Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Isaías 51:12 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Yo, yo soy quien os consuela. ¿Quién eres tú para que temas al hombre que muere, al hijo de hombre que como hierba es tratado?

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

12 Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno?

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

12 «Yo, sí, yo soy quien te consuela. Entonces, ¿por qué les temes a simples seres humanos que se marchitan como la hierba y desaparecen?

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Yo, yo soy el que te consuela. ¿Por qué tienes miedo a los hombres que mueren, a un hijo de hombre que desaparecerá como el pasto?

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

12 Yo, Yo soy quien os consuela, ¿Quién eres tú para que temas al mortal; A hombres, que son como la hierba,

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, del hijo del hombre, que por heno será contado?

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Isaías 51:12
37 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El Señor está conmigo: no tengo que temer, ¿qué puede hacerme el hombre?


Porque: Todo mortal es hierba y toda su gracia como flor del campo. Se seca la hierba, se marchita la flor,


Dejaos del hombre en cuya nariz apenas hay un soplo; pues, ¿en qué puede estimársele?


'No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.


Como uno a quien su madre consuela, así os consolaré yo: en Jerusalén seréis consolados'.


No tengáis miedo a los que matan el cuerpo; que al alma no pueden matarla. Temed más bien a quien tiene poder para hacer que perezcan cuerpo y alma en la gehenna.


Consoló Yahveh a Sión, consoló todas sus ruinas. Hizo su desierto como un paraíso, y su estepa como el jardín de Yahveh: gozo y alegría se encuentran en ella, acción de gracias y son de canciones.


Yo soy, yo soy quien borra por mi amor tus transgresiones, y de tus pecados no me acuerdo.


Muchos buscan el favor del príncipe, pero es Yahveh quien pronuncia la sentencia.


El aliento perdido, retornan a su tierra, y en ese mismo día sus miras se malogran.


El necio no lo sabe, el fatuo no penetra en estas cosas.


La Iglesia, mientras tanto, gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría, se edificaba y caminaba en el temor del Señor y crecía con la consolación del Espíritu Santo.


Saúl dijo entonces a Samuel: 'He pecado, porque he transgredido el mandato de Yahveh y tus palabras; pero ha sido porque tuve miedo al pueblo y escuché su clamor.


Dijo entonces el ángel de Yahveh a Elías: 'Baja con él y no le tengas miedo'. Se levantó, pues, y bajó adonde estaba el rey.


Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios.


Aclama, cielo, exulta, tierra, prorrumpid, montes, en júbilo; porque Yahveh consuela a su pueblo y de sus pobres se apiada.


¿Ante quién temblabas y temías cuando mentías? De mí no te acordabas ni te lo tomabas a pecho. ¿No soy yo quien calla y disimula? Por eso a mí no me temías.


'Estoy preocupado -dijo el rey Sedecías a Jeremías- por causa de los judíos que se han pasado a los caldeos, no sea que me entreguen en su mano y se burlen de mí'.


huyendo de los caldeos; pues los temían, dado que Ismael, hijo de Netanías, había matado a Godolías, hijo de Ajicán, a quien el rey de Babilonia había puesto al frente del país.


En cuanto a ti, hijo de hombre, no los temas, ni temas tampoco sus palabras, aunque sean para ti cardos y espinas y tengas que vivir entre escorpiones; no temas sus palabras ni te desanimes por causa de ellos, pues son una raza rebelde.


Cuando Saúl y todo Israel oyeron estas palabras del filisteo quedaron consternados y dominados por el pavor.


David reflexionó seriamente sobre estas palabras y empezó a sentir gran temor de Aquís, rey de Gat.


no llaméis conspiración a todo lo que este pueblo llama conspiración; no temáis lo que él teme ni tembléis por lo que él tiembla.


Mirad al Dios de mi salvación: confío y no temo, que mi fuerza y mi canto es Yahveh y él es mi salvación'.


Prorrumpid a una en gritos de júbilo, ruinas de Jerusalén, porque Yahveh consoló a su pueblo, redimió a Jerusalén.


para proclamar el año de gracia de Yahveh, el día de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran,


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម