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Job 1:3 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Su hacienda se componía de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas asnas. Contaba, además, con una numerosa servidumbre. Era el más rico entre todos los hijos de Oriente.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Poseía siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas burras; también tenía muchos sirvientes. En realidad, era la persona más rica de toda aquella región.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Tenía muchos servidores y poseía siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas burras. Este hombre era el más famoso entre todos los hijos de oriente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Su hacienda era de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y una muy numerosa servidumbre, de modo que este hombre era el más grande de todos los orientales.°

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y muchísimos criados; y este varón era el más grande de todos los hombres del oriente.

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Job 1:3
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yo les señalaba el camino, los guiaba; yo estaba como un rey en medio de sus huestes, como quien consuela a los afligidos.


Yahveh bendijo la nueva vida de Job más aún que la primera. Job llegó a poseer catorce mil ovejas y seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas.


Cuando Israel hacía la siembra, subían contra él los madianitas, los amalecitas y los hijos de oriente,


Entonces Balaán profirió su oráculo diciendo: 'De Aram me hace venir Balac, de los montes de Oriente el rey de Moab: ¡Ven y maldíceme a Jacob! ¡Ven y execra a Israel!


La bendición de Yahveh es la que enriquece; junto a ella el esfuerzo nada significa.


el cual, por causa de ella, trató bien a Abrán, que adquirió ganado menor y mayor, asnos, siervos y siervas, asnas y camellos.


Tomó Abrán a Saray, su mujer a Lot, hijo de su hermano, y todos los bienes que habían acumulado y la servidumbre que había adquirido en Jarán; se encaminaron hacia la tierra de Canaán. Llegados a Canaán,


Jacob reanudó su camino y se dirigió a la tierra de los hijos de oriente.


de modo que la tierra no les bastaba para poder habitar juntos, porque su hacienda era mucha y no había espacio suficiente para los dos a la vez.


Además, se hizo con ciudades y tuvo gran cantidad de ganado mayor y menor, pues Dios le había concedido copiosísima hacienda.


Construyó asimismo torres en el desierto y excavó muchas cisternas, pues tenía mucho ganado en la Tierra Baja y en la meseta, y labradores y viñadores en los montes y en las tierras fértiles, porque le gustaba la agricultura.


Mesá, rey de Moab, se dedicaba a la cría de ganado y pagaba al rey de Israel un tributo de cien mil corderos y cien mil carneros con su lana.


Había en Maón un hombre que tenía su hacienda en Carmelo. Era muy rico: tenía tres mil ovejas y mil cabras. Hallábase a la sazón en Carmelo para el esquileo de sus ovejas.


Porque ellos subían con sus ganados y sus tiendas; llegaban tan numerosos como langostas, pues ellos y sus camellos eran innumerables. Venían al país para devastarlo.


Sus ganados, sus bienes y todas sus bestias, ¿no será todo nuestro? Accedamos a sus deseos, y que habiten con nosotros'.


Abrahán hizo donaciones a los hijos que había tenido de sus concubinas, pero, todavía en vida, los alejó de Isaac, su hijo, hacia el este, al país de oriente.


Zébaj y Salmuná se hallaban en Carcor con su ejército, unos quince mil hombres, cuantos supervivientes quedaban de todo el ejército de los hijos de oriente, pues habían caído ciento veinte mil hombres capaces de empuñar la espada.


Los madianitas, los amalecitas y todos los hijos de oriente habían caído sobre el valle, numerosos como langostas, y sus camellos eran innumerables, como las arenas de las orillas del mar.


David saqueaba estas tierras, sin dejar con vida ni a hombres ni a mujeres, y se apoderaba de ovejas, de ganado vacuno, de asnos, de camellos y de vestidos. Cuando volvía, se presentaba a Aquís.


Tenían sus hijos la costumbre de celebrar banquetes, cada día en casa de uno, e invitaban a sus tres hermanas a comer y beber con ellos.


¿No has levantado una valla en torno a él, a su casa y a sus bienes? Has bendecido sus empresas, y sus rebaños inundan la región.


¿Qué fue, decís, de la casa del potentado, de la tienda que habitaban los perversos?


No puse mi alegría en mi gran fortuna, en la riqueza conseguida por mi mano.


A él le daré cuenta de todos mis pasos, me presentaré ante él como un príncipe'.


Tras haber intercedido Job por sus amigos, Yahveh restableció su situación y le devolvió el doble de cuanto antes había poseído.


Acerca de Quedar y los reinos de Jazor, que batió Nabucodonosor, rey de Babilonia. Así dice Yahveh: 'Levantaos, subid contra Quedar, devastad a los hijos de Oriente.


Yahveh ha bendecido largamente a mi señor y lo ha enriquecido, dándole ganado menor y mayor, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos.


Jacob pasó allí aquella noche. Luego tomó, de entre sus posesiones, presentes para su hermano Esaú:


El rico tenía muchísimas ovejas y bueyes.


Menajén sacó este dinero, para dárselo al rey de Asiria, de todos los ricos de Israel, a base de cincuenta siclos de plata por persona. Entonces el rey de Asiria se volvió sin detenerse en el país.


Al frente de los camellos estaba Obil, el ismaelita; y al frente de las asnas, Yejdías, de Meronot.


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