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Isaías 51:22 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 así dice Yahveh, tu Señor, tu Dios, que defiende a su pueblo: 'Mira: retiro de tu mano la copa del vértigo; el cáliz, la copa de mi ira ya no volverás a beberla;

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Biblia Reina Valera 1960

22 Así dijo Jehová tu Señor, y tu Dios, el cual aboga por su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de aturdimiento, los sedimentos del cáliz de mi ira; nunca más lo beberás.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Esto dice el Señor Soberano, su Dios y Defensor: «Miren, yo les quité de las manos la copa aterradora; ya no beberán más de mi furia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Así te habla tu Señor, Yavé, tu Dios, defensor de tu pueblo: Yo quito de tu mano la copa que hace perder los sentidos, la copa de mi enojo; tú ya no volverás a tomarla.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Así dice YHVH tu Soberano, y tu Dios, Que defiende la causa de su pueblo: He aquí, Yo quito de tu mano la copa del aturdimiento; No volverás a beber de la copa de mi ira;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

22 Así dice tu Señor, Jehová tu Dios, el cual aboga la causa de su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de aturdimiento, los sedimentos del cáliz de mi ira, nunca más lo beberás.

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Isaías 51:22
22 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pues así dice Yahveh: 'Incluso el prisionero se le arrebatará al héroe y el botín se le escapará al tirano. Pero yo contenderé con tus contendientes y a tus hijos yo mismo salvaré.


pues Yahveh defenderá su causa y despojará a quienes lo despojan.


Pero su redentor es poderoso, Yahveh Sebaot es su nombre. Juzga con acierto su causa, para tranquilizar al mundo e intranquilizar a los habitantes de Babel.


Juró Yahveh por su diestra y por su brazo poderoso: 'No entregaré más tu grano como alimento a tus enemigos ni beberán extranjeros tu mosto, por el que te has fatigado.


¡Despierta, despierta, levántate, Jerusalén! Tú, que bebiste de la mano de Yahveh la copa de su ira; el cáliz, la copa del vértigo la has bebido, la has vaciado.


De David. Impugna, Señor, a los que a mí me impugnan, combate tú contra los que me hacen guerra;


Soportaré la ira de Yahveh, pues pequé contra Él, hasta que juzgue mi causa y falle mi juicio. Luego me sacará a la luz y veré su justicia.


Aun sobre los esclavos y sobre las esclavas, en aquellos días, derramaré mi Espíritu.


Cuando supo David que Nabal había muerto, exclamó: '¡Bendito sea Yahveh, que me ha hecho justicia por el ultraje que recibí de Nabal, y que ha preservado a su siervo de cometer el mal, mientras que ha hecho recaer la maldad de Nabal sobre su propia cabeza!'. Luego David mandó a decir a Abigail que quería tomarla por esposa.


No les ocultaré más mi rostro, porque habré derramado mi espíritu sobre la casa de Israel -oráculo del Señor Yahveh.'


Por eso, así dice Yahveh: 'Aquí estoy defendiendo tu causa, ejecutando tu venganza: agotaré su mar, secaré sus fuentes.


Pero Jesús contestó: 'No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo tengo que beber?'. Ellos le responden: 'Sí que lo somos'.


Tú nos has desechado, Señor, nos has abierto brechas: tú te habías airado, restáuranos de nuevo.


A mi pueblo lo esquilma un chiquillo, mujeres lo dominan. Pueblo mío, tus guías te engañan, la ruta de tus sendas embrollan.


Yahveh se presenta a discutir, está en pie para juzgar a su pueblo.


Yahveh, Dios de Israel, me habló así: toma en tu mano esta copa del vino de la ira, y dásela a beber a todas las naciones a las que te envío,


Como bebisteis sobre mi santo monte, así beberán sin cesar todas las naciones; beberán y tragarán, y serán luego como si no hubieran sido.


'Mirad que yo hago de Jerusalén una copa de vértigo para todos los pueblos de su entorno. Lo será también para Judá durante el asedio a Jerusalén.


Espantaos y quedad espantados, ofuscaos y quedad ofuscados, embriagaos y no de vino, tambaleaos y no de licor;


Me hartó de amarguras, me embriagó de ajenjo.


Res. Defendiste, Señor, mi causa, rescataste mi vida.


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