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Isaías 60:9 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Es que a mí me esperan las islas, y las naves de Tarsis en vanguardia, para traer a tus hijos de lejos, y con ellos su plata y su oro, para el nombre de Yahveh, tu Dios, y para el Santo de Israel, que te glorifica.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Ciertamente a mí esperarán los de la costa, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Son barcos de los confines de la tierra, de países que confían en mí, con los grandes barcos de Tarsis a la cabeza. Traen al pueblo de Israel de regreso a su hogar desde muy lejos, transportando su plata y su oro. Honrarán al Señor tu Dios, al Santo de Israel, porque él te ha llenado de esplendor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 ¡Pero si las islas ahora creen en mí! mira cómo los barcos de Tarsis acuden, trayendo de lejos a tus hijos, con su plata y su oro, a causa del Nombre de Yavé, tu Dios, del Santo de Israel que te ha glorificado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Ciertamente, en mí esperarán las costas; Las naves de Tarsis vendrán a la cabeza, Trayendo tus hijos de lejos, Y con ellos su plata y su oro, A causa del nombre de YHVH tu Dios, Del Santo de Israel, que te ha glorificado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Ciertamente me esperarán las islas, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado.

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Isaías 60:9
46 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Mira: a gente que no conoces llamarás, y gentes que no te conocen correrán hacia ti por amor de Yahveh, tu Dios, del Santo de Israel, que te glorifica.


contra todas las naves de Tarsis, contra todos los barcos de placer.


Inminente, cercana está mi justicia, como luz sale mi salvación, y mis brazos juzgan a los pueblos. Las islas esperan en mí y en mi brazo confían.


Sucederá en aquel día: el Señor hará un segundo gesto con su mano para rescatar al resto de su pueblo: los que hayan quedado de Asiria y de Egipto, de Patrós, de Cus y de Elam, de Sinar, de Jamat y de las islas del mar.


Pero la Jerusalén de arriba es libre; y ésta es nuestra madre.


¡Islas, escuchadme! ¡Atended, pueblos lejanos! Yahveh desde el seno materno me llamó, desde las entrañas de mi madre recordó mi nombre.


Cantad a Yahveh un cántico nuevo, su alabanza desde el confín de la tierra. Brame el mar y cuanto contiene, las islas y sus habitantes.


No flaqueará ni desmayará, hasta que imponga en la tierra equidad; las islas esperan su enseñanza.


Todos, en efecto, sois hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús.


Pero el Señor le dijo: 'Vete, porque éste es mi instrumento escogido, para ser portador de mi nombre ante los gentiles y los reyes, y ante los israelitas;


Les he revelado tu nombre, y se lo seguiré revelando, para que el amor con que me has amado esté con ellos, y en ellos también yo.'


luz para iluminar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel'.


También Judá peleará en Jerusalén. Se amontonarán las riquezas de todas las naciones circunvecinas: oro, plata y vestidos, en gran cantidad.


Yahveh será terrible contra ellos. Cuando anule a todos los dioses de la tierra, se postrarán ante él, cada una en su lugar, todas las islas de las naciones.


De ellos saldrá la alabanza y el canto de gente jubilosa. Los multiplicaré y no disminuirán, los honraré y no serán envilecidos.


En aquel tiempo llamarán a Jerusalén trono de Yahveh, y en ella, en Jerusalén, se congregarán todas las naciones en nombre de Yahveh, y no seguirán más la obstinación de su malvado corazón.


Echa una ojeada en torno y mira: todos se reúnen, vienen a ti. Tus hijos vienen de lejos, tus hijas son llevadas en brazos.


Por su pecado de avaricia me enojé, lo herí, escondiéndome, enojado; él seguía obstinado su camino preferido;


¡Entrégalos! -diré al norte-. ¡No los retengas!, al sur. Traeré a mis hijos desde lejos, a mis hijas del confín de la tierra,


Porque eres caro a mis ojos, muy apreciado, y te amo; doy hombres por ti y pueblos por tu vida.


Del fruto de su boca sacia el hombre su vientre, del fruto de sus labios se sacia.


Los monarcas de Tarsis y las islas le pagarán tributo, y los reyes de Sabá y de Seba le traerán presentes.


No había entonces rey en Edom, sino un representante del rey.


porque el rey tenía en el mar una flota de Tarsis, juntamente con la de Jirán; y cada tres años llegaba la flota de Tarsis, que traía oro, plata, marfil, monos y pavos reales.


La reina de Sabá tuvo noticia de la fama de Salomón y fue para ponerlo a prueba con enigmas.


Y aun al extranjero que no pertenece a tu pueblo Israel, si viniere de tierras lejanas por amor de tu nombre,


Ellos le contestaron: 'Tus siervos vienen de una tierra muy lejana a causa del renombre de Yahveh, vuestro Dios, pues ha llegado hasta nosotros su fama y cuanto hizo en Egipto,


Respondió Yahveh: 'Haré pasar por delante de ti toda mi bondad, y pronunciaré delante de ti el nombre de Yahveh, pues hago gracia al que yo quiero hacerla, y tengo misericordia de quien yo quiero tenerla'.


Un temblor los cogió allí, un terror, cual de la mujer en parto;


y también desde oriente glorifican a Yahveh como en las islas del mar: al nombre de Yahveh Dios de Israel.


Así dice el Señor Yahveh: 'Mira: yo levanto hacia las naciones mi mano, hacia los pueblos alzo mi estandarte: traerán a tus hijos en brazos, tus hijas serán llevadas a hombros.


Un sin fin de camellos te cubrirá, dromedarios de Madián y de Efá. Todos ellos vendrán de Sabá, oro e incienso transportarán y pregonarán las alabanzas de Yahveh.


Daré a conocer mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel y no permitiré que vuelva a ser profanado mi santo nombre; y así sabrán las naciones que yo soy Yahveh, el Santo de Israel.


¡Levántate y trilla, hija de Sión! Yo te daré cuernos de hierro. Haré de bronce tus pezuñas, y triturarás pueblos numerosos. Consagrarás a Yahveh sus despojos, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.


aquel día vendrán a ti desde Asiria hasta Egipto, desde Tiro hasta el Éufrates, de mar a mar, de monte a monte.


Reina el Señor: alégrese la tierra, regocíjense las islas numerosas.


yo hago que se acerque mi justicia, no se aleja, y mi salvación no se demora. Daré en Sión salvación, para Israel será mi gloria.


Porque así dice Yahveh: 'Aquí estoy yo dirigiendo hacia ella, como un río, la paz; y, como un torrente desbordado, la gloria de las naciones. Mamaréis; en el regazo seréis llevados, y acariciados sobre las rodillas.


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