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Jeremías 51:43 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

43 Sus ciudades se han trocado en desierto, en tierra seca, y en estepa; no habita en ellas hombre alguno ni las atraviesa ningún ser humano.

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Biblia Reina Valera 1960

43 Sus ciudades fueron asoladas, la tierra seca y desierta, tierra en que no morará nadie, ni pasará por ella hijo de hombre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

43 Sus ciudades ahora quedan en ruinas; es una árida tierra baldía donde no vive nadie, ni nadie pasa por allí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

43 Sus ciudades se han convertido en un desierto seco y triste, donde nadie vive y por donde nadie pasa más.

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La Biblia Textual 3a Edicion

43 Sus ciudades quedaron asoladas, Como tierra seca y desierta, Tierra en donde nadie vive, En donde no pasa ningún mortal.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

43 Sus ciudades fueron asoladas, la tierra seca y desierta, tierra que no morará en ella nadie, ni pasará por ella hijo de hombre.

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Jeremías 51:43
12 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Ni siquiera preguntaron: '¿Dónde está Yahveh, que nos sacó del país de Egipto y nos condujo por el desierto, tierra esteparia y agrietada, tierra seca y tenebrosa, tierra por donde nadie pasa y donde ningún hombre mora?'.


No será jamás habitada ni poblada de edad en edad; no acampará allí el beduino ni alzarán su aprisco los pastores.


Tiembla la tierra, se estremece, porque se cumplen los planes de Yahveh sobre Babel: convertir el territorio de Babel en desierto sin un solo habitante.


Babel será una escombrera, una guarida de chacales; espanto y rechifla, sin un habitante.


Vuestra madre está totalmente abochornada, está avergonzada la que os dio a luz. Es ahora la última de las naciones: desierto, aridez, estepa.


Con nosotros el Señor de los ejércitos, el Dios de Jacob es nuestra fortaleza.


Pero te vendrá una desgracia que no sabrás conjurar; te caerá una calamidad que no podrás alejar. Te vendrá de repente un desastre que no te imaginas.


y dices: 'Yahveh, tú mismo has dicho acerca de este lugar que lo ibas a destruir, de forma que no quedara en él habitante alguno ni hombres ni animales, sino que sería una desolación eterna'.


Crecerán en sus palacios espinos, ortigas y cardos en sus baluartes. Será cubil de chacales, cercado para avestruces.


para hacer de su país un horror, una rechifla perdurable. Todo el que pasa por él se asombra y menea la cabeza.


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