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Job 6:4 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Me penetran las flechas de Sadday, y mi espíritu bebe su veneno: los terrores de Dios conspiran contra mí.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Porque las saetas del Todopoderoso están en mí, Cuyo veneno bebe mi espíritu; Y terrores de Dios me combaten.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Pues el Todopoderoso me ha derribado con sus flechas; y el veneno de ellas infecta mi espíritu. Los terrores de Dios están alineados contra mí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Llevo en mí las flechas del Omnipotente mi espíritu bebe su veneno, ¿qué diré a Dios cuando ellas me atormentan?

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Porque en mí están clavadas° las saetas de ’El-Shadday, Y mi espíritu sorbe su veneno, Y los terrores de Dios se alistan contra mí en orden de batalla.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Porque las saetas del Todopoderoso están en mí, cuyo veneno bebe mi espíritu; y terrores de Dios me combaten.

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Job 6:4
30 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Ah Señor, no me acuses en tu ira y en tu furor no me reprendas.


Terrores arremeten contra mí, mi dignidad se va en alas del viento, como una nube mi salvación se desvanece.


El espíritu del hombre resiste la enfermedad; pero espíritu abatido, ¿quién lo levantará?


En seguida, respóndeme, Señor: el aliento me falta. No me ocultes tu rostro y que me iguale a los que bajan a la fosa.


Y a la hora nona clamó Jesús con voz potente: ' Eloí, Eloí, lemá sabactaní '. Lo cual quiere decir: '¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has desamparado? '.


Él me aplasta en un torbellino y multiplica mis heridas sin razón.


Sabiendo, pues, lo que es el temor del Señor, intentamos persuadir a los hombres, pues para Dios estamos al descubierto y espero estarlo también para vuestras conciencias.


Tu gloria es irrumpir y cabalgar en pro de la verdad y del derecho conculcado; tus adornos, las hazañas de tu diestra.


Aún cuando intentaren el daño contra ti, aunque urdieren insidias, no podrán.


En el cielo el Señor hace tronar, y la voz del Altísimo resuena.


Mientras no se aplacare, aguza su espada, tensa el arco y lo ajusta,


Pues el terror de Dios me invadiría, y a su majestad no podría resistir.


¡Que sus ojos contemplen la miseria, y beba el furor de Sadday!


Embriagaré mis saetas en sangre, y mi espada se hartará de carne: de sangre de heridos y cautivos, de cabezas de caudillos enemigos.


Pero ella les decía: 'No me llaméis ya Noemí; llamadme Mará, porque el Omnipotente me ha llenado de amargura en demasía.


Chupaba veneno de áspid: lengua de víbora le da la muerte.


Sin razón estoy padeciendo, de mi llaga dolorosa no soy culpable.


Cada vez que pase os arrastrará, pues mañana tras mañana pasará, de día y de noche. Entonces resultará espantoso tan sólo oír el mensaje.


Dálet. Tensó, como enemigo, su arco, aseguró, como opresor, su diestra y mató a la flor de la juventud; sobre la tienda de la hija de Sión lanzó como fuego su furor.


¿Qué daño te hice, si pequé, guardián atento del hombre? ¿Por qué me has convertido en blanco tuyo, y soy para ti una carga?


Su rabia me desgarra y me persigue rechinando los dientes contra mí. Mi enemigo me mira de soslayo.


Juntas llegaron sus tropas, dirigieron sus pasos contra mí, acamparon alrededor de mi tienda.


Tus flechas han caído sobre mí y se ha bajado contra mí tu mano.


Cada corazón tiene su pena, y no comparte su alegría con extraños.


Sólo contra mí vuelve y revuelve su mano todo el día.


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