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Isaías 31:3 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Los egipcios son hombres, no dioses; sus caballos son carne, no espíritu. Cuando Yahveh extienda su mano, tropezará el ayudador, caerá el ayudado, y todos ellos a la vez perecerán.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu; de manera que al extender Jehová su mano, caerá el ayudador y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 ¡Pues estos egipcios son simples seres humanos; no son Dios! Sus caballos son solo carne, no espíritus poderosos. Cuando el Señor levante el puño contra ellos, quienes los ayudan tropezarán, y aquellos que reciben ayuda caerán; todos caerán y morirán juntos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 El egipcio es un hombre y no es Dios y sus caballos son carne, y no espíritu. Al primer golpe que Yavé les pegue, vacilará el protector y caerá quien buscaba protección; juntos perecerán.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Los egipcios son hombres y no dioses, Sus caballos son carne y no espíritu. YHVH extenderá su mano y el protector tropezará, Y caerá el protegido, y ambos perecerán, Pues así me ha dicho YHVH:

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Y los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu; de manera que al extender Jehová su mano, caerá el ayudador, y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una.

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Isaías 31:3
25 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pues arde como fuego la maldad, que devora zarzas y abrojos; prende en los matorrales del bosque, que crepitan en remolinos de humo.


¿Podrás decir ante tus verdugos: 'Soy un dios' -siendo como eres un hombre y no un dios-?


Tú me rechazaste -oráculo de Yahveh-, volviste atrás, y yo alargué mi mano contra ti y te destruí; estoy cansado de compadecerme.


a Egipto, cuyo auxilio es vano e ilusorio, por eso lo llamo así: Ráhab-la-ociosa.


Engaño es el caballo como auxilio: con su mucho vigor, no pone en salvo.


Levántate, Yahveh, no se engría el humano: a juicio las naciones ante ti.


¿Cómo vas a hacer retroceder a un gobernador, a cualquiera de los menores servidores de mi señor? Tú confías en Egipto, en espera de carros y jinetes.


En realidad, tú confías en el apoyo de una caña rota, en Egipto, que pincha y traspasa la mano de quien se apoya en ella. Así es el Faraón rey de Egipto, para todos los que confían en él.


todos quedarán defraudados por un pueblo que no vale, que no les sirve de ayuda ni de provecho alguno, sino de vergüenza y de oprobio.


Dejadlos. Son ciegos que guían a otros ciegos; pero si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo'.


Preferible es acogerse al Señor que fiarse del hombre,


¿Qué haréis el día del castigo, ante el desastre que llega de lejos? ¿A quién acudiréis en busca de auxilio y dónde dejaréis vuestra riqueza?


Y los habitantes de este litoral dirán aquel día: 'Mirad: ésa era nuestra esperanza, a la que acudimos en busca de ayuda para ser liberados del rey de Asiria. ¿Cómo podremos escapar nosotros?''.


y dijisteis: 'No será así, a caballo huiremos'. Está bien: huiréis. 'En corcel montaremos'. En corcel montarán los que os persiguen.


Así dice Yahveh: Maldito el hombre que confía en el hombre, que hace de la carne su apoyo y aparta de Yahveh su corazón.


'Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro. Así dice el Señor Yahveh: Tu corazón se ha envanecido y dices: 'Soy un dios, morada de dioses ocupo en el corazón de los mares' -cuando sólo eres un hombre y no un dios, aunque al corazón de Dios equiparas tu corazón-.


el arquero no resistirá, el mejor corredor no podrá escapar, el jinete no salvará su vida


Con él está un brazo de carne; pero con nosotros está Yahveh, nuestro Dios, dispuesto a prestarnos ayuda y a pelear en nuestros combates'. El pueblo se sintió fortalecido con las palabras de Ezequías, rey de Judá.


así conducirá el rey de Asiria a los prisioneros de Egipto y a los deportados de Cus -jóvenes y ancianos-, desnudos y descalzos y con las nalgas al aire para vergüenza de Egipto.


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