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Jeremías 4:22 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Sí, mi pueblo es insensato, a mí no me conocen. Son hijos necios, no son inteligentes, expertos para el mal, hacer el bien no saben.

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Biblia Reina Valera 1960

22 Porque mi pueblo es necio, no me conocieron; son hijos ignorantes y no son entendidos; sabios para hacer el mal, pero hacer el bien no supieron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 «Mi pueblo es necio y no me conoce —dice el Señor—. Son hijos tontos, sin entendimiento. Son lo suficientemente listos para hacer lo malo, ¡pero no tienen ni idea de cómo hacer lo correcto!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Esto te pasa porque eres un pueblo estúpido que no me conoce. Ustedes son hijos tontos y sin inteligencia que saben hacer el mal pero no el bien.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Ciertamente mi pueblo es necio; No me han conocido; Hijos insensatos son, No son entendidos; Expertos para hacer el mal, Pero nada saben de hacer el bien.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

22 Porque mi pueblo es necio; no me han conocido, son hijos ignorantes y sin entendimiento; son sabios para hacer el mal, pero hacer el bien no lo saben.

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Jeremías 4:22
42 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Hermanos, no seáis niños en la inteligencia. Sedlo, sí, en la malicia, pero en la inteligencia sed adultos.


Vuestra obediencia ha llegado a conocimiento de todos. Estoy, pues, contento de vosotros. Pero quiero que seáis experimentados en el bien y sin mezcla con el mal.


Escuchadlo, pueblo necio y sin cordura, que tienen ojos y no ven, tienen oídos y no oyen.


no hay quien tenga recto sentido, no hay quien busque a Dios.


Perece mi pueblo por falta de sabiduría. Porque tú has rechazado la sabiduría, yo te rechazaré de mi sacerdocio. Porque tú te has olvidado de la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.


Alardeando de ser sabios, cayeron en la necedad,


No les permiten sus obras convertirse a su Dios, pues hay dentro de ellos espíritu de prostitución y no conocen a Yahveh.


Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.


¡Ay de quienes traman injusticias, urden el mal en sus lechos y al clarear la mañana lo ejecutan, porque está al alcance de sus manos.


Porque ellos son gente que yerra en sus consejos, y en ellos no hay inteligencia.


Y como no se dignaron retener el conocimiento verdadero de Dios, Dios los entregó a la reprobable mentalidad de realizar cosas nefandas:


¿Cambia un negro su piel, o una pantera sus manchas? ¡Entonces podríais obrar bien, vosotros habituados a obrar mal!


Al secarse, se romperá su ramaje; vendrán las mujeres y lo quemarán. Porque no es un pueblo inteligente, por eso su hacedor no le tendrá compasión, y su creador no le concederá gracia.


Son a la vez necios y tontos. La religión de los ídolos es eso: madera.


Conoce el buey a su dueño y el asno el pesebre de su amo; Israel no conoce, mi pueblo no entiende.


Yo me decía: 'Sólo los necios obran neciamente, porque no conocen el camino de Yahveh, el derecho de su Dios.


Y el señor alabó al administrador infiel, por haber obrado tan sagazmente. Pues los hijos de este mundo son más sagaces en el trato con los suyos que los hijos de la luz.


Escuchad la palabra de Yahveh, hijos de Israel, porque Yahveh viene a querellarse contra los habitantes del país, porque no hay en ellos ni fidelidad ni amor, ni conocimiento de Dios.


¿Así pagas a Yahveh, pueblo necio e insensato? ¿No es él tu padre, el que te creó, el que te hizo y te dio consistencia?


Amnón tenía un amigo sumamente astuto, llamado Jonadab, hijo de Simá, hermano de David.


Se lisonjea ante sí mismo de no encontrar en sí maldad que aborrecer.


Todos van desviados, todos a una corrompidos: no hay quien haga el bien, no hay uno siquiera.


No tienen entendimiento ni comprenden, andan en medio de tinieblas: todas las bases de la tierra titubean.


Los sacerdotes no preguntaron: '¿Dónde está Yahveh?'. Ni los que se ocupan de mi ley me conocieron. Los pastores se rebelaron contra mí; los profetas profetizaron por Baal y se fueron tras los que de nada sirven.


¿Hasta cuándo tendré que ver banderas y oír el son de la trompeta?


Guardaos bien unos de otros, y en ningún hermano confiéis; pues todo hermano pone zancadillas y todo amigo anda con calumnias.


'¡Qué lleno estoy de furor contra ti -oráculo del Señor Yahveh-, cuando haces todo esto, acciones de prostituta descarada,


No saben administrar justicia -oráculo de Yahveh- ellos, que amontonan violencias y atropellos en sus palacios.


Puso ella el vestido a su lado, hasta que vino su señor a la casa.


Los dichos de su boca, fraude y dolo; dejó de comprender, de hacer el bien.


Los hombres perversos no comprenden la justicia; los que buscan a Yahveh lo comprenden todo.


Tensan su lengua como en arco; la mentira, y no la verdad, domina en el país. Caminan de maldad en maldad, y a mí no me conocen -oráculo de Yahveh-.


convertir. ¡Opresión sobre opresión, engaño sobre engaño! Rehúsan conocer a Yahveh.


para hacer el mal están prontas sus manos, por hacer el bien el príncipe exige paga, el juez juzga por recompensa, el grande sigue su propio capricho: todos tejen sus tramas.


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