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Josué 11:20 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Pues fue designio de Yahveh que los corazones de sus moradores se obstinaran en entablar combate con Israel, y así fueran entregados al anatema, sin que hubiera para ellos compasión. Fueron aniquilados, como había ordenado Yahveh a Moisés.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Porque esto vino de Jehová, que endurecía el corazón de ellos para que resistiesen con guerra a Israel, para destruirlos, y que no les fuese hecha misericordia, sino que fuesen desarraigados, como Jehová lo había mandado a Moisés.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 porque el Señor les endureció el corazón y los hizo pelear contra los israelitas. Así que fueron totalmente destruidos sin compasión, tal como el Señor le había ordenado a Moisés.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Yavé les dio ánimo a todos para que hicieran la guerra a Israel, con el fin de que fueran consagrados en anatema y destruidos sin misericordia como Yavé se lo había ordenado a Moisés.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Porque era de YHVH endurecer el corazón de ellos para que resistieran con guerra a Israel, a fin de dedicarlos al exterminio, sin que hubiera para ellos clemencia y llegaran así a ser desarraigados, tal como YHVH había ordenado a Moisés.°

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Porque esto vino de Jehová, que endurecía el corazón de ellos para que resistiesen con guerra a Israel, para destruirlos, y que no les fuese hecha misericordia, antes fuesen desarraigados, como Jehová lo había mandado a Moisés.

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Josué 11:20
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por lo tanto, Él tiene misericordia de quien quiere, y Él endurece a quien quiere.


Dijo Yahveh a Moisés: 'Ahora que vas a volver a Egipto, disponte a hacer delante del Faraón todos los prodigios que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón y no dejará salir al pueblo'.


Exterminarás, pues, a todos los pueblos que Yahveh, tu Dios, te va a entregar; no se apiaden tus ojos de ellos. Y no rendirás culto a sus dioses, porque eso sería un lazo para ti.


Pero Sijón, rey de Jesbón, no nos permitió pasar por su territorio; pues Yahveh, tu Dios, había hecho inflexible su espíritu y había endurecido su corazón, a fin de ponerlo en tus manos como lo está todavía hoy.


Su padre y su madre no sabían que esto provenía de Yahveh, que buscaba así un pretexto contra los filisteos, pues por aquel tiempo éstos dominaban en Israel.


Yo endureceré el corazón de los egipcios y entrarán detrás de ellos. Me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de sus guerreros.


Pero te he dejado con vida, para darte a conocer mi fuerza y para que mi nombre se divulgue sobre toda la tierra.


A estas palabras del profeta respondió el rey: '¿Te hemos nombrado acaso consejero del rey? Acaba ya, si no quieres que te mate'. Pero el profeta concluyó diciendo: 'Sé que Dios ha resuelto destruirte por haber hecho eso y por no escuchar mi consejo'.


No escuchó, pues, el rey al pueblo, porque así estaba dispuesto por Yahveh, para que se cumpliera la palabra que Yahveh había anunciado por medio de Ajías de Siló, a Jeroboán, hijo de Nebat.


Si uno peca contra otro, Dios lo juzgará, como árbitro que es; pero, si uno peca contra Yahveh, ¿quién puede interceder por él?'. Pero ellos no escucharon la voz de su padre, porque Yahveh quería matarlos.


Endureció Yahveh el corazón del Faraón y éste no los escuchó, tal y como lo había predicho Yahveh a Moisés.


Yahveh dijo a Moisés: 'Ve al Faraón, pues yo he endurecido su corazón y el corazón de sus siervos, a fin de obrar mis prodigios en medio de su pueblo,


Todos esos prodigios obraron Moisés y Aarón ante el Faraón. Pero Yahveh endureció el corazón del Faraón, y éste no dejó salir de su país a los israelitas.


Yo endureceré el corazón del Faraón, que se lanzará tras ellos, pero yo me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército. Así reconocerán los egipcios que yo soy Yahveh'. Así lo hicieron.


Yahveh endureció el corazón del Faraón, rey de Egipto, que salió en persecución de los israelitas; pero éstos habían salido con la protección divina.


Absalón y todos los hombres de Israel dijeron: 'El consejo de Jusay, el arquita, es preferible al de Ajitófel'. La realidad era que Yahveh había determinado frustrar el acertado consejo de Ajitófel, para lanzar Yahveh sobre Absalón la desgracia.


Pero estaba de Dios la ruina de Ocozías, cuando éste fue a visitar a Jorán. Porque, así que llegó, salió con Jorán al encuentro de Jehú, hijo de Nimsí, a quien Yahveh había ungido para exterminar la casa de Ajab.


Yahveh Sebaot ha jurado diciendo: '¡Cierto! Como lo he imaginado, así ha sucedido; como lo he planeado, así se cumplirá


que está indignado Yahveh contra todas las naciones, está enfurecido contra todo su ejército; los consagra al exterminio, los entrega a la matanza.


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