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Isaías 42:25 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Y volcó sobre él su ardiente ira y la violencia de la guerra, que lo abrasó por todas partes, y no lo supo, le quemaba, y no le dio importancia.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Por tanto, derramó sobre él el ardor de su ira, y fuerza de guerra; le puso fuego por todas partes, pero no entendió; y le consumió, mas no hizo caso.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Por lo tanto, él derramó su furia sobre ellos y los destruyó en batalla. Las llamas los envolvieron, pero aun así se negaron a entender. El fuego los consumió, pero no aprendieron su lección.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Por eso les hizo sufrir el ardor de su enojo y los horrores de la guerra. Todo fue presa del fuego, pero ellos no entendieron; todo ha sido consumido, pero no prestaron atención.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Descargó sobre él el ardor de su ira, El furor de la guerra; Lo rodeaban sus llamas, pero no se daba cuenta; Lo quemaban, pero no hacía caso.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

25 Por tanto, derramó sobre él el furor de su ira y la fuerza de guerra; le prendió fuego todo en derredor, pero no entendió; y le consumió, mas no hizo caso.

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Isaías 42:25
26 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Extranjeros devoran su fuerza, y él no se da cuenta. Sus cabellos encanecen, y él no se da cuenta.


¿Ante quién temblabas y temías cuando mentías? De mí no te acordabas ni te lo tomabas a pecho. ¿No soy yo quien calla y disimula? Por eso a mí no me temías.


Si no escucháis y no hacéis la intención firme de dar gloria a mi nombre -dice Yahveh Sebaot-, lanzaré contra vosotros la maldición y maldeciré vuestras bendiciones. Las maldeciré porque ninguno de vosotros lo hacéis de corazón.


Perece el justo, y nadie hace caso. Se llevan a los hombres leales sin que nadie lo advierta. Por culpa del malvado se llevan al justo


Incendió el templo de Yahveh, el palacio del rey y todas las casas de Jerusalén; prendió también fuego a todas las casas importantes.


Zain. ¿Quién resistirá ante su cólera? ¿Quién soportará el ardor de su ira? Het. Su furor se propaga como el fuego, ante Él las rocas se hienden.


Os sacaré de los pueblos y os reuniré de los países en donde estáis dispersos con mano dura, brazo extendido y furor desbordado;


Yahveh, ¿no buscan tus ojos la verdad? Los has golpeado y no se han dolido; los has consumido, y no quisieron aprender la lección. Tienen la cara más dura que una piedra, no quieren convertirse.


Dijiste: 'Siempre seré soberana, por siempre jamás'. No consideraste estas cosas, no recordaste su desenlace.


Dice el Señor: por cuanto este pueblo está cerca de mí con la boca y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí y el culto que me da es pura rutina humana,


Y Yahveh cortó de Israel cabeza y cola, palma y junco en un solo día.


Porque fuego ardiente se enciende en mi rostro, que quema hasta el seol más profundo; que devora la tierra y sus productos, que abrasa los cimientos de los montes.


Derrama los ardores de tu cólera, derriba con tu mirada al soberbio.


Por eso se encendió la ira de Yahveh contra su pueblo, tendió su mano contra él y lo hirió. Temblaron las montañas. Los cadáveres fueron como basura en medio de las calles. Y ni aun así se calmó su ira, y su mano está todavía extendida.


cada cual devora la carne de su prójimo: despedaza a derecha y queda con hambre, devora a izquierda y no se harta:


Ni lo habías oído ni sabido, ni tu oído estaba abierto, porque yo sabía que siempre traicionas y que eres rebelde desde el seno materno.


Por eso, así dice el Señor Yahveh: mirad que mi ira y mi furor se va a volcar en este lugar sobre los hombres y sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra; y arderá sin apagarse'.


la han dejado arrasada, está de luto ante mí, desolada. Todo el país está devastado, pero nadie lo lamentaba.


Guímel. Cercenó, en su cólera ardiente, toda la potencia de Israel; retiró de él su diestra ante el enemigo; encendió en Jacob un fuego cuyas llamas devoran cuanto hay alrededor.


Dálet. Tensó, como enemigo, su arco, aseguró, como opresor, su diestra y mató a la flor de la juventud; sobre la tienda de la hija de Sión lanzó como fuego su furor.


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