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Isaías 30:32 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

32 y cada pasada de la fusta será un castigo que Yahveh le descarga, al son de tambores y cítaras. En agitadas batallas la combatirá.

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Biblia Reina Valera 1960

32 Y cada golpe de la vara justiciera que asiente Jehová sobre él, será con panderos y con arpas; y en batalla tumultuosa peleará contra ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

32 Y cuando el Señor los golpee con su vara de castigo, su pueblo celebrará con arpas y panderetas. Él levantará su brazo poderoso y peleará contra los asirios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

32 Una y otra vez recibirá los bastonazos que le pegará Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

32 Y cada golpe de la vara justiciera que YHVH descargue en ellos, Será acompañado con panderos y con arpas, Cuando se enfrente contra ellos en la tumultuosa batalla.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

32 Y en todo lugar por donde pase la vara que Jehová descargará sobre él, será con panderos y arpas, y en batalla de agitación peleará contra ellos.

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Isaías 30:32
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Yahveh secará el golfo del mar de Egipto; agitará su mano contra el Río, con el ardor de su soplo lo dividirá en siete cauces que se cruzarán con sandalias.


Aquel día, los egipcios serán como mujeres: temblarán y temerán ante la agitación de la mano de Yahveh Sebaot, que él mismo agitará contra ellos.


Entrarán en las cavernas de las rocas y en los antros de la tierra ante el terror de Yahveh, ante el esplendor de su majestad, cuando se levante para hacer temblar la tierra.


Su voz, en efecto, sacudió entonces la tierra; pero él ha hecho ahora esta promesa: Todavía una vez más yo sacudiré, no sólo la tierra, sino también el cielo.


Provocaré la consternación de muchos pueblos por tu causa, y sus reyes se estremecerán de espanto por ti, cuando yo blanda mi espada ante ellos; todos temblarán sin pausa, temiendo por su propia vida el día de tu caída.


Vosotros cantaréis como en noche de fiesta sagrada; será la alegría de vuestro corazón como la de quien va con la flauta entrando por el monte de Yahveh a la Roca de Israel.


Cesó la alegría de los tambores, acabó el alborozo de los bulliciosos, cesó la diversión de la cítara.


Era yo feliz, y él me destrozó; me tomó por la nuca y me machacó, me hizo blanco de sus flechas.


Después llegarás a Guibeá de Dios, donde hay una guarnición de filisteos, y al entrar en la ciudad te encontrarás con un grupo de profetas que bajan del lugar alto, precedidos de arpas, tambores, flautas y cítaras y arrebatados de entusiasmo profético.


¿Por qué te escapaste a escondidas y me has engañado? ¿Por qué me lo has ocultado? Yo te hubiera despedido con alegría y con cantares, con timbales y cítaras.


A su regreso, cuando volvía David de matar al filisteo, salían las mujeres de todas las ciudades de Israel al encuentro del rey Saúl cantando y bailando al son de tamboriles y con gritos de alegría y sonajas.


Por eso, así dice el Señor, Yahveh Sebaot: 'Pueblo mío que habitas en Sión, no temas a Asiria, que con el bastón te golpea y alza su vara contra ti, como hizo Egipto.


Mirad a Yahveh que despuebla la tierra, la deja yerma, cambia su faz, dispersa a sus habitantes:


Volveré a edificarte y serás reedificada, virgen de Israel; volverás a adornarte con tus tambores y saldrás al corro de gentes jubilosas.


En el Edén estabas, en el jardín de Dios. De piedras preciosas era tu vestido: de rubí, topacio y diamante, crisólito, ónice y jaspe, zafiro, carbúnculo y esmeralda; oro era el material de tus engarces y de las entalladuras que llevabas, preparados desde el día en que fuiste creado.


Con él está un brazo de carne; pero con nosotros está Yahveh, nuestro Dios, dispuesto a prestarnos ayuda y a pelear en nuestros combates'. El pueblo se sintió fortalecido con las palabras de Ezequías, rey de Judá.


Yahveh Sebaot blandirá contra ella el látigo, como al golpear a Madián en la roca de Horeb y su bastón tenderá sobre el mar y lo alzará como hizo en Egipto.


Así me ha dicho Yahveh: 'Como ruge el león o el cachorro por su presa, cuando contra él se da cita una turba de pastores, y a sus voces no se asusta ni cede ante su multitud, así bajará Yahveh Sebaot a guerrear sobre el monte Sión y sobre su collado'.


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