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Isaías 66:3 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Quien inmola un toro, también mata a un hombre; quien sacrifica una oveja, también desnuca a un perro; quien ofrece libación, también ofrece sangre de cerdo; quien presenta incienso, también alaba a un ídolo. Como ellos eligen sus propios caminos y su alma se complace en sus horrores,

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Biblia Reina Valera 1960

3 El que sacrifica buey es como si matase a un hombre; el que sacrifica oveja, como si degollase un perro; el que hace ofrenda, como si ofreciese sangre de cerdo; el que quema incienso, como si bendijese a un ídolo. Y porque escogieron sus propios caminos, y su alma amó sus abominaciones,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Pero a los que escojan sus propios caminos y se deleiten en sus pecados detestables, no les aceptaré sus ofrendas. Cuando tales personas sacrifiquen un toro, será tan inaceptable como un sacrificio humano. Cuando sacrifiquen un cordero, será como si hubieran sacrificado un perro. Cuando traigan una ofrenda de grano, igual sería que ofrecieran sangre de cerdo. Cuando quemen incienso, será como si hubieran bendecido a un ídolo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Ahora bien se sacrifica a un buey y al mismo tiempo se mata a un hombre; se degüella un cordero pero también se desnuca un perro. Se presenta como ofrenda sangre de cerdo y, si queman incienso, lo queman ante los ídolos. Así como se deleitan en seguir sus caminos, y sus almas quedan felices con sus sucios ídolos,

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 El que inmola un buey, Es como si matara a un hombre; El que sacrifica un cordero, Es como si degollara a un perro; El que trae ofrenda vegetal, Es como si ofreciera sangre de cerdo; El que invoca y ofrece incienso, Es como si bendijera a un ídolo. Todos ellos escogieron su camino, Y su alma se deleita en sus abominaciones;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 El que sacrifica buey, es como si matase un hombre; el que sacrifica oveja, como si degollase un perro; el que ofrece presente, como si ofreciese sangre de puerco; el que quema incienso, como si bendijese a un ídolo. Y porque han escogido sus propios caminos, y su alma amó sus abominaciones,

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Isaías 66:3
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yahveh abomina el sacrificio de los malos; pero se complace en la plegaria de los justos.


Los que se santifican y purifican para entrar en los jardines tras uno que ocupa el centro, los que comen carne de cerdo, cosas abominables y ratas, a una serán exterminados dice Yahveh-.


a vosotros os destino a la espada, todos os encorvaréis para el degüello, porque os llamé y no respondisteis', hablé y no escuchasteis, hicisteis lo que a mis ojos es malo, lo que no me agrada elegisteis.


La llevará a los sacerdotes, a los hijos de Aarón, y el sacerdote tomará un puñado lleno de flor de harina, con su aceite y con todo su incienso, y lo quemará sobre el altar como memorial. Es manjar pasado por el fuego de calmante aroma para Yahveh.


El sacrificio de los malvados es abominable, y más si se ofrece con mala intención.


No habrá prostituta sagrada entre las israelitas, ni prostituto sagrado entre los israelitas.


El cerdo, que tiene la pezuña hendida, pero no rumia, será inmundo para vosotros. No comeréis su carne ni tocaréis sus cadáveres.


Id y clamad a esos dioses que os habéis elegido; que ellos os salven en el tiempo de vuestra angustia'.


Por su pecado de avaricia me enojé, lo herí, escondiéndome, enojado; él seguía obstinado su camino preferido;


Por haber escogido dioses nuevos, a las puertas estaba la guerra. ¿Acaso se veían escudos ni lanzas entre cuarenta mil en Israel?


No reflexiona, ni tiene conocimiento ni inteligencia para decir: 'Una mitad la quemé en el fuego y luego cocí pan sobre sus brasas. Aso la carne y la como, y el resto lo convierto en abominación. Ante un trozo de madera me inclino'.


Tiendo todo el día mis manos a un pueblo rebelde y terco, que va por mal camino, en pos de sus pensamientos;


¿Qué me importa el incienso que viene de Sabá, y la caña aromática de un país lejano? Vuestros holocaustos no me agradan y vuestros sacrificios no me complacen.


Por aquellos días no había rey en Israel, y cada uno hacía lo que bien le parecía.


Todos nosotros como ovejas errábamos, cada uno a su camino nos volvíamos. Pero Yahveh hizo que le alcanzara la iniquidad de todos nosotros.


Tomó entonces Ageo la palabra y dijo: 'Así es este pueblo y así esta nación ante mí -oráculo de Yahveh-. Así sucede con todas las obras de sus manos: lo que allí ofrecen es impuro'.


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