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Isaías 33:9 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Enluteció, languideció la tierra, enrojeció, se marchitó el Líbano; quedó el Sarón como la estepa, sacudidos el Basán y el Carmelo.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Se enlutó, enfermó la tierra; el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón se ha vuelto como desierto, y Basán y el Carmelo fueron sacudidos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 La tierra de Israel se marchita con el duelo; el Líbano se seca a causa de la vergüenza. La llanura de Sarón es ahora un desierto; Basán y el Carmelo han sido saqueados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 La tierra está de luto y se muere, el Líbano ha sido humillado y queda árido, el Sarón parece un desierto, y un peladero, el Basán y el Carmelo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 La tierra está de luto y desfallece, El Líbano está avergonzado y languidece, Sarón° se ha tornado un desierto, El Basán° y el Carmelo° sacuden el follaje.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Se enlutó, enfermó la tierra: el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón es como un desierto; y Basán y el Carmelo pierden sus frutos.

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Isaías 33:9
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Como el narciso ha de florecer; exultará, sí, exultará jubiloso. Le ha sido concedida la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Ellos verán la gloria de Yahveh, el esplendor de nuestro Dios.


Guímel. Increpa al mar y lo seca, evapora todos los ríos. Dálet. Languidecen el Basán y el Carmelo, la flor del Líbano se marchita.


Será el Sarón pastizal de ovejas, y el valle de Acor dehesa de bueyes para mi pueblo que me busca.


Pastorea a tu pueblo con tu cayado, al rebaño de tu heredad, que mora apartado en un bosque, en medio de un vergel. ¡Que pazcan en Basán y Galaad, como en los días de antaño!


A Israel lo volveré a su pastizal, para que paste en el Carmelo y en Basán y se harte en la montaña de Efraín y en Galaad.


Por boca de tus mensajeros has escarnecido a mi Señor y has dicho: con la multitud de mis carros he subido a las cumbres de los montes, a las cimas del Líbano. He talado sus más altos cedros, sus más escogidos cipreses. Penetré en sus lugares más remotos, en sus más frondosos bosques.


Mirad a Yahveh que despuebla la tierra, la deja yerma, cambia su faz, dispersa a sus habitantes:


Hasta los cipreses se alegran por ti, los cedros del Líbano dicen: 'Desde que yaces, no sube el talador contra nosotros'.


Se lamentarán y gemirán sus puertas, y tú, desolada, te sentarás en tierra.


contra todos los cedros del Líbano, los más altos y más elevados, contra todas las encinas de Basán;


Soy un narciso del Sarón, una azucena de los valles.


En aquel entonces nos apoderamos de todas sus ciudades. No hubo ninguna que no les arrebatásemos: sesenta ciudades, todo el territorio de Argob, los dominios de Og en Basán.


Al verlo, todos los habitantes de Lida y Sarón se convirtieron al Señor.


Tronchará la espesura del bosque con hierro, y el Líbano caerá con sus cedros.


Yo pondré cerco a Ariel; habrá llanto y lamento, y será para mí como Ariel.


Por eso la tierra está seca, y todos sus habitantes desfallecen con los animales del campo y las aves del cielo; y aun los peces del mar desaparecen.


Como una viña que pierde sus agraces, como un olivo que sacude sus flores.


Dijo: 'Yahveh ruge desde Sión, da voces desde Jerusalén: se agostan los pastizales de los pastores, se deseca la cumbre del Carmelo'.


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