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Isaías 48:20 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 ¡Salid de Babel! ¡Huid de Caldea! Con voz jubilosa anunciad, proclamad esto, hacedlo llegar al confín de la tierra, decid: 'Redimió Yahveh a su siervo Jacob'.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Salid de Babilonia, huid de entre los caldeos; dad nuevas de esto con voz de alegría, publicadlo, llevadlo hasta lo postrero de la tierra; decid: Redimió Jehová a Jacob su siervo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Sin embargo, incluso ahora, ¡sean libres de su cautiverio! Salgan de Babilonia y de los babilonios. ¡Canten este mensaje! Grítenlo hasta los extremos de la tierra. El Señor ha redimido a sus siervos: a los del pueblo de Israel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 ¡Salgan de Babilonia! ¡Huyan del país de los caldeos! Griten esto alegremente, anúncienlo y transmítanlo hasta el último rincón del mundo. Digan: 'Yavé ha salvado a su servidor Jacob.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 ¡Salid de Babilonia, huid de los caldeos! ¡Anunciad con voz de júbilo, y proclamadlo, Publicadlo hasta los confines de la tierra! Decid: ¡YHVH ha redimido a su siervo Jacob!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Salid de Babilonia, huid de entre los caldeos; dad nuevas de esto con voz de alegría, publicadlo, llevadlo hasta lo último de la tierra; decid: Redimió Jehová a Jacob su siervo.

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Isaías 48:20
39 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Sal, pueblo mío, de en medio de ella y salve cada uno su vida de la ira furibunda de Yahveh.


Prorrumpid a una en gritos de júbilo, ruinas de Jerusalén, porque Yahveh consoló a su pueblo, redimió a Jerusalén.


Huid de Babilonia y salve cada uno su vida; no perezcáis por su culpa, pues es el tiempo de la venganza de Yahveh, que viene a pagarle su merecido.


Huid de Babilonia, salid del país de los caldeos. Sed como machos cabríos al frente del rebaño.


Oí otra voz que venía del cielo y decía: ' Salid, pueblo mío, de ella, para que no os hagáis cómplices de sus pecados ni partícipes de sus plagas.


en todas sus angustias. No fue un mensajero ni un ángel: él en persona los salvó. Por su amor y su piedad, él mismo los redimió, los levantó y los llevó todos los días de antaño.


Aclama, cielo, exulta, tierra, prorrumpid, montes, en júbilo; porque Yahveh consuela a su pueblo y de sus pobres se apiada.


Aquel día se cantará esta canción en la tierra de Judá: 'Ciudad fuerte la nuestra; para salvarla le han puesto murallas y antemuros.


Regocíjate por ella, cielo; y también los santos y los apóstoles y los profetas. Porque Dios ejecutó la sentencia que reclamábais contra ella''.


Exultarán entonces por Babel cielo y tierra y cuanto hay en ellos, cuando vengan desde el norte los devastadores -oráculo de Yahveh-.


Anunciadlo en las naciones, pregonadlo, levantad una señal, publicadlo, no lo ocultéis. Decid: 'Ha sido tomada Babilonia, Bel está avergonzado, desmayó Marduc, sus estatuas están avergonzadas, sus ídolos aterrados'.


Escuchad, naciones, la palabra de Yahveh, anunciadla en las islas lejanas y decid: 'El que dispersó a Israel lo reúne y lo guarda como pastor a su rebaño'.


¡Afuera! ¡Afuera! ¡Salid de allí! ¡No toquéis nada impuro! ¡Salid de en medio de ella, purificaos los que lleváis los vasos de Yahveh!


Tú lo has oído, míralo todo, y vosotros, ¿no lo anunciaréis? Te declaro cosas nuevas ahora, cosas ocultas que no conocías.


Canto gradual. Cuando el Señor restaure la suerte de Sión, estaremos como en sueños.


Aquel día dirás: 'Te alabo, Yahveh, pues aunque te habías enojado contra mí, se calmó ya tu ira y me has consolado.


Y por otra parte, ¿quién hay como tu pueblo, como Israel -nación única en la tierra-, al que Dios haya venido a rescatar para hacerlo su pueblo y darle renombre, para realizar en él portentos y maravillas arrojando a las gentes y sus dioses delante de tu pueblo que rescataste de Egipto para ti?


Aunque tus desterrados estuvieran en la otra punta del cielo, de allí te reunirá Yahveh, tu Dios, y de allí te recogerá.


Aquel día diréis: 'Alabad a Yahveh, invocad su nombre, anunciad en los pueblos sus obras, proclamad que su nombre es excelso.


Ellos alzan su voz, exultan por la gloria de Yahveh, desde occidente lo aclaman;


Cantad a Yahveh un cántico nuevo, su alabanza desde el confín de la tierra. Brame el mar y cuanto contiene, las islas y sus habitantes.


Pero ahora, así dice Yahveh, que te creó, Jacob, que te formó, Israel: 'No temas, pues te redimo, te llamo por tu nombre, eres mío.


Disipé como niebla tus culpas, como un nublado tus pecados. Vuelve a mí, que te he redimido.


'No basta con que seas mi siervo, para levantar a las tribus de Jacob y hacer volver a los preservados de Israel. Voy a hacerte luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra'.


Pronto el encorvado será liberado, y no morirá en la fosa ni le faltará el pan.


Desnudó Yahveh su santo brazo a la vista de todas las naciones, para que todos los confines de la tierra vean la salvación de nuestro Dios.


Mirad a Yahveh, que proclama hasta el confín de la tierra: 'Decid a la hija de Sión: mira que llega tu salvación; mira que viene con él su recompensa y le precede su paga.


Pues Yahveh rescata a Jacob, lo libra de la mano de otro más fuerte.


Levántate señales, colócate hitos; presta atención a la calzada, al camino que anduviste; vuelve, virgen de Israel, vuelve a estas tus ciudades.


Escuchad a los fugitivos y evadidos del país de Babel, que anuncian en Sión la venganza de Yahveh, nuestro Dios, la venganza de su templo.


Éstos fueron los pertenecientes a la provincia que volvieron del cautiverio -los que habían sido deportados a Babilonia por Nabucodonosor, rey de Babilonia- y regresaron a Jerusalén y a Judá, cada cual a su ciudad.


¡Vamos, vamos! Huid del país del aquilón -oráculo de Yahveh-, vosotros los que yo dispersé a los cuatro vientos del cielo -oráculo de Yahveh-.


Los llamaré con un silbido para reunirlos, porque los he rescatado; y serán tan numerosos como eran.


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