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Isaías 41:16 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Las aventarás, y el viento se las llevará, las dispersará el huracán; y tú te alegrarás en Yahveh, en el Santo de Israel te gloriarás.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Los aventarás, y los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino; pero tú te regocijarás en Jehová, te gloriarás en el Santo de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Los lanzarás al aire y el viento se los llevará; un remolino los esparcirá. Entonces te alegrarás en el Señor; te gloriarás en el Santo de Israel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Las echarás al viento, que se las llevará, el temporal las dispersará; pero tú te alegrarás en Yavé, y te sentirás orgulloso con el Santo de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Los aventarás, y el viento se los llevará, Y los esparcirá el torbellino; Pero tú te regocijarás con YHVH, Te gloriarás en el Santo de Israel.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 Los aventarás, y los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino. Y tú te regocijarás en Jehová, te gloriarás en el Santo de Israel.

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Isaías 41:16
31 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Enviaré a Babel aventadores que la aventen y asolen su país, cuando acampen frente a ella en derredor aquel día funesto.


pero yo me alegraré en Yahveh, me gozaré en Dios mi salvador.


Los aventé con el bieldo en las puertas del país; lo dejé sin hijos, aniquilé a mi pueblo, porque de conducta no cambiaron.


Pues la verdadera circuncisión somos nosotros, los que practicamos el culto según el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, y no ponemos nuestra confianza en la carne,


Y no sólo esto; sino que también nos sentimos gozosamente seguros en Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por cuyo medio hemos recibido ahora la reconciliación.


Tiene el bieldo en la mano y limpiará su era; recogerá su trigo en el granero, pero la paja la quemará en un fuego que no se apaga.'


Él las increpa, y huyen a lo lejos, dispersadas como tamo de los montes por el viento, como remolino de polvo por el huracán.


Exulta y grita jubilosa, población de Sión; que es grande en medio de ti el Santo de Israel'.


No así son los impíos, sino como la paja que se lleva el viento.


Aquel día se dirá: 'He aquí nuestro Dios, de quien esperamos que nos salve, éste es Yahveh en quien esperamos. Exultemos y gocemos en su salvación,


Aquel día será Yahveh Sebaot corona gloriosa, diadema espléndida para el resto de su pueblo;


Sucederá de improviso, en un instante: Será como polvo menudo la horda de tus orgullosos, como tamo que pasa la horda de los poderosos.


por ella volverán los salvados de Yahveh. Vendrán a Sión con júbilo, habrá alegría eterna sobre sus cabezas. Alegría y gozo serán su compañía, pesadumbre y gemido se alejarán.


apenas plantados, apenas sembrados, apenas arraigado en la tierra su tallo, sopla sobre ellos y se secan, y el huracán los lleva como tamo.


Consoló Yahveh a Sión, consoló todas sus ruinas. Hizo su desierto como un paraíso, y su estepa como el jardín de Yahveh: gozo y alegría se encuentran en ella, acción de gracias y son de canciones.


Ya el sol no será para ti luz de día, y el brillo de la luna de noche no te iluminará; pues Yahveh será para ti luz eterna, y tu Dios será tu esplendor.


Alegraos más bien y gozaos para siempre de lo que voy a crear. Porque mirad: yo estoy creando a Jerusalén como objeto de gozo y a su pueblo como objeto de alegría.


Martillo fuiste para mí, instrumento de guerra. Contigo martillé naciones, contigo destruí reinos;


Porque así dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: 'La hija de Babel es como una era al tiempo de apisonarla; todavía un poco y le llegará el tiempo de la siega'.


Entonces se desmenuzaron también el hierro, la arcilla, el bronce, la plata y el oro, y quedaron como tamo de las eras en verano. El viento se los llevó sin dejar rastro alguno; mas la piedra que chocó contra la estatua se convirtió en una gran montaña que llenó toda la tierra.


No daré curso al ardor de mi ira, no volveré a destruir a Efraín, porque yo soy Dios, y no un hombre; yo soy el Santo en medio de ti, por eso no vendré para destruir.


Hijos de Sión, alegraos, gozaos en Yahveh, vuestro Dios, porque él os concede la lluvia de otoño en justicia, hace caer sobre vosotros lluvia abundante: lluvia de otoño y de primavera, como antaño.


¡Alza tu mano contra tus adversarios y todos tus enemigos sean exterminados!


Continuarán los humildes teniendo alegría en Yahveh, y los indigentes en el Santo de Israel gozarán,


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