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Isaías 43:1 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Pero ahora, así dice Yahveh, que te creó, Jacob, que te formó, Israel: 'No temas, pues te redimo, te llamo por tu nombre, eres mío.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Pero ahora, oh Jacob, escucha al Señor, quien te creó. Oh Israel, el que te formó dice: «No tengas miedo, porque he pagado tu rescate; te he llamado por tu nombre; eres mío.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Y ahora, así te habla Yavé, que te ha creado, Jacob, o que te ha formado, Israel. No temas, porque yo te he rescatado; te he llamado por tu nombre, tú eres mío.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Y ahora Jacob, así dice YHVH, el que te creó, El que te formó, oh Israel: No temas, porque Yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Pero ahora, así dice Jehová, tu Creador, oh Jacob, y tu Formador, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.

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Isaías 43:1
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Sabed bien que él es Dios: él nos ha hecho y somos suyos, su nación y rebaño de sus pastos.


Meteré ese tercio en el fuego: los purificaré como se purifica la plata y los probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y yo lo escucharé y diré: 'Éste es mi pueblo'. Y él dirá: 'Yahveh es mi Dios'.'


a todo el que me llame por mi nombre a los que creé para mi gloria, a los que hice y formé'.


el cual se entregó por nosotros, para rescatarnos de toda iniquidad y para purificarnos, haciendo de nosotros un pueblo que fuera su patrimonio, dedicado a buenas obras.


Y cantan un cántico nuevo, diciendo: 'Digno eres de tomar el rollo y de abrir sus sellos, porque fuiste degollado, y rescataste para Dios con tu sangre a hombres de toda tribu y lengua y pueblo y nación.


Porque de él somos hechura, creados en Cristo Jesús para las obras buenas que Dios nos preparó de antemano como norma de conducta.


El pueblo que formé para mí contará mi alabanza.


Yo, Yahveh, te llamé en justicia, te tomo de la mano, te formo y te destino para alianza del pueblo, para luz de las naciones,


Sin embargo, el sólido cimiento de Dios permanece firme y tiene sellada esta inscripción: El Señor conoce a los suyos; y esta otra: apártese de la maldad todo el que invoca el nombre del Señor.


Así dice Yahveh, tu creador, tu formador desde el seno, que te ayuda: no temas, siervo mío Jacob, Yesurún, a quien elegí.


No temas, gusanillo de Jacob, larva de Israel. 'Yo te ayudo', dice Yahveh; tu redentor es el Santo de Israel.


Pasé junto a ti y te vi. Era tu edad, la edad de los amores. Tendí entonces sobre ti el borde de mi manto y cubrí tu desnudez; te hice juramento, contraje una alianza contigo -oráculo del Señor Yahveh- y fuiste mía.


Pero su redentor es poderoso, Yahveh Sebaot es su nombre. Juzga con acierto su causa, para tranquilizar al mundo e intranquilizar a los habitantes de Babel.


Yahveh respondió a Moisés: 'Haré también esto que pides, pues gozas de mi favor y te conozco por tu nombre'.


Ellos serán para mí -dice Yahveh Sebaot- propiedad particular, el día en que yo actúe. Seré indulgente con ellos, como un hombre es indulgente con el hijo que le sirve.


¡Ánimo, pues, amigos! Porque yo confío en Dios que sucederá tal como se me ha dicho.


de lejos se le apareció Yahveh. Con amor eterno te amé por eso te prolongué mi favor.


Le preguntó: '¿Cuál es tu nombre?'. Él respondió: 'Jacob'.


escuchando la oración del despojado, no despreciando su plegaria.


la parte de Yahveh fue su pueblo, Jacob, la porción de su heredad.


¡Islas, escuchadme! ¡Atended, pueblos lejanos! Yahveh desde el seno materno me llamó, desde las entrañas de mi madre recordó mi nombre.


'¿No ves lo que dice este pueblo: 'Las dos familias que Yahveh había escogido, las ha rechazado', y menosprecian así a mi pueblo, de modo que para ellos ya no es una nación?


Los llamarán 'Pueblo santo', 'Redimidos de Yahveh'. A ti te llamarán 'Buscada', 'Ciudad no abandonada''.


así dice Yahveh, tu redentor, el Santo de Israel: Yo, Yahveh, soy tu Dios, que te enseña lo que te es provechoso, que te encamina por la senda que recorres.


tanto más cierto es que no rechazaré la descendencia de Jacob y de mi siervo David, ni dejaré de tomar de entre sus descendientes gobernantes para la estirpe de Abrahán, de Isaac y de Jacob, pues voy a cambiar su suerte y tendré compasión de ellos'.


Guiaste con tu gracia al pueblo que rescataste, con poder lo has conducido a tu santa morada.


Porque tú eres nuestro padre; Abrahán no sabe de nosotros, ni Israel nos reconoce. Tú, Yahveh, eres nuestro padre; tu nombre desde siempre 'Nuestro redentor'.


A medida que pasaban más y más días sin que aparecieran el sol ni las estrellas y sin que la tempestad amainara, se iba perdiendo toda esperanza de salvación.


Cayeron sobre ellos el terror y el pánico; enmudecieron como piedras ante el poder de tu brazo, hasta que tu pueblo pasó, ¡oh Yahveh!, hasta que pasó este pueblo que tú te has adquirido.


Al secarse, se romperá su ramaje; vendrán las mujeres y lo quemarán. Porque no es un pueblo inteligente, por eso su hacedor no le tendrá compasión, y su creador no le concederá gracia.


No temas, que yo estoy contigo: De oriente traeré tu estirpe, y de occidente te recogeré.


¡Salid de Babel! ¡Huid de Caldea! Con voz jubilosa anunciad, proclamad esto, hacedlo llegar al confín de la tierra, decid: 'Redimió Yahveh a su siervo Jacob'.


Prorrumpid a una en gritos de júbilo, ruinas de Jerusalén, porque Yahveh consoló a su pueblo, redimió a Jerusalén.


en todas sus angustias. No fue un mensajero ni un ángel: él en persona los salvó. Por su amor y su piedad, él mismo los redimió, los levantó y los llevó todos los días de antaño.


y me dijo: 'No temas, hombre apreciado. La paz sea contigo. ¡Vamos, ten ánimo!'. Mientras me hablaba, me sentí fortalecido y le dije: 'Hable mi señor, puesto que me has fortalecido'.


¿Así pagas a Yahveh, pueblo necio e insensato? ¿No es él tu padre, el que te creó, el que te hizo y te dio consistencia?


Yesurún engorda y cocea. Te pusiste gordo, macizo, cebado. Rechazó al Dios que lo hizo, despreció a la Roca, su salvación.


Así dice Yahveh, el Santo de Israel y su modelador: '¿Me pediréis cuentas acerca de mis hijos, y sobre la obra de mis manos me daréis órdenes?


A tus opresores daré a comer su propia carne, y como de mosto se embriagarán con su sangre, para que sepan todos los mortales que yo, Yahveh, soy tu salvador y tu redentor, el fuerte de Jacob'.


Olvidabas a Yahveh, que te hizo, que extendió el cielo y fundó la tierra, y siempre temblabas todo el día ante el furor del opresor cuando intentaba perderte. Pero ¿dónde está el furor del opresor?


Te acercaste el día que te invoqué; me dijiste: '¡No temas!'.


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