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Job 41:11 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 De su boca salen antorchas, centellas de fuego saltan de sus fauces.

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Biblia Reina Valera 1960

11 ¿Quién me ha dado a mí primero, para que yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 ¿Quién me ha dado algo para que tenga que pagárselo? Todo lo que hay debajo del cielo es mío.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 De su hocico salen llamaradas, se escapan chispas de fuego.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 ¿Quién me ha dado a mí primero, para que Yo restituya? Todo lo que hay debajo de los cielos es mío.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 ¿Quién me ha dado a mi primero, para que yo se lo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío.

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Job 41:11
18 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿O quién le dio algo de antemano, de suerte que haya que recompensarle por ello?


De David. Salmo. Del Señor es la tierra y cuanto encierra, el orbe entero y cuanto en él habita.


Si eres justo, ¿qué le das, o qué recibe él de tu mano?


Si sintiera yo hambre, no vendría a decírtelo, pues mío es el mundo y cuanto contiene.


Mira: de Yahveh, tu Dios, son los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y cuanto hay en ella;


Ahora bien, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, seréis propiedad mía particular entre todos los pueblos, porque toda la tierra me pertenece.


pues del Señor es la tierra y todo lo que ella contiene.


Pero si alguno os dice: 'Esto ha sido ofrecido en sacrificio', no lo comáis, en atención al que os lo advirtió y a la conciencia.


Los cielos pertenecen al Señor y la tierra se la dio a los hombres.


El deseo del corazón tú se lo cumples, el ruego de sus labios tú no le rehúsas. Selah


Mirad que el arca de la alianza del Señor de toda la tierra va a atravesar el Jordán delante de vosotros.


Él arranca las montañas, sin que adviertan quién las derriba en su cólera.


Ante él, el seol está desnudo, está sin velos Abadón.


Pues él alcanza los confines de la tierra y ve cuanto existe bajo el cielo.


en tu opinión, habrá de pagar sin remedio, pues desprecias... Tú debes, por tanto, decidir; no yo. ¡Dinos cuál es tu opinión!


De sus narices se elevan vapores como de caldero que hierve al fuego.


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