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Josué 17:16 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Respondiéronle los hijos de José: 'Desde luego, no nos basta la montaña; y además, todos los cananeos que habitan en la zona del valle poseen carros de hierro, tanto los de Betsán y sus filiales como los de la llanura de Yirzreel'.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Y los hijos de José dijeron: No nos bastará a nosotros este monte; y todos los cananeos que habitan la tierra de la llanura, tienen carros herrados; los que están en Bet-seán y en sus aldeas, y los que están en el valle de Jezreel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Los descendientes de José respondieron: —Es cierto que la zona montañosa no es lo suficientemente grande para nosotros. Pero todos los cananeos de las tierras bajas tienen carros de guerra hechos de hierro, tanto los que viven en Bet-sán y en sus asentamientos vecinos como los que habitan el valle de Jezreel. Son demasiado poderosos para nosotros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Los hijos de José le dijeron: 'La montaña no nos basta, pero todos los cananeos que viven en la llanura tienen carros de hierro como también los que viven en Bet-seán y en sus aldeas y los que viven en el llano de Jizreel'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Pero los hijos de José le respondieron: No nos bastará esa región montañosa. Además, todos los cananeos que habitan la tierra del valle tienen carros de hierro, los que están en Betseán y en sus aldeas, y los que están en el valle de Jezreel.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 Y los hijos de José dijeron: No nos bastará a nosotros este monte; y todos los cananeos que habitan la tierra de la llanura, tienen carros herrados; los que están en Bet-seán y en sus aldeas, y los que están en el valle de Jezreel.

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Josué 17:16
20 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Baaná, hijo de Ajilud, tenía Taanac, Meguidó y hasta más allá de Yocmeán, y todo Betsán, por debajo de Yizreel, desde Betsán hasta Abel Mejolá, que está junto a Sartán;


Los israelitas clamaron a Yahveh, pues Yabín tenía novecientos carros de hierro y había ejercido una dura opresión sobre los israelitas durante veinte años.


Yahveh estuvo con Judá, que conquistó la montaña, pero no pudo expulsar a los habitantes del llano, porque tenían carros de hierro.


Concentráronse todos los madianitas, los amalecitas y los hijos de oriente, pasaron el Jordán y acamparon en la llanura de Yizreel.


tuya será también la región montañosa; aunque ahora ves que es bosque, la roturarás, y tuyos serán sus confines, pues lograrás expulsar a los cananeos, aunque tengan carros de hierro y aunque sean fuertes'.


El cadáver de Jezabel será como estiércol sobre la superficie del campo en la heredad de Yizreel, de suerte que no podrán decir: ¡Ésta era Jezabel!''.


A Jezabel la devorarán los perros en el valle de Yizreel, y no habrá quien la sepulte'. Abrió luego la puerta y escapó.


También contra Jezabel ha dicho Yahveh: 'Los perros comerán a Jezabel junto al muro de Yizreel'.


Sucedió después que Nabot de Yizreel tenía en Yizreel una viña junto al palacio de Ajab, rey de Samaría.


La mano de Yahveh se posó sobre Elías, quien se ciñó la cintura y fue corriendo delante de Ajab hasta la entrada de Yizreel.


Sísara reunió todos sus carros, novecientos carros de hierro, y todo su ejército, desde Jaróset Hagoin hasta el torrente Quisón.


Su territorio comprendía: Yizreel, Quesulot y Sunén,


A Manasés le pertenecía, en el territorio de Isacar y de Aser: Betsán con sus filiales, Yibleán con sus filiales, los habitantes de Dor con sus filiales, los habitantes de Taanac con sus filiales y los habitantes de Meguidó con sus filiales: la tercera parte de Néfet.


Josué les contestó: 'Si eres un pueblo tan numeroso, sube al bosque y rotura en beneficio tuyo una parte en la tierra de los perizeos y de los refaítas, ya que la montaña de Efraín te resulta angosta'.


Josué dijo entonces a la casa de José, a Efraín y Manasés: 'Eres un pueblo numeroso y muy fuerte. No te corresponderá una sola heredad;


En pocos instantes se cubrieron los cielos de nubes borrascosas y se desencadenó una lluvia torrencial. Subió Ajab a su carro y se marchó hacia Yizreel.


Por eso, mirad que vienen días -oráculo de Yahveh-, en que lanzaré contra Rabá de los amonitas el grito de guerra: será una escombrera desolada, y sus hijas consumidas por el fuego. Así heredará Israel a sus herederos, dice Yahveh.


Reunieron los filisteos todas sus tropas en Afec, mientras que Israel acampaba junto a la fuente de Yizreel.


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