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Isaías 9:19 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 cada cual devora la carne de su prójimo: despedaza a derecha y queda con hambre, devora a izquierda y no se harta:

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Biblia Reina Valera 1960

19 Por la ira de Jehová de los ejércitos se oscureció la tierra, y será el pueblo como pasto del fuego; el hombre no tendrá piedad de su hermano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 La tierra quedará ennegrecida por la furia del Señor de los Ejércitos Celestiales. El pueblo será combustible para el fuego, y nadie perdonará la vida ni siquiera de su propio hermano.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Muerden a derecha, y todavía siguen con hambre; comen a izquierda, y no quedan satisfechos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 ¡Por la ira de YHVH Sebaot el país se tambalea,° Y el pueblo es pasto del fuego!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Por la ira de Jehová de los ejércitos se oscureció la tierra, y será el pueblo como combustible para el fuego; el hombre no tendrá piedad de su hermano.

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Isaías 9:19
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Desapareció de la tierra el piadoso, no queda un justo entre los hombres: todos acechan para derramar sangre, unos a otros se tienden redes,


Porque el hijo insulta al padre, la hija se rebela contra la madre, la nuera contra la suegra: los enemigos del hombre son los de su casa.


Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en el abismo, en cavernas tenebrosas, los entregó para ser custodiados hasta el juicio.


el sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes de que llegue el día del Señor, día grande y esplendoroso;


Desde la hora sexta hasta la hora nona toda aquella tierra quedó sumida en tinieblas.


¡Ay de los que desean el día de Yahveh! ¿Qué será para vosotros el día de Yahveh? ¡Tinieblas será, y no luz!


Día tenebroso y oscuro, día nublado y sombrío. Como la aurora, así se extiende por los montes un pueblo numeroso y fuerte como no lo hubo nunca desde que existen los siglos, ni lo habrá después de él hasta las generaciones más lejanas.


A los otros les dijo, oyéndolo yo: 'Pasad por la ciudad detrás de él y herid; no se apiaden vuestros ojos ni tengáis compasión;


Dad gloria a Yahveh, vuestro Dios, antes de que oscurezca, antes de que tropiecen vuestros pies por los montes a la hora del crepúsculo, cuando esperéis la luz y yo la haya hecho tinieblas y la haya convertido en densa oscuridad.


Mira: la oscuridad cubre la tierra, las tinieblas a los pueblos, pero sobre ti amanece Yahveh y su gloria aparece sobre ti.


Por eso la maldición devora la tierra, y expían la culpa los que la habitan; por eso disminuyen los habitantes y quedan hombres contados.


Sus arcos acribillan a los jóvenes. No se compadecen del fruto del vientre, sus ojos no se apiadan de los niños.


Por eso estremeceré los cielos, la tierra retemblará en su sitio, por la cólera de Yahveh Sebaot en el día del ardor de su ira.


Mirad que el día de Yahveh llega implacable, con enojo y ardor de ira, para hacer de la tierra un desierto y exterminar de ella a los pecadores.


mirará a la tierra y sólo encontrará angustia y tinieblas, oscuridad desoladora, lobreguez de desterrado.


Bramará contra él, aquel día, como brama el mar. Se mirará a la tierra, y no habrá más que densas tinieblas, los nubarrones oscurecerán la luz.


Será como estopa el hombre robusto y su obra, chispa; arderán a una los dos sin que nadie los apague.


El pueblo se vejará, hombre a hombre, vecino a vecino, el joven afrentará al anciano, el villano al noble.


Cuando el Señor haya lavado la mancha de las hijas de Sión y limpiado la sangre dentro de Jerusalén con viento de juicio y con viento abrasador,


Por eso, cual la lengua de fuego devora el rastrojo y el heno se consume en la llama, su raíz se convertirá en podredumbre y su flor subirá como el polvo. Pues despreciaron la ley de Yahveh Sebaot, desdeñaron la palabra del Santo de Israel.


Contra una nación impía la envío, contra el pueblo de mi enojo la mando, para despojar el despojo, para saquear el saqueo, para hollarlo como barro de las calles.


Yahveh, tu mano está alzada, pero ellos no la ven. ¡Vean, avergonzados, tu celo por el pueblo; el fuego devore a tus enemigos!


Temieron en Sión los pecadores, temblor sobrecogió a los impíos. ¿Quién de nosotros morará en fuego devorador? ¿Quién de nosotros morará en hogueras eternas?


Y volcó sobre él su ardiente ira y la violencia de la guerra, que lo abrasó por todas partes, y no lo supo, le quemaba, y no le dio importancia.


Delante de él consume el fuego, detrás de él abrasa la llama. Delante la tierra es un edén, detrás desierto desolado. Nadie tiene escapatoria.


La casa de Jacob será un fuego, la casa de José será una llama y la casa de Esaú como estopa: les prenderán fuego y los devorarán. No quedará un superviviente de la casa de Esaú. ¡Es Yahveh quien lo ha dicho!


Porque yo ya no tendré compasión de los habitantes del país -oráculo de Yahveh-. Mirad que yo mismo entregaré a cada cual en manos de su prójimo y en manos de su rey, ellos devastarán el país, sin que yo los libre de sus manos.


Cuando yo os retire el sustento del pan, diez mujeres cocerán vuestro pan en un solo horno. Os lo darán tan tasado que lo comeréis y seguirés teniendo hambre.


Entonces dije: 'No quiero apacentaros más: la que muera, que muera; la que se pierda, que se pierda; y las que queden, que se devoren entre sí'.


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