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Isaías 56:5 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 les daré en mi casa y en mis muros una marca y un nombre mejor que el de los hijos y las hijas. Un nombre les daré, que no se borrará.

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Biblia Reina Valera 1960

5 yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Les daré —dentro de las paredes de mi casa— un recordatorio y un nombre, mucho más grande del que hijos o hijas pudieran darles. Pues el nombre que les doy es eterno; ¡nunca desaparecerá!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Les daré dentro de los muros de mi Casa un lugar y una consideración que tendrán más valor que hijos e hijas; les daré una fama que nunca se olvidará.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Les daré cabida en mi Casa, Y dentro de mis muros Un nombre mejor que el de hijos e hijas: Memorial perpetuo que no será cortado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre eterno les daré que nunca será borrado.

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Isaías 56:5
23 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Al que venza, lo haré columna en el santuario de mi Dios, y no saldrá ya fuera jamás; grabaré en él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad de mi Dios, de la nueva Jerusalén, la que baja del cielo, de junto a mi Dios, y mi nombre nuevo'.


El que venza será vestido así, con vestiduras blancas. No borraré jamás su nombre del libro de la vida, y proclamaré su nombre ante mi Padre y ante sus ángeles'.


Ved qué gran amor nos ha dado el Padre: que nos llamemos hijos de Dios. ¡Y lo somos! Por eso no os conoce el mundo, porque no lo conoció a él.


Pero, si me retraso, quiero que sepas cómo hay que comportarse en la casa de Dios que es la Iglesia del Dios vivo, columna y soporte de la verdad.


Pero a todos los que la recibieron, a aquellos que creen en su nombre, les dio potestad de llegar a ser hijos de Dios;


En vez de la zarza, crecerá el ciprés; en vez de la ortiga, crecerá el mirto. Servirá para Yahveh de renombre, de señal eterna, imborrable.


Ahora yo también te digo que tú eres Pedro; sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del Hades no podrán contra ella.


Los llamarán 'Pueblo santo', 'Redimidos de Yahveh'. A ti te llamarán 'Buscada', 'Ciudad no abandonada''.


No se oirá hablar más de violencia en tu país, ni de devastación y de ruina en tus fronteras, pues llamarás a tus murallas 'Salvación' y a tus puertas 'Alabanza'.


tu estirpe habría sido como la arena, y como sus granos los vástagos de tus entrañas; no habría sido raído ni extirpado tu nombre de mi presencia'.


Aquel día se cantará esta canción en la tierra de Judá: 'Ciudad fuerte la nuestra; para salvarla le han puesto murallas y antemuros.


Cristo, por el contrario, en su calidad de Hijo, está al frente de su propia casa: casa que somos nosotros, con tal de que mantengamos [firme hasta el final] la confianza y la gozosa satisfacción de la esperanza.


en el cual también vosotros sois edificados juntamente, hasta formar el edificio de Dios en el Espíritu.


Elcaná, su marido, le decía: 'Ana ¿por qué lloras y por qué no comes? Y ¿por qué se amarga tu corazón? ¿No soy yo para ti mejor que diez hijos?'.


Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las Iglesias. Al que venza, le daré el maná escondido y una piedrecita blanca sobre la que habrá escrito un nombre que nadie conoce sino el que lo recibe'.


Sucederá al fin de los días que la montaña del templo de Yahveh estará asentada en la cumbre de los montes y se elevará por encima de los collados. Afluirán a ella todas las naciones,


vendrán pueblos numerosos y dirán: 'Venid, subamos a la montaña de Yahveh, al templo del Dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos y sigamos sus senderos'. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh.


a todo el que me llame por mi nombre a los que creé para mi gloria, a los que hice y formé'.


los llevaré a mi santa montaña y los alegraré en mi casa de oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi altar; porque mi casa es casa de oración, y así la llamarán todos los pueblos.


Verán las naciones tu justicia y todos los reyes tu gloria; te llamarán con un nombre nuevo que la boca de Yahveh pronunciará.


Traerán a todos vuestros hermanos de todas las naciones, como oblación a Yahveh en caballos, en carros y en literas, en mulos y en dromedarios, a mi santa montaña, a Jerusalén -dice Yahveh-, como traen los hijos de Israel la oblación en vasos puros al templo de Yahveh.


Pues como el cielo nuevo y la nueva tierra que yo hago permanecen ante mí -dice Yahveh-, así permanecerá vuestra estirpe y vuestro nombre.


Entonces os guiaré, después de haberos reunido. Os daré gloria y renombre entre todos los pueblos de la tierra, cuando cambie vuestra suerte ante vuestros ojos -dice Yahveh-.


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