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Isaías 51:10 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 ¿No fuiste tú quien secó el mar, las aguas del gran abismo, quien trazó un camino en las profundidades del mar para que pasaran los redimidos?

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Biblia Reina Valera 1960

10 ¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo; el que transformó en camino las profundidades del mar para que pasaran los redimidos?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 ¿Acaso no eres el mismo hoy, el que secó el mar, haciendo un camino en las profundidades para que tu pueblo pudiera escapar y cruzar al otro lado?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 ¿No eres tú el que secó el mar y las aguas profundas, e hiciste del fondo del mar un camino para que pasaran los que rescatabas?

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 ¿No eres Tú el que secó el mar, y las aguas del gran abismo? ¿El que convirtió en camino las honduras del mar, para que pasaran los redimidos?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 ¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo; el que transformó en camino las profundidades del mar para que pasasen los redimidos?

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Isaías 51:10
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Así dice Yahveh, que abrió en el mar un camino y en las aguas caudalosas un sendero;


¿Por qué, cuando vine, no había nadie; cuando llamé, nadie respondió? ¿Es demasiado corta mi mano para librar o no hay en mí fuerza para salvar? Mirad: con mi amenaza seco el mar, convierto los ríos en desierto; apestan sus peces por falta de agua y se mueren de sed.


Guiaste con tu gracia al pueblo que rescataste, con poder lo has conducido a tu santa morada.


Desecaré montañas y colinas y agostaré todo su verdor; haré de los ríos, islotes y agotaré los pantanos.


Tú el que hendiste el mar con tu potencia y rompiste sobre el agua la cabeza a los dragones.


El zumbido del trueno fue rodando, los rayos alumbraron el espacio y la tierra tembló de conmoción.


Increpó al mar Rojo y quedó enjuto, los guió por el abismo igual que por desierto,


liberándolos de mano rencorosa, rescatándolos de mano de enemigos.


Yahveh secará el golfo del mar de Egipto; agitará su mano contra el Río, con el ardor de su soplo lo dividirá en siete cauces que se cruzarán con sandalias.


Habrá una calzada para el resto de su pueblo que haya quedado en Asiria, como lo hubo para Israel el día en que subió del país de Egipto.


Habrá allí una senda, una vía. Vía Sacra se la llamará. No pasará por ella el impuro. Será para ellos cuando estén de camino, los inexpertos no se descarriarán.


No habrá allí leones, no se encontrarán bestias feroces. Los redimidos la recorrerán,


Los llamarán 'Pueblo santo', 'Redimidos de Yahveh'. A ti te llamarán 'Buscada', 'Ciudad no abandonada''.


en todas sus angustias. No fue un mensajero ni un ángel: él en persona los salvó. Por su amor y su piedad, él mismo los redimió, los levantó y los llevó todos los días de antaño.


Cruzarán por el mar de la angustia, golpearán las olas del mar, el cauce del Nilo se secará. Será abatido el orgullo de Asiria, el cetro de Egipto tocará a su fin.


Los israelitas, en cambio, caminaron a pie enjuto por el lecho del mar, mientras las aguas formaban una muralla a su derecha y a su izquierda.


por ella volverán los salvados de Yahveh. Vendrán a Sión con júbilo, habrá alegría eterna sobre sus cabezas. Alegría y gozo serán su compañía, pesadumbre y gemido se alejarán.


Como en los días de tu salida de Egipto, haz que veamos tus prodigios.


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