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Jeremías 5:17 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Devorará tu cosecha y tu pan. Devorarán a tus hijos y a tus hijas. Devorará tu rebaño y tu vacada, devorará tu viña y tu higuera; desmantelará con la espada tus plazas fuertes en las que confías.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Y comerá tu mies y tu pan, comerá a tus hijos y a tus hijas; comerá tus ovejas y tus vacas, comerá tus viñas y tus higueras, y a espada convertirá en nada tus ciudades fortificadas en que confías.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Devorarán la comida de tu cosecha; devorarán a tus hijos e hijas. Devorarán tus rebaños y manadas; devorarán tus uvas y tus higueras. Y destruirán tus ciudades fortificadas que consideras tan seguras.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 ellos comerán tu cosecha y tu pan, devorarán a tus hijos y a tus hijas, se comerán tus carneros y tus vacas, tus viñas y tus higos, destruirán tus plazas fuertes en las que tanto confías.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Devorarán tu mies y tu pan; Devorarán a tus hijos y a tus hijas; Devorarán tus rebaños y vacadas; Devorarán tus viñas y tus higueras, Y destruirán a espada tus ciudades fortificadas, En las cuales has puesto tu confianza.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Y comerán tu mies y tu pan, que habían de comer tus hijos y tus hijas; comerán tus ovejas y tus vacas, comerán tus viñas y tus higueras; y a espada destruirán tus ciudades fuertes en que tú confías.

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Jeremías 5:17
25 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Un pueblo que no conoces comerá el fruto de tu suelo y todos tus productos. Serás siempre oprimido y maltratado.


entonces yo haré con vosotros lo siguiente: os enviaré el terror, la consunción y la fiebre, que os apagarán la vista y os agotarán el aliento. Sembraréis en balde vuestra semilla, pues serán vuestros enemigos quienes se la comerán.


He exterminado naciones, sus torreones han sido derruidos, he dejado desiertas sus calles, no hay en ellas un solo transeúnte; están asoladas sus ciudades, ni un solo hombre queda en ellas, ni un solo habitante.


Israel olvidó a su Hacedor y construyó palacios; Judá multiplicó las ciudades fortificadas. Enviaré fuego a sus ciudades y devorará sus palacios.


por eso, oíd, montañas de Israel, la palabra del Señor Yahveh: 'Así dice el Señor Yahveh a las montañas y a las colinas, a los barrancos y a los valles, a las ruinas desoladas y a las ciudades abandonadas que son presa y burla de las demás naciones que os rodean'.


Bet. Destruyó el Señor sin piedad todas las moradas de Jacob; derribó, en su furor, las fortalezas de la hija de Judá; echó por tierra, profanó al reino con sus jefes.


Oveja descarriada era Israel; los leones la espantaron. El primero que la devoró fue el rey de Asiria. El último que la deshuesó fue Nabucodonosor, rey de Babilonia.


Cuantos las hallaban las devoraban, y sus enemigos decían: 'No tenemos culpa, porque pecaron contra Yahveh, Yahveh, pastizal de justicia y esperanza de sus padres'.


Desde Dan se oye el resoplar de sus caballos; al estridor de los relinchos de sus corceles retiembla toda la tierra; vienen a devorar el país y cuanto contiene, la ciudad y los que la habitan.


Miré, y ¡ay! el vergel era un desierto, y todas sus ciudades estaban derruidas ante la presencia de Yahveh, ante su ira furibunda.


Sube un león desde la selva, se ha puesto en camino un devastador de naciones, ha salido de su residencia para hacer de tu país un desierto: arruinadas serán tus ciudades sin quedar un habitante.


porque mira: yo estoy convocando a todas las tribus de los reinos del norte -oráculo de Yahveh-; vendrán, y pondrá cada uno su trono a la entrada de las puertas de Jerusalén, contra todos los muros que la rodean y contra todas las ciudades de Judá.


No construirán y otro habitará, no plantarán y otro comerá; pues como los días del árbol serán los días de mi pueblo, y de la obra de sus manos disfrutarán mis elegidos.


Porque quienes lo recogen lo comerán y alabarán a Yahveh; y quienes lo cosechan lo beberán en mis atrios sagrados'.


Juró Yahveh por su diestra y por su brazo poderoso: 'No entregaré más tu grano como alimento a tus enemigos ni beberán extranjeros tu mosto, por el que te has fatigado.


Sin embargo, aun en aquellos días -oráculos de Yahveh-, no os exterminaré por completo.


Si voy a cosechar entre ellos -oráculo de Yahveh-, no hay racimos en la viña, ni hay higos en la higuera; incluso el follaje está mustio. Los entregaré a los devastadores.


y enmudecen las tranquilas praderas ante la ira furibunda de Yahveh.


Lámed. Decían a sus madres: '¿Dónde hay pan y vino?', mientras caían extenuados, heridos de muerte, en las plazas de la ciudad, exhalando su espíritu en el regazo de sus madres.


Ahora descubrirá sus vergüenzas a los ojos de sus amantes, y nadie la librará de mi mano.


Si Edom dijere: 'Hemos sido arruinados, pero reconstruiremos las ruinas', así responde Yahveh Sebaot: 'Ellos edificarán y yo demoleré; se les llamará 'Territorio de impiedad' y 'Pueblo contra el que Yahveh está airado para siempre''.


Delante de él consume el fuego, detrás de él abrasa la llama. Delante la tierra es un edén, detrás desierto desolado. Nadie tiene escapatoria.


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