Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Job 4:5 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Ahora, cuando a ti te toca, desfalleces; cuando a ti te afecta, te conturbas.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

5 Mas ahora que el mal ha venido sobre ti, te desalientas; Y cuando ha llegado hasta ti, te turbas.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Sin embargo, ahora que las desgracias te acosan, te desanimas; te llenas de miedo cuando te afectan a ti.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

5 ¿y ahora que te llega a ti la hora, te impacientas; ahora que te toca a ti, estás tan conmovido?'

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

5 Pero ahora que te llega a ti, te desalientas, Te ha tocado a ti, y te turbas.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Pero ahora que el mal ha venido sobre ti, te desalientas; y cuando ha llegado hasta ti, te turbas.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Job 4:5
12 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¡Piedad, piedad de mí, vosotros mis amigos, porque me ha herido la mano de Dios!


y habéis olvidado la exhortación que se os dirige como a hijos: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor ni te desanimes porque te reprenda.


Fijaos bien en él, que soportó tamaña oposición por parte de los pecadores, para que no os canséis ni perdáis ánimos.


Y, por eso, no perdemos el ánimo sino todo lo contrario. Pues aun cuando nuestro hombre exterior se va desmoronando, nuestro hombre interior se va renovando día tras día.


Por lo tanto, investidos por la misericordia [de Dios] de este ministerio, no perdemos el ánimo.


Si te muestras débil en el día aciago, escasa es tu fuerza.


Quien niega la piedad al amigo abandona el temor de Sadday.


Prueba a extender tu mano y tocar sus huesos y su carne. ¡Ya verás cómo te maldice ante tu propia cara!'. Dijo Yahveh a Satán:


Pero prueba a extender tu mano y tocar su hacienda. ¡Ya verás cómo te maldice en tu propia cara!'.


que con tus palabras sostenías a los vacilantes, robustecías las rodillas que se rinden.


Con tu afecto, Señor, haces fuerte mi montaña; mas si ocultas tu rostro, padezco yo desmayo.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម