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Isaías 44:2 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Así dice Yahveh, tu creador, tu formador desde el seno, que te ayuda: no temas, siervo mío Jacob, Yesurún, a quien elegí.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 El Señor que te hizo y que te ayuda, dice: “No tengas miedo, oh Jacob, siervo mío, mi amado Israel, mi elegido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Así habla Yavé, el que te hizo, tu socorro, el que te formó desde el seno materno: No teman, hijos de Jacob, mi servidor, Israel a quien yo elegí.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Así dice YHVH, Hacedor tuyo, Y el que te formó desde el seno materno, tu Ayudador: No temas, siervo mío Jacob, Tú, Jesurún,° mi escogido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Así dice Jehová, tu Hacedor, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí.

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Isaías 44:2
29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Antes de formarte en el seno materno te conocí, desde antes que nacieras te consagré: profeta de las naciones te constituí.


Pero ahora, así dice Yahveh, que te creó, Jacob, que te formó, Israel: 'No temas, pues te redimo, te llamo por tu nombre, eres mío.


Así dice Yahveh, tu redentor, el que te formó desde el seno: yo soy Yahveh, que lo ha hecho todo; yo extiendo los cielos, yo solo, dilato la tierra, y ¿quién conmigo?,


a todo el que me llame por mi nombre a los que creé para mi gloria, a los que hice y formé'.


¡Islas, escuchadme! ¡Atended, pueblos lejanos! Yahveh desde el seno materno me llamó, desde las entrañas de mi madre recordó mi nombre.


por cuanto nos ha elegido en él antes de la creación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia. En su amor


no temas, que yo estoy contigo; no te asustes, que yo soy tu Dios. Te fortalezco y te ayudo, te sostengo con mi diestra salvadora.


Y a los que de antemano destinó, también los llamó, y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.


En ti me apoyo desde el seno, desde el vientre materno eres tú mi sostén, tú, el objeto perenne de mi canto.


El pueblo que formé para mí contará mi alabanza.


Bien sabemos, hermanos, amados de Dios, que él os ha elegido;


No temas, pequeño rebaño; que ha tenido a bien vuestro Padre daros el reino.


Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia, para que obtengamos misericordia y hallemos gracia para ser socorridos en el momento oportuno.


Recuerda estas cosas, Jacob, y tú, Israel, que eres mi siervo: yo te formé, tú eres mi siervo, Israel, jamás te olvidaré.


Un río: sus corrientes alegran la ciudad de Dios, la santa entre las moradas del Altísimo.


No temas, que yo estoy contigo: De oriente traeré tu estirpe, y de occidente te recogeré.


No temas, gusanillo de Jacob, larva de Israel. 'Yo te ayudo', dice Yahveh; tu redentor es el Santo de Israel.


Hubo un rey en Yesurún, cuando se reunieron los jefes del pueblo, cuando se juntaron las tribus de Israel.


Yesurún engorda y cocea. Te pusiste gordo, macizo, cebado. Rechazó al Dios que lo hizo, despreció a la Roca, su salvación.


No hay nadie como el Dios de Yesurún: que sobre los cielos cabalga para ir en tu ayuda, y sobre las nubes, en su majestad.


Al secarse, se romperá su ramaje; vendrán las mujeres y lo quemarán. Porque no es un pueblo inteligente, por eso su hacedor no le tendrá compasión, y su creador no le concederá gracia.


Pero tú, Israel, siervo mío, Jacob a quien elegí, estirpe de Abrahán, mi amigo,


Así dice Yahveh, el Santo de Israel y su modelador: '¿Me pediréis cuentas acerca de mis hijos, y sobre la obra de mis manos me daréis órdenes?


Así fui estimado a los ojos de Yahveh y mi Dios era mi fuerza. Ahora dice Yahveh, el que me formó desde el seno materno para siervo suyo, para que lo devuelva a Jacob y para que Israel le sea reunido:


No temas, siervo mío, Jacob -oráculo de Yahveh-, no tengas miedo, Israel, pues voy a salvarte del país lejano, y a tu estirpe del país de su cautiverio. Volverá Jacob y reposará, descansará sin que nadie le moleste.


Venid y saludémoslo, postrados, doblemos la rodilla ante el Señor, nuestro hacedor.


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