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Jeremías 19:4 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Porque me han abandonado, han enajenado este lugar, han incensado en él a otros dioses que no conocieron ni ellos ni sus padres ni los reyes de Judá, han llenado este lugar de sangre inocente

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Biblia Reina Valera 1960

4 Porque me dejaron, y enajenaron este lugar, y ofrecieron en él incienso a dioses ajenos, los cuales no habían conocido ellos, ni sus padres, ni los reyes de Judá; y llenaron este lugar de sangre de inocentes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 »”’Pues Israel me ha abandonado y convirtió este valle en un lugar de maldad. La gente quema incienso a dioses ajenos, ídolos nunca antes conocidos por esta generación ni por sus antepasados ni por los reyes de Judá. Y han llenado este lugar de sangre de niños inocentes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 por haberme abandonado, profanando este lugar, y ofrecido incienso a dioses extranjeros que ni ellos, ni sus padres, ni los reyes de Judá conocían. Han llenado este lugar de sangre inocente

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Porque me han abandonado y han enajenado este lugar, quemando allí incienso a otros dioses que ellos no conocieron, ni sus padres, ni los reyes de Judá, y han llenado este lugar de sangre de inocentes.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Porque me dejaron, e hicieron extraño este lugar, y ofrecieron en él perfumes a dioses ajenos, los cuales ellos no habían conocido, ni sus padres, ni los reyes de Judá; y llenaron este lugar de sangre de inocentes.

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Jeremías 19:4
49 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Hasta en tus faldas se encuentra sangre de pobres, de inocentes, a quienes no sorprendiste en flagrante. Si, a pesar de todo eso,


Pero a vosotros, los que abandonáis a Yahveh, los que olvidáis mi santa montaña, los que preparáis una mesa a la Fortuna, los que lleváis vino aromático al Destino,


Además, Manasés derramó muchísima sangre inocente, hasta inundar Jerusalén de un extremo a otro, aparte del pecado de haber inducido a Judá a que hiciera lo que es malo a los ojos de Yahveh.


Yahveh enviará contra ti la maldición, el pánico, el desconcierto y el fracaso en todas tus empresas, hasta quedar exterminado y perecer rápidamente por la maldad de tus obras, por las que me has abandonado.


¡Cómo! ¡Conque robáis, matáis, cometéis adulterio, juráis en falso, incensáis a Baal, vais tras otros dioses que no conocéis,


¡Yahveh, esperanza de Israel! Todos los que te abandonan serán confundidos, los que de ti se apartan serán inscritos en el polvo, porque abandonaron a Yahveh, fuente de aguas vivas.


Pues cuantas son tus ciudades, tantos son tus dioses, Judá; y cuantas son las calles de Jerusalén, tantos son los altares que habéis erigido a la vergüenza, altares para incensar a Baal.


Tu propia maldad te castiga, tus apostasías te escarmientan. Reconoce y advierte que es malo y amargo el haber dejado a Yahveh, tu Dios, y que en ti no se halle mi temor -oráculo del Señor Yahveh Sebaot-.


¿No eres tú la culpable, por haber abandonado a Yahveh, tu Dios, cuando te conducía por el camino?


pues dos males hizo mi pueblo: me abandonaron a mí, fuente de aguas vivas, y se excavaron cisternas, cisternas agrietadas, que no retienen el agua.


Sus pies corren hacia el mal, se apresuran a verter sangre inocente. Sus planes son planes malvados, devastación y ruina hay en sus calzadas.


también por la sangre inocente que había derramado, hasta llenar de ella a Jerusalén. Por eso Yahveh no quiso perdonar.


Porque derramaron sangre de santos y de profetas, sangre les has dado a beber. Bien se lo merecen'.


para que se le pida a esta generación cuenta de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo:


Mem. Fue así por los pecados de sus profetas, por las iniquidades de sus sacerdotes, que derramaron en medio de ella la sangre de inocentes.


los cuales sacaron a Urías de Egipto, lo llevaron ante el rey Joaquín y éste lo pasó a cuchillo y arrojó luego su cadáver a la fosa común.


Pero debéis saber bien que, si me matáis, echáis sangre inocente sobre vosotros, sobre esta ciudad y sobre sus habitantes, porque es Yahveh quien me ha enviado a vosotros para pronunciar ante vuestros oídos todas estas palabras'.


Pero tus ojos y tu corazón sólo piensan en tus ganancias, en derramar sangre inocente, en ejercer opresión y violencia.


Pues a mí me olvidó mi pueblo, incensaron a la nada. Los han hecho tropezar en sus caminos, en los antiguos senderos, para que anduvieran por veredas, por caminos no pisados;


tú les responderás: 'Porque vuestros padres me abandonaron -oráculo de Yahveh-, se fueron tras otros dioses, los sirvieron y los adoraron y a mí, en cambio, me abandonaron y no observaron mi ley.


Tú me rechazaste -oráculo de Yahveh-, volviste atrás, y yo alargué mi mano contra ti y te destruí; estoy cansado de compadecerme.


Por eso los va a herir el león de la selva, el lobo de la estepa los devorará. El leopardo acecha junto a sus ciudades, todo el que salga de ellas será despedazado, porque muchas son sus transgresiones, sus apostasías son muy graves.


En vano castigué a vuestros hijos, no aprendieron la lección; vuestra espada devoró a vuestros profetas como león desgarrador.


Yahveh te dispersará por entre todos los pueblos, desde un extremo al otro de la tierra, y allí servirás a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres conocíais.


Yahveh te conducirá, a ti y al rey que hayas establecido sobre ti, a una nación que ni tú ni tus padres conocíais, y allí servirás a otros dioses, de madera y de piedra,


Si oyes decir que de una de las ciudades que Yahveh, tu Dios, te da para que habites en ella,


Y ese profeta o ese visionario en sueños será condenado a muerte, por haber predicado la rebelión contra Yahveh, vuestro Dios, que os sacó de Egipto y os libertó de la casa de la esclavitud, para desviarte del camino que Yahveh, tu Dios, te ha mandado seguir. De esta manera extirparás el mal de en medio de ti.


Profanó también el Tófet que está en el valle de Ben Hinón, para que nadie hiciera pasar por el fuego a sus hijos o a sus hijas en honor de Móloc.


Pronunciaré mis sentencias contra ellos por toda su maldad, pues me abandonaron, incensaron a dioses extraños y adoraron las obras de sus manos.


si no oprimís al forastero, al huérfano y a la viuda; si no derramáis sangre inocente en este lugar y no vais tras otros dioses para desgracia vuestra,


y diles: 'Escuchad la palabra de Yahveh, reyes de Judá, todo Judá y habitantes todos de Jerusalén que entráis por estas puertas.


Así dice Yahveh: practicad el derecho y la justicia, liberad al oprimido de la mano del opresor, no molestéis ni oprimáis al forastero, al huérfano ni a la viuda, y no derraméis sangre inocente en este lugar.


por el mal que cometieron ofendiéndome, yendo a incensar y servir a otros dioses que no habían conocido ni ellos ni vosotros ni vuestros padres.


Apartaré de ellos mi rostro y profanarán mi tesoro; entrarán en él bandidos y lo profanarán.


Les contaminé con sus ofrendas, haciéndoles sacrificar a todo primogénito, con el fin de horrorizarlos, para que supieran que yo soy Yahveh.'


'Tropas enviadas por él profanarán el santuario y la ciudadela, abolirán el sacrificio perpetuo y pondrán allí la abominación de la desolación.


Por haber escogido dioses nuevos, a las puertas estaba la guerra. ¿Acaso se veían escudos ni lanzas entre cuarenta mil en Israel?


Vertieron sangre pura -la sangre de sus hijos y sus hijas inmolados a los dioses cananeos- y la tierra se hizo inmunda con la sangre.


Y setenta de los ancianos de la casa de Israel, entre los cuales se encontraba Yazanías, hijo de Safán, estaban de pie ante ellos, cada uno con su incensario en la mano, mientras ascendía el perfume de una nube de incienso.


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