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Isaías 33:2 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Yahveh, ten piedad de nosotros, en ti esperamos; sé nuestro brazo cada mañana, nuestra salvación en tiempo de angustia.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado; tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de la tribulación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Pero tú, Señor, ten misericordia de nosotros, porque hemos esperado en ti. Sé nuestro brazo fuerte cada día y nuestra salvación en los tiempos difíciles.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 ¡Yavé, ten compasión, pues en ti esperamos! Sé tú nuestro apoyo, por la mañana, y nuestra salvación en el tiempo de la angustia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 ¡Oh YHVH, ten misericordia de nosotros! ¡En ti esperamos! ¡Sé nuestro brazo cada mañana, y nuestra salvación en el peligro!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado; sé tú el brazo de ellos cada mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de tribulación.

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Isaías 33:2
35 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Vio que no había nadie, se asombró de que nadie interviniera. Entonces lo salvó su propio brazo, y su misma justicia lo sostuvo.


Aquel día se dirá: 'He aquí nuestro Dios, de quien esperamos que nos salve, éste es Yahveh en quien esperamos. Exultemos y gocemos en su salvación,


¿Quién será el que me conduzca hasta la villa fuerte? ¿Quién podría guiarme hasta Edom?


Mi victoria y mi honor están en Dios, y en él mi roca fuerte y mi defensa.


Del director. Según Yedutún. Salmo. De David.


Del director. De los hijos de Coré. Al alamot. Canto.


Moisés extendió su mano sobre el mar y, al despuntar el día, el mar volvió a su nivel. Los egipcios huían de él, pero Yahveh precipitó a los egipcios en el mar.


Vuelve, Israel, a Yahveh, tu Dios, porque has tropezado por tu culpa.


nuevas son cada mañana. ¡Grande es tu fidelidad!


Esperanza de Israel, su salvador en tiempo de apuro, ¿por qué eres como extranjero en el país y como viajero que sólo se detiene para pernoctar?


Mirad al Señor Yahveh que viene con poder y su brazo gobierna. Mirad: con Él viene su recompensa y le precede su paga.


Yahveh, en la angustia te buscamos, murmuramos oraciones cuando tu castigo estaba sobre nosotros.


Sí, en la vereda de tus juicios te esperamos, Yahveh; tu nombre y tu recuerdo son el anhelo del alma.


pues has sido refugio para el pobre, refugio para el indigente en su angustia, reparo contra el aguacero, sombra contra el calor. Porque el soplo de los poderosos es como aguacero contra un muro.


Igual que ojos de siervo hacia la mano del Señor, como los ojos de la esclava hacia la mano de su dueña, así nuestros ojos hacia el Señor Dios nuestro, hasta que él tenga piedad.


Él me invoca y yo lo atiendo, en la angustia estoy con él para librarle y ponerlo en dignidad.


Danos gozo a la medida de los días de aflicción y de los años que vimos infortunio.


Derrocarle del puesto es cuanto está en sus planes, su gozo es la mentira: con la boca bendicen, mas su idea es maldición. Selah


Invócame en el día de la angustia: te libraré y tú me darás gloria.


Un río: sus corrientes alegran la ciudad de Dios, la santa entre las moradas del Altísimo.


Tau. El auxilio del justo es el Señor, su refugio en la hora del aprieto.


Nadie que en ti espere tendrá que avergonzarse: la vergüenza será para los traidores sin motivo.


Deja que a la mañana perciba tu favor, puesto que en ti confío. Enséñame el camino que seguir ya que hacia ti alzo mi alma.


De David. El Señor es mi luz y mi socorro, ¿de quién he de temer? El Señor es el alcázar de mi vida, ¿de quién he de temblar?


Porque olvidaste al Dios de tu salvación, no recordaste la roca de tu refugio. Por eso plantas plantaciones placenteras, amugronas mugrones extranjeros:


Y le dijeron: 'Así habla Ezequías: hoy es día de angustia, de castigo y de oprobio, porque los hijos han llegado al cuello del útero, pero no hay fuerzas para el alumbramiento.


Inminente, cercana está mi justicia, como luz sale mi salvación, y mis brazos juzgan a los pueblos. Las islas esperan en mí y en mi brazo confían.


Vengan, Señor, sobre nosotros tus mercedes, cual de ti lo esperamos.


Aguardaré a Yahveh, que oculta su rostro a la casa de Jacob, y en él esperaré.


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