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Jeremías 4:21 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 ¿Hasta cuándo tendré que ver banderas y oír el son de la trompeta?

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Biblia Reina Valera 1960

21 ¿Hasta cuándo he de ver bandera, he de oír sonido de trompeta?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 ¿Hasta cuándo tendré que ver las banderas de combate y oír el toque de trompetas de guerra?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 ¿Hasta cuándo tendré que ver estandartes guerreros, y soportar el sonido del clarín?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 ¿Hasta cuándo tendré que ver la bandera y oír sonido del shofar?°

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

21 ¿Hasta cuándo he de ver bandera, y he de oír sonido de trompeta?

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Jeremías 4:21
11 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Buscad un refugio, benjaminitas, fuera de Jerusalén. Tocad la trompeta en Tecoa, encended una almenara en Bet Queren, porque asoma por el norte una desgracia, un desastre inmenso.


¡Mis entrañas! ¡Mis entrañas! ¡Me retuerzo de dolor! ¡Entretelas de mi corazón! Mi corazón me palpita, no puedo callarme, pues sonido de trompeta oye mi alma, alarma de guerra.


En efecto, Dios mandó contra ellos al rey de los caldeos, quien mató a filo de espada a los mejores dentro del recinto del santuario, sin perdonar a jóvenes ni a doncellas, a ancianos ni a encanecidos. Dios los entregó a todos en sus manos.


A la vuelta del año, el rey Nabucodonosor mandó que lo llevaran a Babilonia, juntamente con objetos preciosos del templo de Yahveh, y nombró rey de Judá y Jerusalén a Sedecías, hermano de su padre.


El rey de Egipto lo destituyó en Jerusalén, e impuso al país una contribución de cien talentos de plata y un talento de oro.


Jeremías compuso una elegía por Josías; y todos los cantores y cantoras cantan todavía hoy sus elegías por Josías, de lo cual se ha hecho costumbre fija en Israel. Están escritas entre las Lamentaciones.


Desastre sobre desastre, se grita. ¡Todo el país está devastado! De repente son saqueadas mis tiendas; en un instante, mis pabellones.


Sí, mi pueblo es insensato, a mí no me conocen. Son hijos necios, no son inteligentes, expertos para el mal, hacer el bien no saben.


diciendo: ¡No!, sino que nos iremos al país de Egipto, donde no veremos más guerra, ni oiremos la voz de la trompeta, ni tendremos hambre de pan y allí nos quedaremos,


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