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Jeremías 15:7 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Los aventé con el bieldo en las puertas del país; lo dejé sin hijos, aniquilé a mi pueblo, porque de conducta no cambiaron.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Aunque los aventé con aventador hasta las puertas de la tierra, y dejé sin hijos a mi pueblo y lo desbaraté, no se volvieron de sus caminos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Te aventaré como el grano a las puertas de las ciudades y te quitaré tus hijos que tanto quieres. Destruiré a mi propio pueblo, porque rehusó cambiar sus malos caminos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Los he pasado por el harnero en las ciudades del país. He dejado sin hijos a mi pueblo para que desaparezca, porque no ha querido dejar el mal camino.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Los aventaré con el aventador hasta las puertas de esta tierra,° Y los privaré de hijos. Destruiré a mi pueblo, Porque no se han vuelto de sus caminos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 Y los aventaré con aventador hasta las puertas de la tierra; los dejaré sin hijos, destruiré a mi pueblo; pues no se vuelven de sus caminos.

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Jeremías 15:7
21 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Tiene el bieldo en la mano y limpiará su era; recogerá su trigo en el granero, pero la paja la quemará en un fuego que no se apaga.'


Enviaré a Babel aventadores que la aventen y asolen su país, cuando acampen frente a ella en derredor aquel día funesto.


Yahveh, ¿no buscan tus ojos la verdad? Los has golpeado y no se han dolido; los has consumido, y no quisieron aprender la lección. Tienen la cara más dura que una piedra, no quieren convertirse.


Las aventarás, y el viento se las llevará, las dispersará el huracán; y tú te alegrarás en Yahveh, en el Santo de Israel te gloriarás.


Y Yahveh cortó de Israel cabeza y cola, palma y junco en un solo día.


Por eso, entrega sus hijos al hambre, y vuélcalos en manos de la espada. ¡Sean sus mujeres privadas de hijos y viudas! ¡Sean sus maridos muertos por la peste! ¡Sean sus jóvenes heridos por la espada en la batalla!


No así son los impíos, sino como la paja que se lleva el viento.


No seáis como vuestros padres, a quienes los antiguos profetas anunciaron: 'Así dice Yahveh Sebaot: convertíos de vuestros malos caminos y de vuestras males acciones'. Pero ellos no escucharon ni me hicieron caso -oráculo de Yahveh-.


'En cuanto a ti, hijo de hombre, el día en que yo les quite su baluarte, la alegría de su gloria, el encanto de sus ojos, el anhelo de sus almas, a sus hijos y a sus hijas,


Engendrarás hijos e hijas, pero no serán para ti, porque irán al cautiverio.


'Di a la casa de Israel: así dice el Señor Yahveh: mirad: voy a profanar mi santuario, orgullo de vuestra potencia, encanto de vuestros ojos, y anhelo de vuestras almas; y vuestros hijos y vuestras hijas, los que habéis dejado, caerán a espada'.


Caerá el cadáver del hombre, como estiércol en pleno campo y como gavilla detrás del segador, sin que haya quien lo recoja''.


Tus hijos y tus hijas serán entregados a un pueblo extraño: tus ojos lo verán y se consumirán por ellos todos los días, sin que tus manos puedan hacer nada por ellos.


Maldito el fruto de tu vientre y el de tu suelo, los partos de tus vacas y las crías de tus ovejas.


Haré que por vosotras transiten los hombres, mi pueblo Israel. Tomarán posesión de ti, serás su propiedad y no volverás ya a verte privada de hijos.'


Pero el pueblo no se volvió a quien lo hería, no buscaron a Yahveh Sebaot.


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