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Isaías 61:1 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 El espíritu de Yahveh está sobre mí, pues Yahveh me ha ungido. Para dar la buena nueva a los humildes me envió, para vendar los corazones quebrantados, para proclamar a los cautivos libertad, a los prisioneros amnistía,

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Biblia Reina Valera 1960

1 El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 El Espíritu del Señor Soberano está sobre mí, porque el Señor me ha ungido para llevar buenas noticias a los pobres. Me ha enviado para consolar a los de corazón quebrantado y a proclamar que los cautivos serán liberados y que los prisioneros serán puestos en libertad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 ¡El Espíritu del Señor Yavé está sobre mí! sepan que Yavé me ha ungido. Me ha enviado con un buen mensaje para los humildes, para sanar los corazones heridos, para anunciar a los desterrados su liberación, y a los presos su vuelta a la luz.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 El Espíritu de Adonay YHVH está sobre mí, porque YHVH me ha ungido. Me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, A vendar los corazones desgarrados, A proclamar libertad a los cautivos Y a los presos apertura de la cárcel;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 El Espíritu del Señor Jehová está sobre mí, porque me ha ungido Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;

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Isaías 61:1
55 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Y respondiendo, les dijo: 'Id a contar a Juan lo que habéis visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia el evangelio a los pobres;


para abrir los ojos a los ciegos, para sacar del calabozo al prisionero, de la cárcel a los que moran en oscuridad.


los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia la buena nueva a los pobres;


Sana a los afligidos y venda sus heridas.


Mirad a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien se complace mi alma. Puse mi espíritu sobre él; dictará equidad a las naciones.


cómo Dios ungió con Espíritu Santo y poder a Jesús de Nazaret, que pasó haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.


Que así dice el Excelso, el Sublime, que reside en la eternidad y cuyo nombre es santo: 'En lo alto y en lo santo resido, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para vivificar el espíritu de los humildes, para vivificar el corazón de los quebrantados.


para decir a los prisioneros: '¡Salid!', a los que están en la oscuridad: '¡Mostraos!'. Junto a todos los caminos pastarán, en todos los calveros tendrán pasto.


Sade. Claman aquéllos y él escucha y los libra de todos sus pesares.


Y ahora el Señor Yahveh me ha enviado con su espíritu. Acercaos a mí y escuchad esto: 'No hablé en secreto desde el principio, desde el tiempo en que esto sucedió, allí estaba yo.


a fin de que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, y alcancen la remisión de los pecados y tengan parte en la herencia de los que han sido santificados por la fe en mí'.


Porque aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios; pues no da el Espíritu con cicatería.


Apenas bautizado Jesús, salió en seguida del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios descender, como una paloma, y venir sobre él,


Venid, volvamos a Yahveh: él nos desgarró, pero él nos curará; él nos hirió, pero él nos vendará.


Tu trono, cual de Dios, es eterno, para siempre y tu cetro real es un cetro justiciero.


De ti parten mis alabanzas en la gran asamblea, ante los que te temen cumpliré yo mis promesas.


Él observa desde su santa altura, el Señor desde los cielos mira la tierra,


Abre, Señor, mis labios, y anunciará mi boca tus grandezas.


'Yo he establecido a este mi rey sobre Sión, mi monte santo'.


'En cuanto a mí, dice Yahveh, ésta es mi alianza con ellos: Mi espíritu que está sobre ti y mis palabras que he puesto en tus labios no se apartarán de tu boca, ni de la boca de tu descendencia, ni de la boca de la descendencia de tu descendencia -dice Yahveh-, desde ahora y para siempre.'


Tú amas la justicia y aborreces la maldad; por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con óleo de alegría de entre tus compañeros.


Pero Dios, que consuela a los abatidos, nos trajo el consuelo con la llegada de Tito;


Setenta semanas están decretadas sobre tu pueblo y tu ciudad santa, para poner fin a la transgresión, para sellar el pecado, para expiar la iniquidad, para traer la eterna justicia, para sellar la visión y al profeta, para ungir al santo de los santos.


Será acepto al Señor, más que los toros o el becerro de cuernos y pezuñas.


Pues todas estas cosas las hizo mi mano, todas ellas son mías -dice Yahveh-. Pero en éste me fijo: en el humilde y contrito, el que tiembla a mi palabra.


asiste en el juicio al indigente e instruye a los humildes en sus vías.


El primero con quien luego se encuentra es su propio hermano Simón, a quien dice: 'Hemos encontrado al Mesías', que quiere decir 'Cristo'.


pues el Señor ama a su pueblo y adorna a los humildes de victoria.


Porque en verdad se confabularon en esta ciudad contra tu santo siervo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato con los gentiles y las tribus de Israel,


Palabra que le fue dirigida a Jeremías de parte de Yahveh, después del acuerdo concluido por el rey Sedecías con todo el pueblo que había en Jerusalén para proclamar ante ellos una manumisión,


Prorrumpid a una en gritos de júbilo, ruinas de Jerusalén, porque Yahveh consoló a su pueblo, redimió a Jerusalén.


El Señor es el Espíritu; y donde hay Espíritu del Señor, hay libertad.


Continuarán los humildes teniendo alegría en Yahveh, y los indigentes en el Santo de Israel gozarán,


Y tú, pueblo mío, que estás en Sión, que habitas en Jerusalén, ya no llorarás más; porque tendrá piedad de ti cuando escuche tu gemido, apenas lo oiga, te responderá.


Y será la luz de la blanquecina como la luz del ardoroso. Y la luz del ardoroso será siete veces mayor, como la luz de siete días, el día en que vende Yahveh la fractura de su pueblo y cure la llaga de su herida.


El bribón: sus bribonadas son perversas, planea planes inicuos, para arruinar a los pobres con palabras falsas, aunque el necesitado hable con razón.


Sube a un monte elevado, mensajera de Sión. Alza con fuerza tu voz, mensajera de Jerusalén. Álzala sin miedo, di a las ciudades de Judá: mirad a vuestro Dios.


¡Qué hermosos en los montes los pies del mensajero, pregonero de la paz, mensajero de la dicha, pregonero de la salvación, que dice a Sión: 'Reina tu Dios'.


he visto sus caminos. Pero voy a sanarlo y a guiarlo; voy a consolarlo. Y para sus afligidos


Yo, en cambio, estoy lleno de la fuerza del espíritu de Yahveh, de justicia y de fortaleza, para denunciar a Jacob su rebeldía y a Israel su pecado.


Vestirás con estos ornamentos a Aarón, tu hermano, y a sus hijos; los ungirás, los investirás y los consagrarás, para que me sirvan como sacerdotes.


Luego tomarás el óleo de la unción y lo derramarás sobre su cabeza, y así lo ungirás.


Ésta es la parte de los manjares pasados por el fuego para Yahveh que corresponde a Aarón y sus hijos, desde el día en que fueron presentados para ejercer el sacerdocio delante de Yahveh.


El Señor aposenta en una casa al solitario y libra al prisionero, en medio de canciones. Los rebeldes, en cambio, habitarán en suelo ardiente.


Hizo que se quitara los vestidos de prisionero y que comiera siempre a su mesa durante todos los días de su vida.


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