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Jeremías 20:10 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Yo oía el cuchicheo de la gente: ¡Terror en derredor! ¡Denunciadlo! ¡Denunciémoslo! Todos mis amigos están espiando un desliz mío: 'A ver si se deja seducir; le dominaremos y de él nos vengaremos'.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Porque oí la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad, denunciémosle. Todos mis amigos miraban si claudicaría. Quizá se engañará, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 He oído los muchos rumores acerca de mí. Me llaman «El hombre que vive aterrorizado». Me amenazan diciendo: «Si dices algo te denunciaremos». Aun mis viejos amigos me vigilan, esperando que cometa algún error fatal. «Caerá en su propia trampa —dicen—, entonces nos vengaremos de él».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Yo oía a mis adversarios que decían contra mí: '¿Cuándo, por fin, lo denunciarán?' Ahora me observan los que antes me saludaban, esperando que yo tropiece para desquitarse de mí.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Oí a muchos susurrando: ¡Magor-missabib!° ¡Denunciadlo, denunciémoslo! Aun mis hombres de confianza esperan que claudique; Dicen: Quizá sea engañado; Entonces prevaleceremos contra él y tomaremos nuestra venganza.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Porque oí la difamación de muchos, temor de todas partes: Denunciad, y denunciaremos. Todos mis amigos miraban si yo claudicaría. Quizá será persuadido, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza.

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Jeremías 20:10
35 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

'Una cosa maligna se abate sobre él, una vez ya postrado, no volverá a levantarse'.


Las memorias me olvidan, como un muerto, soy igual que la vasija desgastada.


los que condenan al hombre en la causa, insidian al jurado en la puerta y doblegan al justo por nada.


Entonces dijeron ellos: 'Vamos a urdir planes contra Jeremías, pues no perecerá la ley por falta de sacerdotes, ni el consejo por falta de sabios, ni la palabra por falta de profetas. Vamos a herirlo en la lengua y no prestaremos atención a sus palabras'.


Ni pueden tampoco probar ante ti ninguna de las acusaciones que ahora me hacen.


Hay en ti gentes que calumnian para derramar sangre; hay en ti quienes se van a comer en los montes; en medio de ti se cometen torpezas.


No salgáis al campo, no andéis por el camino, pues la espada del enemigo está ahí: terror por todas partes.


Quien alberga odio tiene labios falaces; quien difunde la calumnia es un necio.


Luego ellos se pusieron a acecharlo y le enviaron espías que fingieran ser hombres virtuosos, para sorprenderlo en alguna palabra, con el fin de entregarlo al poder y autoridad del procurador.


Todos mis íntimos me aborrecen, los que yo amaba se han vuelto contra mí.


Ajab dijo a Elías: '¡Otra vez a mi encuentro mi enemigo!'. Él le respondió: 'Sí; otra vez a tu encuentro. Por haberte vendido para hacer el mal a los ojos de Yahveh,


Entonces Jezabel envió un mensajero a Elías con este aviso: 'Esto me hagan los dioses y esto me añadan, si mañana a estas horas no hago contigo igual que se hizo con cada uno de aquéllos'.


Al oír esto, se les consumía el corazón de rabia, y rechinaban los dientes contra él.


Ellos, al oírlos, llenos de rabia, estaban resueltos a acabar con ellos.


que envíe él desde el cielo y me libere, que execre a mi opresor, Selah que revele su gracia y su verdad.


y diles: 'Así ha ordenado el rey: meted a éste en la cárcel y tenedlo a pan y agua, con escasa ración, hasta que yo vuelva en paz''.


El rey de Israel respondió a Josafat: 'Queda todavía un hombre por medio del cual se puede consultar a Yahveh; pero yo siento aversión hacia él, porque nunca me profetiza bienes, sino solamente males. Es Miqueas, hijo de Yimlá'. Josafat le dijo: 'No hable el rey así'.


Yo era como manso cordero que se lleva al matadero; no sabía que contra mí urdían intrigas: Destruyamos el árbol con su fruto, cortémosle de la tierra de los vivos y que no se miente más su nombre.


Por eso, así dice Yahveh sobre las gentes de Anatot que atentan contra tu vida, diciendo: 'No profetices en nombre de Yahveh, y así no morirás a mano nuestra'.


A la mañana siguiente, cuando Pasjur sacó del cepo a Jeremías, Jeremías le dijo: 'Yahveh no te ha puesto el nombre de Pasjur, sino el de 'Terror por doquier'.


Al llegar a la puerta de Benjamín, se encontró allí con un jefe de la guardia, llamado Yirías, hijo de Selemías, hijo de Jananías, que prendió al profeta Jeremías, exclamando: '¡Conque te pasas a los caldeos!'.


Pues bien, como Daniel sobresalía entre los inspectores y los sátrapas, porque poseía un espíritu extraordinario, el rey pensó ponerlo al frente de todo el reino.


Percibo el cuchicheo de la masa -terror de todas partes-, cuando traman, unidos contra mí, y proyectan darme muerte.


Incluso el amigo, en quien yo confiaba, que comía de mi pan, ha levantado contra mí su calcañal.


Te combatirán, pero no podrán contigo, porque contigo estoy yo -oráculo de Yahveh- para salvarte.


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