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Jeremías 51:50 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

50 Vosotros, escapados de la espada, marchad, no os paréis; acordaos desde lejos de Yahveh, y tened a Jerusalén en vuestra mente.

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Biblia Reina Valera 1960

50 Los que escapasteis de la espada, andad, no os detengáis; acordaos por muchos días de Jehová, y acordaos de Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

50 ¡Váyanse, todos ustedes que escaparon de la espada! ¡No se detengan para mirar, huyan mientras puedan! Recuerden al Señor, aunque estén en una tierra lejana, y piensen en su hogar en Jerusalén».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

50 ¡Ustedes, que se libraron de la espada, partan, no se queden allí! Acuérdense de Yavé en esta tierra lejana, y que Jerusalén les venga a la memoria:

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La Biblia Textual 3a Edicion

50 Los que habéis escapado de la espada, ¡id y no os detengáis! ¡Invocad a YHVH desde lejos, y Jerusalem ocupe vuestros pensamientos!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

50 Los que escapasteis de la espada, andad, no os detengáis; acordaos desde lejos de Jehová, y acordaos de Jerusalén.

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Jeremías 51:50
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Sin embargo, un pequeño número de los que escapen de la espada volverán del país de Egipto al país de Judá, y entonces todo el resto de Judá, los que han venido al país de Egipto para residir aquí, conocerán qué palabra se cumple, si la mía o la de ellos.


Saludad así a Jerusalén: 'Prospere el que te ama,


Oí otra voz que venía del cielo y decía: ' Salid, pueblo mío, de ella, para que no os hagáis cómplices de sus pecados ni partícipes de sus plagas.


Sal, pueblo mío, de en medio de ella y salve cada uno su vida de la ira furibunda de Yahveh.


Por ella volverán los salvados por Yahveh. Vendrán a Sión con júbilo, habrá eterna alegría sobre sus cabezas. Alegría y gozo serán su compañía, pesadumbre y gemido se alejarán.


Huid de Babilonia y salve cada uno su vida; no perezcáis por su culpa, pues es el tiempo de la venganza de Yahveh, que viene a pagarle su merecido.


Huid de Babilonia, salid del país de los caldeos. Sed como machos cabríos al frente del rebaño.


Levántate señales, colócate hitos; presta atención a la calzada, al camino que anduviste; vuelve, virgen de Israel, vuelve a estas tus ciudades.


Sacúdete el polvo, levántate, siéntate, Jerusalén; desata las correas de tu cuello, cautiva, hija de Sión;


¡Salid de Babel! ¡Huid de Caldea! Con voz jubilosa anunciad, proclamad esto, hacedlo llegar al confín de la tierra, decid: 'Redimió Yahveh a su siervo Jacob'.


entonces vuestros evadidos se acordarán de mí en medio de las naciones adonde habrán sido deportados, después que yo haya quebrantado el corazón que se prostituyó apartándose de mí y los ojos que se prostituyeron yendo tras sus ídolos; y se sentirán asqueados de sí mismos por las maldades que cometieron con tantas abominaciones.


Cuando supo Daniel que el documento había sido firmado, entró en su casa. Las ventanas de su aposento superior estaban abiertas en dirección a Jerusalén; y tres veces al día, puesto de rodillas, oraba y alababa a su Dios, como tenía por costumbre hacer.


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