de Israel, y de las mujeres, de los niños, y de los extranjeros que moraban entre ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 Cada palabra de cada mandato que Moisés había dado se leyó a todos los israelitas reunidos en asamblea, incluso a las mujeres, a los niños y a los extranjeros que vivían entre ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 Josué leyó las instrucciones de Moisés, sin exceptuar nada, en presencia de la comunidad de Israel, en presencia de las mujeres, de los niños y de los extranjeros que vivían con ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 No hubo palabra de todo lo que ordenó Moisés, que Josué no leyera frente a toda la congregación de Israel, tanto a mujeres como a pequeños, y al extranjero que andaba en medio de ellos.°

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

35 No hubo palabra alguna de todas las cosas que mandó Moisés, que Josué no hiciese leer delante de toda la congregación de Israel, mujeres y niños, y extranjeros que andaban entre ellos.

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Josué 8:35
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Reúne al pueblo, hombres, mujeres y niños, y a los extranjeros que se hallen en tus ciudades, para que oigan y aprendan a temer a Yahveh, vuestro Dios, y cuiden de poner por obra todas las disposiciones de esta ley.


Así, pues, el día primero del mes séptimo, el sacerdote Esdras trajo la ley ante la asamblea, compuesta de hombres, de mujeres y de todos los que tenían uso de razón.


así dice Yahveh: 'Ponte en el atrio del templo de Yahveh y di a todas las ciudades de Judá que vienen a adorar en el templo de Yahveh todas las palabras que te he mandado decirles, sin omitir una sola.


Pero, cuando se nos acabaron los días, emprendimos la marcha. Nos acompañaban todos, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la ciudad. Puestos de rodillas sobre la playa, oramos,


Cuando Jesús lo vio, lo llevó muy a mal y les dijo: 'Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis; pues el reino de Dios es de los que son como ellos.


reunid al pueblo, santificad la reunión, congregad a los ancianos, reunid a los jóvenes y hasta a los niños de pecho. Salga el esposo de su alcoba, y la esposa de su tálamo.


Mientras Esdras oraba, llorando y postrado ante el templo de Dios, se congregó en torno a él un concurso muy numeroso de israelitas: hombres, mujeres y niños. El pueblo lloraba muy copiosamente.


Estáis presentes para entrar en la alianza, acompañada de juramento imprecatorio, que Yahveh, tu Dios, concluye hoy contigo,


porque ningún temor me impidió anunciaros todo el designio completo de Dios.


Nada añadiréis a lo que yo os mando, ni de ello quitaréis nada, sino que guardaréis los mandamientos de Yahveh, vuestro Dios, que yo os ordeno.


Subió también con ellos una abigarrada muchedumbre y gran cantidad de ganado menor y mayor.


'Así dice Yahveh Sebaot: sucederá en aquellos días que diez hombres de diferentes lenguas de las naciones asirán por la orla del manto a un judío, diciéndole: 'Queremos ir con vosotros, pues hemos oído que Dios está con vosotros'.'


'Hoy todos vosotros estáis presentes ante Yahveh, vuestro Dios: vuestros jefes de tribu, vuestros ancianos, vuestros escribas, todos los hombres de Israel,


vuestros pequeños, vuestras mujeres e incluso los extranjeros que moran en tu campamento, desde el que te corta la leña hasta el que te saca el agua.


Desde el alba hasta el mediodía, estuvo leyendo el libro en la plaza que hay delante de la puerta de las Aguas en presencia de los hombres, de las mujeres y de todos los que tenían uso de razón. Todo el pueblo tenía los oídos atentos al libro de la ley.


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